Yo metiera presos a los padres también, no sólo al policía

Hay sucesos que conmocionan, sí, pero hay que analizarlos profundamente antes de culpar unilateralmente. Antes que nada, aclaro que esto no es con esa juventud que día a día se levanta temprano para ir a clases y trabajar, solidaria y generosa, que entiende bien cómo se debe construir un país. Tampoco es que sean noticias nuevas, lo que me preocupa es que cada vez son más frecuentes y con indicios de mayor peligro y perversidad. No me refiero al uso de la fuerza policial, que en mi opinión, en estos actos terroristas llenos de drogadictos, borrachos y paramilitares asesinos, SÍ habría que usarla, en el sentido de responder de acuerdo al ataque, pues no son manifestantes pacíficos, ya sabemos que son asesinos y están dispuestos a todo. Lo que trato de plantear y que me parece gravísimo, es la presencia de menores de edad actuando con esa perversidad.

Ese comportamiento no responde a las “hormonas” de la juventud, al “entusiasmo por la democracia”. No, ni siquiera creo que esos carricitos sepan lo que es democracia, ni conozcan la historia de Venezuela, ni sepan de leyes, ni de la Constitución, ni de los deberes, además de los derechos, que les corresponden como ciudadanos de esta nación. Si los sientan en un aula de clases y les hacen un examen de castellano, de historia de Venezuela y Universal, de ecología, de Moral y Cívica (como se llamaba antes), no responderían ni una pregunta. Lo más probable es que le caigan a cuchilladas a los maestros. Y ellos dicen que son estudiantes ¿¿¿¿?????.

Ellos olvidan que esos derechos y protección que les otorga la LOPNA, tienen la contraparte de los deberes y el respeto a la convivencia ciudadana. ¿Y dónde empieza la formación de estos fututos monstruos? ¿En la escuela? ¿En la sede del partido político? NOOOOOOOO, se supone que empieza EN SU CASA, CON SUS PADRES. Conclusión lógica: LOS PADRES SON TAMBIÉN DELINCUENTES  Y ALCAHUETES.

¿Pero qué se puede esperar? Los padres les dan caña y droga desde  los tres años “pa´que aprendan desde chiquitos”, les ponen las minitecas a todo dar tres días seguidos “pa´que aprendan desde chiquitos”, les permiten robar cosas y llevarlas a su casa, y se lo aplauden porque son “vivos, no pendejos”. Y así podemos seguir enumerando. Veo cómo los menores de edad compran caña (por orden de sus padres o representantes) y también consumen ahí, en la acera, tranquilamente. Y las patrullas de policías que pasan, bien gracias, como si nada ocurriera. Los ven ir y venir llevando carretillas con tres, cinco y seis cajas de cerveza, y aquí no pasa nada. Son niños, algunos no pasan de los diez años. Los padres de esos muchachos se molestan si se les llama la atención porque según ellos no están haciendo nada malo. Ese es, pues, el ejemplo que tienen en la casa. No creo que se trate de un desconocimiento de las leyes y las ordenanzas municipales. En mi opinión se trata de una descomposición social muy grande. Los padres protegiendo el vicio de los hijos, porque a ellos quizás los “educaron” igual. A esos menores de edad se unen los mayores. Así, los menores “aprenden” a orinar en las vías públicas, faltarle el respeto a los transeúntes, tirar botellas y basura por todas partes, ingerir alcohol mientras conducen el carro, agarrarse a golpes con sus compañeros de caña, dar puñaladas y pegarle tiros al que está bebiendo con ellos, cometer violaciones (sobre todo de niños) y así las consecuencias in crescendo que leemos todos los días en la prensa. Aparte de ese comportamiento antisocial, obviamente se generan consecuencias en la salud física y mental de esos adolescentes. Por cierto, no son sólo varones, también las muchachas se anotan fuertemente en ese comportamiento. Ni hablar de las “minitecas” que se organizan de viernes a domingo, donde consumen caña y drogas hasta decir basta. Y después: ¡Ay, pobrecito, si él no estaba haciendo nada malo¡

Bien dice el refrán: EL EJEMPLO EMPIEZA POR CASA. Por favor, papás y mamás, den el ejemplo. No hay tentación, vicio, publicidad ni malas juntas que los “incite” si tienen una buena formación de hogar, de familia. Cuando en la casa oyen todos los días que hay que “matar a los malditos chavistas”, les están incitando abiertamente a hacerlo con impunidad, porque tienen el “permiso de los padres”, tácitamente. Ellos creen que pueden destruir, quemar, asesinar, drogarse, emborracharse, violar, con tal de ¿salir del gobierno?. No, yo creo que los hijos les estorban. Es mucho trabajo estar pendientes de ellos, educarlos con honestidad. El futuro del país, ese del que tanto hablamos, depende de nuestra juventud. Está en nosotros el que ellos vean y sigan un buen ejemplo. Recordemos que una revolución necesita consciencia tanto individual como colectiva. Sí, insisto, por un lado hay que hacer cumplir las leyes sin miramientos y sin compasión. Pero, por el otro, sepamos comportarnos sin necesidad de que nos estén vigilando. Consciencia, consciencia y más consciencia y así es como venceremos.

 

 

durante.paula@gmail.com

 



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