Basta de arroz con mango

   Los horrorosos asesinatos del diputado Serra y de Odremán junto a otros 5 venezolanos más, el desabastecimiento de productos de primera necesidad, la especulación desatada con artículos incluidos en la cesta básica, el mal funcionamiento de los servicios esenciales en regiones, incluyendo apagones demasiado frecuentes y cortes del agua potable,  marcan la ruta de cada venezolano día a día.  Estoy cansado de saber todas las semanas de venezolanos conocidos que hacen interminables colas para obtener los documentos necesarios para viajar al extranjero, viajes para los cuales no se dispone de líneas aéreas que lo hagan posible a corto plazo.  Lo trágico es que la mayoría de los candidatos a salir del país no pretenden turistear sino irse a residir a distintos países de América y Europa.  Muchos de ellos parecen estar dispuestos a vender  sus propiedades, carros y bienes personales a precios de gallina flaca, perdiendo más de la mitad de lo que sería su precio real, pues prefieren perder reales que seguir viviendo en su país.  La mayoría de quienes pretender abandonar el país son profesionales universitarios, de manera que no sólo se evaporarían dólares sino que también cerebros,  en los cuales el país ha invertido miles y miles de dólares por su formación gratuita en las universidades públicas.  Empieza a correr la frase: “Él último que salga que apague la luz”.

     Mientras tanto el gobierno sigue con declaraciones y medidas económicas caracterizadas principalmente por su ambigüedad e incoherencia.  Cuando se anuncia alguna medida que parece positiva y a ratos indispensable, pronto se evapora y sigue durmiendo en el limbo. Parece que hubiera una amnesia mañana para lo que se declara hoy.  Lo que no falta es el refugio barato de que es la acción del imperialismo y de la oligarquía criolla quien tiene al gobierno con las manos atadas.  Yo me pregunto cómo puede dirigir bien  un gobierno que no cuenta con el mínimo de autocrítica, sobre todo en cuanto se refiere a la capacidad para tomar decisiones, para ponerse los pantalones.  En Bolivia y en Ecuador sus respectivos gobiernos tienen que luchar contra el mismo imperialismo y tal vez frente a ellos se sitúa una oligarquía mucho más siniestra y organizada que la venezolana y sin embargo sus pueblos no tienen que soportar la amargura que hoy sufre el pueblo venezolano, al que por cierto habría que aplaudir por su disciplina y paciencia y  ¡Ojo! No estoy incluyendo en ello a la burguesía,  sino que a la propia clase trabajadora pobre y de clase media.  Evo Morales que hace menos gárgaras que Maduro con los eslóganes revolucionarios acaba de obtener una tremenda y holgada victoria electoral, ganando el 90% de los asientos en el congreso y una votación superior al 60%, por haber mejorado notablemente la calidad de vida de la población y además haber conseguido una situación auspiciosa de las arcas de la nación.

     Durante los años de gobierno de Hugo Chávez si bien se cometieron algunos errores, se consiguieron grandes logros,  no sólo para satisfacción de los sectores más desposeídos de la nación sino también enormes victorias en el plano internacional, alcanzando Venezuela la calidad de ser la patria precursora de la integración latinoamericana y de la instauración de gobiernos progresistas en Latinoamérica, mientras que hoy se advierte un claro retroceso y se ha puesto en grave e inminente riesgo la continuación de un gobierno que aspira a convertir a Venezuela en una república socialista.

     No hay tiempo que perder o avanzamos rápidamente en arrebatarle la supremacía económica a la derecha o sucumbimos a un manejo timorato del proceso revolucionario.

enesfer25@hotmail.com

 



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