Ayotzinapa. Los 43 que faltan. Los queremos vivos

Ya son dos años que los estudiantes de Ayotzinapa desaparecieron, dos años en que fueron interceptados por la policía, dos años sin saber si están vivos o muertos, sin tener siquiera una sola pista de donde pueden estar. El Gobierno negó que se extendiera la búsqueda de más pistas y rastros por parte de la Comisión Internacional de Derechos Humanos. ¿Por qué será? ¿Será que el gobierno tiene algo que ver? ¿O simplemente no le interesa este caso? Lo cierto es que, esto deja en evidencia la clase de justicia que existe en México, y las acciones de los gobiernos de derecha del mundo, contra los que piensan distintos o van en contra de ellos.

Antecedentes:

La Escuela Normal de Ayotzinapa, una escuela marcada por tener fuertes ideales de izquierda, protagonizar distintas manifestaciones en México, y de donde han salido distintos luchadores sociales y líderes, ha sido fuertemente atacada por la policía de esa localidad, en el 2011, hubo un enfrentamiento entre la policía y los estudiantes que se encontraban manifestando y la policía los reprimió generando tres muertos. El 26 de septiembre de 2014, un autobús con destino a Iguala, donde se encontraban estudiantes que participarían en unas manifestaciones conmemorativas de la masacre de Tlatelolco, fue detenido por policías federales y estatales, donde no les permitió seguir su rumbo. En el acto de produjeron dos ataques. El primero se produjo en la tarde y el segundo en la madrugada, entre los dos ataques resultaron muerto seis estudiantes, y heridos periodistas y profesores que se encontraban en el lugar, producto de la arremetida violencia realizada hacia los estudiantes por parte de los funcionarios policiales, además de esto, 57 estudiantes desaparecieron, sin dejar rastro de donde podían haber dado a parar. Días después, el 30 de septiembre, se pudo conocer que 14 de los desaparecidos, estaban a salvo en sus casas, el resto todavía se encontraban desaparecidos. La Comisión Internacional de los Derechos Humanos (CIDH), llegó a México para participar en la búsqueda y averiguaciones respectivas al caso, pero luego de un tiempo sin poder encontrar rastro alguno del paradero, el gobierno negó la extensión del decreto firmado por ambos, para la continuar con las averiguaciones. El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), pidió seguir investigando la supuesta participación en los hechos de autoridades y policías, incluidas corporaciones municipales, estatales y federales. Ángela Buitrago, miembro del GIEI, en un comunicado explicó que hubo un control y presencia de seguridad pública, policía ministerial, policía estatal, policía federal, ejército y otros miembros de seguridad que monitoreaba segundo a segundo, a través de cámaras de vigilancia y la información que recibían, las actividades de los estudiantes en la entrada a la caseta de Iguala, a la entrada a un rancho y hasta la salida de una carretera federal. Los expertos, afirmaron que no se le permitió reunirse con los soldados y oficiales para la recolección de más datos e información sobre el caso, ya que el secretario nacional de Defensa, Salvador Cienfuegos, se opuso y acotó mediante una entrevista a un canal de México, que no le quedaba claro, ni podía permitir que interrogaran a sus soldados, porque ellos no habían cometido ningún delito. Hay un dicho que dice, el que nada debe, nada teme. Pues, creo que el secretario temía de algo, ya que si sus soldados no tuvieron nada que ver, habría permitido que los expertos los interrogaran. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México ha dados indicios que en el acto participaron policías federales. A lo largo de este año se han pronunciado diversas denuncias por parte de la CIDH hacia la Fiscalía de México, el comisionado Pablo Vannuchi denunció que existe un fuerte ataque contra los expertos de la comisión. Organizaciones civiles y el gobierno se habían reunido para discutir sobre la situación de los Derechos Humanos en ese país, pero las acusaciones hacia la Comisión Internacional de los Derechos Humanos no se hizo esperar. ¿Qué quiere lograr el gobierno desprestigiando a la CIDH? No se sabe, lo único cierto, es que hasta la fecha no se han encontrado más pista a cerca de este caso. Compañeros y familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa se encuentran consternados y decepcionados de la justicia del país, pero todavía les queda esperanza, y creen que algún día los 43 estudiantes regresaran sanos y salvos a sus casas, aunque el gobierno anunció que habían encontrado varios cuerpos que respondían a algunos normalistas, pero no hubo un pronunciamiento oficial acerca de esto, y no se sabe si es cierto o es una distracción por parte de las autoridades judiciales. Los familiares y amigos de los jóvenes desaparecidos quieren pensar que se encuentran con vida, su consigna es: ¡Vivos se los llevaron, Vivos los queremos!

No es la primera vez que algo así sucede, en diversos países del mundo los gobiernos represivos, queriendo callar la voz de los que denuncian y se oponen a su régimen, desaparecen, secuestran, torturan y asesinan a jóvenes que lo único que quieren es un mejor país, como: La Masacre de Tlatelolco en México en 1968, la Noche de los Lápices en Argentina en 1976. Y en Venezuela la última vez que sucedió algo así fue en La represión hacia los estudiantes por el boleto estudiantil en el año 1991 en Venezuela. Y en fin, son un número indeterminado de estudiantes que han muerto en manos de gobiernos represivos, que aunque se digan democráticos, callan a quien dice la verdad.

colmenaresrafael13@gmail.com



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