Robert Serra o de la emoción Patria

El día 10 de febrero del corriente año estuvo en la ciudad de Barquisimeto el camarada, abogado y diputado, Robert Serra (Q.P. D) como orador de orden o del desorden y de la agitación revolucionaria e inundó con su palabra vibrante todo el ámbito de la llamada Plaza de la Justicia. Frente al vetusto “Edificio Nacional”, que es de la época de Pérez Jiménez, y se conoce también como Palacio de Justicia. Robert Serra contagió a todos los presentes con su emoción patria… Aunque suponemos que a muchos viandantes, funcionarios de la gobernación del estado Lara o de la alcaldía del municipio Iribarren o a la bancada opositora, disgustó esa forma tan suya de expresar juicios y señalar las incoherencias de de quienes hacen oposición en esta entidad; ya que a pesar de sus acciones anti democráticas, siempre propalan la autoalabanza de ser los más democráticos de todo el universo-mundo.

El nunca bien llorado Robert Serra fue orador de orden, en sentido formal, en el bicentenario de la Batalla de la Victoria, (1814-2014), y Día de la Juventud. Invitado en fecha adelantada por el Consejo Legislativo del Estado Lara, que preside otro joven, el diputado Luís Jonás Reyes. Mucha gente, especialmente la juventud, vistió de alegría ese evento; y recibió a aquel joven cuyo tamaño, según él mismo comentara, era inversamente proporcional a la potencia de su voz. Acotó, en efecto, que Dios lo que le negó en tamaño se lo concedió en gañote. Esto porque algunos se quejaron que la corneta amplificadora que tenían cerca dizque no funcionaba y entonces aquel muchacho lleno de energía y vida soltó esa humorada, que todos celebraron. ¿Quién iba a pensar en ese entonces que la intolerancia y el odio le tenían reservada tan tristes eventos confusos y horrorosos como ese en que pereciera días atrás, que a todos nos tiene tan dolidos?

A ese acto formal de la Plaza de la Justicia, asistimos también nosotros que somos ya de “edad crecida”, en un rato libre que teníamos entre una clase y otra de la asignatura Sistema Educativo Venezolano, Bolivariano en la UPEL_IPB, sede del Este; y por nuestra afinidad con la Revolución Bolivariana pero también con ciertas diferencias) tomamos algunos apuntes de lo dicho por el joven diputado, de verbo tan encendido que a continuación vamos a compartir fragmentariamente. Fuimos además porque queríamos participar en esa celebración tan sentida siempre. O quien sabe si por un impulso atávico de regresar a la imposible juventud (Juan Nuño, dixit, en su Veneración de las Astucias); pues, en los años ´80 también nosotros nos deteníamos a reflexionar en esas perplejidades atinentes a la importancia de la Batalla de la Victoria, leyendo el libro “Historia de Venezuela”, Tercer Año de Bachillerato, de Alberto Arias Amaro. El único que teníamos. Nos gustaba esa historia épica y romántica, pura pasión y embeleso. A tal punto que andando el tiempo estudiamos Ciencias Sociales, mención Historia en el Pedagógico. Pero eso es otra historia, como decía el periodista larense Julio Pérez Rojas.

Inició su intervención el diputado Robert Serra diciendo que venía a hablar como chavista: un sentimiento que no tiene vuelta atrás en Venezuela, anotamos; e inmediatamente señaló que citando a Olivar Stone, los hombres como Chávez no tienen final, (están más allá del bien y del mal), no mueren. Mutatis mutandis, jóvenes como Serra, tampoco tienen final, otros como él y las nuevas generaciones multiplicarán lo mejor de su existencia y de su pensamiento.

Luego recordó a Eva Bonafine (de Madres de Plaza de Mayo, en Argentina) quien señalara, en sus palabras, que el legado de Chávez resulta indispensable para las luchas de liberación de nuestros pueblos e hizo un paréntesis para abonar en la tesis que la enfermedad de Chávez le fue inoculada pero a pesar de su dolor el pueblo resiste. Aun en la escasez el pueblo resiste.

Ante la ofensiva económica, la tarea es resistir por que ya había comenzado una acción inusitadamente violenta de la derecha, con el ataque a la Casa de la Gobernación del Táchira, para crear un foco de violencia, ese fue un escenario que planteó y en efecto el 12 de febrero se desató todo ese espiral, que no pararía en tres largos meses con las guarimbas; que por cierto hoy dizque vuelven a plantearse esos mismo sectores de la autoalabanza democrática.

Tenemos patria, frase que se usa como burla por ciertas personas sínicas y alienadas, es sin embargo uno de los elementos de apoyo en la actividad cotidiana de resistencia: ante la escasez y demás problemas, incluso la inseguridad que es responsabilidad de todos, decía en esa ocasión Robert Serra que tener patria, según el legado de Chávez, es la fuerza de voluntad, la fidelidad plena a Chávez y a un espacio, a un territorio, a una historia; ya, por demás, Chávez es la suma de todos…

Responsabilidad del gobierno, nacional, regional y local, también señaló Robert, es buscar los alimentos, ofrecer servicios buenos y de calidad, todo lo que se necesite, todo lo cual junto al fortalecimiento del proceso político mediante el compromiso y la conciencia debe hacer irreversible a la revolución; en ese sentido, argumentaba, la historia parece cíclica y se repite, hoy como hace dos cientos años están planteados escenarios donde las luchas emancipadoras aluden a darle un sentido político a los esfuerzos cotidianos, defender los logros alcanzados por la revolución bolivariana, por ejemplo, ser la quinta matrícula estudiantil mayor del mundo, no es poca cosa, más aún ese constituye una situación que muchos jóvenes no saben valorar; aunque verdad es que se requiera una mayor lucha contra la corrupción, ya que estamos minados por la falta de ética profesional, ante la falta de compromiso y lealtad a Chávez, que es la suma de todos, repitió.

El Consejo Legislativo del estado Lara, si mal no recordamos, se comprometió a publicar esa pieza oratoria del joven diputado hoy mártir de la revolución, Robert Serra. Esperemos que su colega regional, diputado Luís Jonás Reyes Flores, edite y distribuya ese discurso de ocasión, ya que fue más rico en matices y temática con su caracterización de la coyuntura actual que lo que aquí se reseña, pues fueron apuntes tomados al desgaire y casi sin propósito; además, lo vibrante de esas palabras no daban mayor ocasión para las notas reposadas, junto a que los vivas y aplausos aturdían y no daban sosiego…

Robert Serra, como decía Chávez desbordaba pasión patria y tenía un fuego sagrado en el alma, un ardimiento y fue un relámpago que iluminó apenas encarnado. Y como dice Hans Castorp: “Quien conoce el cuerpo, conoce la vida, conoce la muerte”…, principio aplicado no solo a la filosofía de la medicina sino también a la dialéctica de lo real, que diría Hegel.

Vayan, pues, estas líneas a la preclara memoria de ese joven que nunca morirá; el maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa en artículo de uno de sus libros señala que las ideas no se degüellan, como este canijo cuerpo en la dimensión contingente de la corporeidad, quien pone sus ideas en el viento hallarán siempre terreno fértil en las generaciones futuras, con otros jóvenes que se empinan sobre las dificultades, fue lo que hizo Robert Serra en la Plaza de la justicia de Barquisimeto en el Bicentenario de la Batalla de la Victoria y Día de la Juventud.


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Luís Saavedra

Docente, Trabajador popular.

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