Este 41 aniversario del Golpe de Estado contra el Presidente Salvador Allende, nos trae algunas noticias para reflexionar e ir más allá de recordar la muerte heroica y digna de este gran líder latinoamericano, así como el comienzo de la feroz dictadura que asoló a Chile dejando miles de víctimas, exiliados y una herida abierta en la memoria consciente y en el inconsciente colectivo memorístico de todos los chilenos. En este singular momento de hacer justicia con su pasado se debaten en el país posiciones en un momento soterradas y ahora cada vez más claras. Por una parte se estimula esperanza de lograr justicia con la acción emprendida por el Ministro Especial para Causas de Derechos Humanos, Miguel Vásquez de la Corte de Apelaciones de Santiago quien sometió a juicio a tres integrantes del Ejército por el asesinato del contautor Víctor Jara el 16 de Septiembre de 1973 en el Estadio Chile que hoy lleva su nombre, llevando a once los acusados por este crimen y por otra parte las diversas asociaciones de familiares de víctimas de la dictadura informan que permanecen detenidos desde el año 2000 mas de mil procesos por crímenes de lesa humanidad a cargo de 32 jueces especiales.
El magistrado Sergio Muñoz atribuye el hecho al denominado “pacto de silencio” imperante en las fuerzas armadas, sobre todo en quienes ejercían funciones para los años de la dictadura. Contra esta muralla se han estrellado no sólo los familiares sino los altos tribunales de justicia pues al decir de sus voceros ….“existen acciones formales para evitar respuestas formales”. “Por este motivo muchas veces no se ha podido llegar al autor material, entonces está la responsabilidad vinculada a la estructura que dispuso las acciones” .
En este mismo sentido apunta la contradictoria actuación durante uno de los gobiernos de la Concertación, cuando por medio de una Ley se reconoció la existencia de 30 mil presos políticos y desaparecidos con declaraciones de numerosos testigos, para luego impedir el acceso a estos archivos por más de 50 años garantizando así una total “impunidad biológica” de acuerdo a la denominación dada por los familiares de las víctimas . Es decir se espera en este plazo el fallecimiento de las víctimas y de los victimarios además del debilitamiento de la memoria. En la Corte Suprema de justicia no hay mayoría para levantar esta decisión.
En esta lucha por la memoria y en el lado de la justicia se apunta el hecho de la presentación de un Proyecto elaborado por la organización “Ciudadanos por la Memoria” entregado recientemente a la Cámara de Diputados, mediante el cual se solicita eliminar “los símbolos den exaltación personal o colectiva de quienes concretaron el Golpe de Estado de 1973”, basados en que representan lo opuesto a los valores der una sociedad democrática. Pero la derecha golpista viva aún en Chile, no descansa y desafiando todas las acciones en pro de la defensa de los derechos humanos pisoteados por la dictadura, tuvo la arrogancia de erigir en 2013 un monolito en honor a Jaime Guzmán ideólogo del pinochetismo como “ejemplo del amor a Dios, a Chile y al prójimo”. Sobran las palabras.
Como se puede apreciar en esta lucha por la Verdad y la Justicia no sólo se busca a los responsables de los crímenes del pasado, sino que se juegan dos visiones del futuro del país.
(*) Asuntos Internacionales de la Comisión por la Justicia y la Verdad.
