La denuncia

En nuestro país Venezuela, la denuncia se ha hecho habitual y permanente. Una multiplicidad de causas le dan origen. En Margarita por ejemplo, la falta de agua, la inseguridad, la incapacidad e insuficiencia del suministro de electricidad ó el atorrante problema de la basura, son y serán algunas de las causas que hoy originan la denuncia. Si no hay voluntad política, si no hay inteligencia y deseo para resolver estos problemas, siempre existirá la denuncia como una esperanza. A veces triste esperanza.

Es por ello que la denuncia no muere y se perpetúa en el poder. Pero, lo más lastimoso es que aún cuando la denuncia es justa, no encuentra respuesta para eliminar el problema. La ineficacia en la aplicación de las leyes, la corrupción en los tribunales de justicia y la incapacidad manifiesta de una fiscalía general de la República, que se muestra mucho más timorata que justa, ayudan al mantenimiento de la denuncia. Y si el poder ejecutivo se siente atado, es evidente, que nunca podrá contribuir para solventar los males existentes. Pero, aun creo que pueda aparecer una verdadera esperanza, si el poder ejecutivo, por decretos presidenciales, imponga la justicia donde la conveniencia lo ha impedido. No habrá un tirano, no, todo lo contrario, el pueblo sabrá agradecerlo, porque no hay que olvidar jamás que hay casos evidentes, y muy evidentes, de hechos criminales donde las personas involucradas, que deberían estar detrás de las rejas, hoy por hoy se pasean por todo el país con una repugnante impunidad. Para esos casos, el criminal se detiene y se juzga estando detrás de las rejas. No se les puede dar el chance de huir ó que se involucren abierta ó en forma solapada en otros hechos criminales.

Hoy parece reiniciarse una conspiración abierta, algunos cierran intencionadamente autopistas y calles ó cometen otro tipo de fechorías, y nadie los detiene. Los medios abiertamente conspiran y se burlan del gobierno y de la opinión pública sensata, y nada. ¿Para que se hizo y costó tanto la bendita ley resorte? , a menos que siempre se pensó que sería una caricatura de ley inaplicable. Hay miedo ¿a quien?, si ya las cartas están echadas con el imperio. Por eso, es que gran parte del pueblo, no entendemos nada y sólo pedimos que nos perdonen por nuestra gran ignorancia. Seguiremos eternamente atados a la DENUNCIA.

Sólo quiero remarcar una cosa, si no se toman medidas para controlar a los delincuentes ahora, mañana puede ser demasiado tarde.


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Alex Rivero


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