Ministros ingenuos y paramilitares fortalecidos

Insólito lo que cuenta Gabriel Téllez en artículo publicado en Aporrea, del cual podemos resumir lo básico:
-Un ciudadano trajo hace unos años de Colombia fotos de primera mano (y muchas de primer plano) de paramilitares colombianos al momento en que estaban montando el show de la entrega de armas al gobierno de Uribe. Muchas fotos inéditas. Se acerca a entregar ese material al despacho del Ministro de Interiores de ese entonces, ¡Y nadie lo recibe, ni se interesa por tan valioso material! (que hubiera servido para detectar a tiempo a los sicarios paramilitares que vinieron después a infiltrarse en Venezuela). “Ahora, desde su curul de diputado, el entonces ministro se queja del accionar paramilitar en Venezuela”, dice irónicamente el articulista.

-Luego (tengo entendido que con el actual ministro de la misma cartera) se acerca al mencionado ministerio a entregar información sobre el trabajo de apoyo a estos grupos hecho a través de ciertos medios impresos editados por colombianos en Caracas, y en ese despacho ¡tampoco les interesa la batalla ideológica, ni la campaña sucia contra el presidente Maduro y la revolución!

Cuando asesinaron al camarada Robert Serra con la presunta complicidad y probable coparticipación de su propio escolta, quedó al desnudo la deplorable formación ideológica del personal de seguridad. Un revolucionario bien formado, un cuadro político, no vende de esa manera a un camarada.

Y una Revolución acosada por los cuatro costados no puede darse el “lujo” de tener en la administración pública a militantes de la contrarrevolución, mientras los revolucionarios andan pateando calle con el currículum bajo el brazo.

Es fácil comprobarlo. Pregúntele algo de historia o cultura revolucionaria a un empleado del gobierno y verá cómo trastabilla para disimular su formación de derecha. Por ejemplo: en estos días le pregunté a la encargada de un infocentro: “Recuerda usted que hace unos años hubo levantamientos contra el gobierno de la cuarta, el uno era el Carupanazo, recuerda cómo se llamaba el otro?”.

Su respuesta me dejó claro y sin vista:
--¿No fue el alzamiento de los militares en la Plaza Altamira?.

Y esta clase de servidores públicos copan las instituciones del estado.

No olvidemos además, camaradas, que los presuntos asesinos del querido diputado Robert Serra eran beneficiarios de la Misión Vivienda. Si en vez de diversión se les hubiese llevado instrucción política a los refugios, cursos de formación ideológica, a lo mejor hubiera sido otro el resultado.


migueadar@gmail.com>


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