Derechos humanos es seguridad y paz mundial

Aunque ninguno de los 186 estados presentes en la ONU estaría dispuesto a manifestarse contra los Derechos Humanos, la realidad de hecho es que anualmente, en la gran mayoría de los países ocurre una violación continua de estos. Inclusive en los países más desarrollados, la marginación, la pobreza, el desempleo llegan a niveles insostenibles, 500 millones de personas habitan en los países pobres, de los cuales las 3/5 partes no posee las condiciones básicas para al menos tener una vida saludable, padeciendo de hambre cerca de 2.000 millones de seres humanos.

Las aspiraciones humanas de dignidad, libertad, justicia y paz ha estado presente en todas las tradiciones religiosas, culturales y filosóficas de la historia, no obstante, cabría estudiar cómo ha evolucionado la concepción de los derechos humanos en el capitalismo conforme a la clasificación que presenta la academia: Las revoluciones burguesas de los siglos 18 y 19, con la bandera del liberalismo, nos trae la llamada “Primera Generación” o Derechos de Libertad, consistente en derechos individuales referidos a la honra, la integridad física y moral, la autonomía y la libertad ante el poder constituido, así como la garantía del debido proceso, teniendo su base en las ideas de La Ilustración.

La “Segunda Generación” o Derechos de Igualdad, aparecerán, teniendo como protagonista la nueva clase oprimida: El Asalariado y su Ideología: el Socialismo. Se trata de derechos que exigen al Estado intervenir para garantizar que el colectivo reciba los bienes sociales básicos tales como la educación, la salud, el trabajo y la seguridad social. La razón de ser de su planteamiento está en que la realidad social impide de hecho disfrutar de los derechos liberales propuestos por la primera generación, en tanto lo verdadero es que los seres humanos no nacen iguales, ni bajo las mismas condiciones.

Una “Tercera Generación” vendrá dada por los Derechos de Solidaridad, aquellos concernientes a conglomerados humanos concretos que han sido discriminados o excluidos de determinados derechos, ej. La mujer, la familia, el niño, la prostitución, los indigentes y los ancianos. Estos suponen la búsqueda del cierre de brecha Norte – Sur, la concertación entre naciones ricas y pobres, la conservación del planeta y el respeto por el patrimonio cultural de la humanidad.

Convendría hoy, en el siglo 21, hablar de una nueva generación de derechos asociados directamente al bienestar subjetivo y objetivo en su dimensión societal, lo que de acuerdo a la visión de Amartya Sen, nos aproxima al Well Being o su mejor traducción, la que generamos en la Venezuela progresista: el Vivir Viviendo. El infinitivo “Vivir”, con el gerundio “Viviendo”, en la comprensión de que vivir no basta, se puede “vivir muriendo”, en otras palabras, se puede vivir sin verdaderamente estar viviendo.

La definición de lo que se comprende por Vivir Viviendo como sinónimo de la calidad integral de vida lo podemos ubicar en La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la novel Ley Orgánica de la Seguridad la Nación. En ellas Constituyente y Legislador ponen como fin último del Estado la Defensa y el Desarrollo de la persona en primer lugar, entendido este último como el ejercicio de derechos y garantías que promueven la participación social y desembocan en un bienestar que se erige en piedra angular de la Seguridad y Defensa Integral de la Nación.

En efecto, el nuevo mundo globalizado por la comunicación tiene su perversión en el desarrollismo anti humano que va convirtiendo el planeta en inhabitable y la existencia de la tecnología de la información da paso a brutales amenazas sobre el derecho a la intimidad, a la información veraz y a la libre expresión de las ideas. Por lo que se impone un repensar de la calidad de vida que vaya más allá del Welfare inglés que pone su énfasis en que cada quien “reciba lo que le toca”, noción esta que hace lógica con mirar la felicidad en los índices macroeconómicos y no en la vivencia de los habitantes.

Hace falta que se construya ese derecho a la Paz y al “Buen Convivir” del cual habla el filósofo boliviano Yampara, que no podrá lograrse sin un orden internacional justo, que permita a los individuos desarrollarse integralmente en lo económico, social, político, militar, cultural, geográfico, y ambiental, tal como lo expresa el constituyente venezolano.

Debemos configurar un cuerpo de derechos humanos que armonicen en la unidad la idea libertaria y la de igualdad, la de la individualidad y su realización colectiva, de identidad propia y la de interdependencia con los demás, la del aprovechamiento del medio y el vivir en armonía con la naturaleza, aspectos estos que las tres generaciones de derechos humanos han visto en algún momento como ideas contrapuestas.

El Vivir Viviendo concebido en Venezuela no es un “vivir mejor” a expensas de los demás o de la naturaleza, es una solidaridad que irradia derechos y deberes, busca despertar conciencia y movilizar políticamente a la población en la construcción y ejecución de sus políticas públicas. La Constitución Bolivariana y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación son la expresión positiva de este nuevo pensamiento y una referencia internacional en pro de un cambio mundial revolucionario de los derechos humanos.


*Ph.D en Seguridad de la Nación. Industrióloga.


bustillosmarianela@gmail.com


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