Respetar a la tierra, es respetar a  la vida


Hoy, una vez más Japón y el mundo se estremecen ante una lamentable noticia. En esta oportunidad no se trata de las bombas nucleares que arrasaron con miles de vidas en tiempos de guerra en agosto de 1945. Esta vez es a causa de un hombre, ex -empleado de un centro de atención para personas con discapacidad, nuevamente llegó a su lugar de trabajo, esta vez no para trabajar o para brindar el servicio de costumbre, sino para quitarle la vida a 19 personas y dejar heridas a 26, algunas gravemente. Todo esto nos hace percatarnos y reflexionar sobre las distorsiones que mueven al mundo, un mundo en el que somos las personas quienes construimos lo bueno y lo no tan bueno. En un planeta, al que cariñosamente llamamos madre tierra y que por nuestras acciones irresponsables (también como le sucede a muchos hombres y mujeres) le hemos hecho adquirir múltiples discapacidades; como consecuencia de la falta de prevención a la hora de contaminarla con las industrias, con la basura y los desechos, tan solo por dar un ejemplo. Nos olvidamos que ella es parte de nosotros, no solo es la casa donde vivimos, sino también es la casa de millones de especies más.

Es la ausencia de respeto por la vida, la causa que nos podría hacer desaparecer, nos falta tanto aprender; no hemos aprendido nada de las experiencias a las que hemos sobrevivido como especie humana, experiencias dolorosas y crueles llamadas guerras, las hemos catalogado con diferentes nombres: guerras de conquista, de revoluciones, mundiales, hasta santas y dramáticamente las seguimos teniendo. No es secreto para nadie los desastres que nos dejan las guerras, la muerte, la desolación, la destrucción los llantos, miles de personas con discapacidad, pero también nos dejan esperanza; bien dice el mito que es lo único que queda en la caja de pandora. Esperanza que esta intrínseca en la mayoría de lo que es humano a pesar de cualquier limitación física o sensorial que se pueda tener; por eso es incomprensible y horripilante como alguien pueda llegar a tener la idea de que las personas con discapacidad tengan todas que desaparecer.

Sin duda, en la historia hemos podido conocer como las diferentes civilizaciones que han fecundado este mundo; han tenido un rechazo absoluto a quien por alguna circunstancia ha nacido o adquirido una discapacidad, llegando incluso hasta la muerte; pero hoy día, después de tantas luchas universales humanistas en pro de los derechos  humanos de las personas con discapacidad, espanta hasta muy adentro de la psiquis y el alma que todavía se piense así (aunque sea un solo individuo). No queda mas que decir, sino aferrarnos a la esperanza y seguir teniendo la fortaleza para continuar viviendo y trabajando por un mundo donde la inclusión de las personas con discapacidad se siga forjando con el conocimiento y la sensibilización de que nosotros no somos enemigos de nadie, que no somos una carga para nadie, tan sólo somos diferentes y lo único que buscamos es ser amados por nuestros hermanos , ser independientes, apoyados y respetados porque estamos  vivos en esta tierra que a todos por igual nos pertenece .

Hoy nos tocó a nosotros, recemos a dios para que mañana los hijos de Venezuela no sigan siendo enterrados por causa de la violencia y el odio. Es necesario resaltar el valor de la paz y el amor, donde no importe condición física cognitiva, raza posición económica o religiosa...


gankka@gmail.com


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