Freiman Páez, hijo, hermano, amigo, esposo, padre, taita, compadre … humano

Gisela González Jiménez /Activista popular y comunicadora social

Quiero empezar expresando mi solidaridad y apoyo irrestricto a Freiman Páez y a su familia: Marta, Selmira Waniku, María Nayarit y David Josué; así como a las familias Páez García y Mendoza Colmenares, en estas horas aciagas donde el deshonor, la canalla, la injuria, la mentira pretende imponerse sobre un ser humano que no sabe callar cuando el sueño de la Patria Grande se ve amenazado.

Y es lo que pasa con Freiman, no sabe ni puede quedarse callado ni pasar agachado cuando el pueblo, al que pertenece y ha permanecido siempre se ve maltratado y humillado por los que ostentan el poder constituido.

Mi camino se cruzó con el de Freiman Páez hace 20 años, julio – agosto de 1996, en el municipio Páez del estado Apure, específicamente en su capital Guasdualito, en una sala de redacción de Radio Fe y Alegría, donde con voz emocionada me contó sobre el nuevo proyecto que lo llevaba a esas tierras.

Freiman decidió ir a Guasdualito, no fue destacado, elegido, cooptado, designado. Ni llegó contando con toda una infraestructura familiar o laboral.  ni con un amplio grupo de trabajo y herramientas tecnológicas y de oficina requeridas ni una flota de vehículos para llevar a cabo su labor. Freiman literalmente recorrió a pies las calles, avenidas, caminos y veredas de las comunidades de Guasdualito del municipio Páez, principalmente, sus barrios para acercarse a la gente, conocerla, vivir sus experiencias y aprender de ellas.

Es que desde temprana edad Freiman supo distinguir que estaba bien y que no, lo que es justo y o que no lo es. No es "superman", ni nunca ha pretendido serlo y es que para darse cuenta de eso y saber la diferencia entre una cosa y otra no hace falta tener poderes especiales, de otro mundo, solo hace falta tener un poco de sensibilidad y sentido de la justicia y pertenencia al suelo que nos vio nacer. Hacer falta conocer y apropiarse del sueño de Miranda, Bolívar, entenderlo y ponerlo en práctica. Y eso es lo que ha hecho Freiman desde siempre, cuando entendió que ese era su proyecto de vida y lo sigue viviendo junto a Marta y sus hijas.

Nunca le ha importado que lo llamen loco, o que descalifiquen su barba poblada o se burlen por usar boinas, porque esas burlas y descalificaciones vienen de sectores reaccionarios que se ven amenazados cuando la "otra parte de la población" alza su voz para informar al resto del mundo que ese orden establecido por años no es el orden que debe estar, que debe seguir.

Y es por eso que a pesar de contar con el apoyo de los votantes, como diputado al Consejo Legislativo del estado Apure, cuando tuvo la oportunidad de ser reelecto, Freiman renuncia al poder constituido, porque entiende que desde ahí , desde la estructura del Estado burgués, no se puede transformar el país que tenemos y menos el país que soñamos y anhelamos. Porque es un hombre coherente con su discurso y la práctica: su hacer diario.

Ya quisiera yo que cualquiera que hoy ostenta el poder, que se supone debe ser un poder de mandar obedeciendo, haga lo mismo, renuncie y se atreva a construir la Patria desde "la otra parte" desde un accionar sin temer al orden constituido, desde el lado de los que no le temen a andar a pies recorriendo los caminos, viviendo el día a día con la gente que sufre, vive, llora, ama y ríe, siempre con una sonrisa en la cara, con la esperanza sembrada en el alma.

Nunca ha sido fácil estar entre los que vemos que otro mundo más humano es posible, entre los que creemos que hacer la revolución no es cosa de poder, entre los que son coherentes entre el discurso y la práctica y todo esto y mucho más lo entiende y siempre lo ha entendido Freiman, incluso mucho más allá de lo que supone su seguridad.

Hoy Freiman no está preso, pero eso no quiere decir que está libre. En este instante damos el beneficio de la duda al sistema judicial venezolano y esperamos un proceso justo apegado a la verdad. Que se garantice el justo proceso.

Por otro lado exigimos que se garantice su integridad física y la de su familia, su derecho a manifestar libremente su opinión, que se respeten sus derechos humanos, como debe ser en un país libre y soberano, que día a día lucha y se defiende de ataques externos e internos.

giselagj31@gmail.com



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