Palestina: Leer el dolor

La lectura de información técnica sobre la crisis en la franja de Gaza deja poco lugar a dudas. Israel es un Estado reconocido; Palestina no; Israel es la potencia ocupante, Palestina no; Israel, en tanto potencia ocupante y según las Convenciones de Ginebra, tiene más derechos que obligaciones, Palestina no.

Por ejemplo. Israel controla –más bien, niega- el derecho de libre tránsito de los palestinos y lo hace con retenes militares en los territorios ocupados o levantando un muro en Cisjordania que divide, no a palestinos de israelíes, sino a palestinos de palestinos.

Según la opinión consultiva del 9 de julio de 2004 de la Corte Internacional de Justicia: “Israel no puede invocar el derecho a la legítima defensa o en estado de necesidad con el fin de excluir la ilicitud de la construcción del muro.” En pocas palabras: según el máximo tribunal de justicia internacional el muro es ilegal e innecesario. Punto.

Y ahí viene el tema de la seguridad. Israel tiene fuerza aérea, Palestina no; Israel cuenta con vehículos blindados, Palestina no; Israel tiene un arsenal de armas de destrucción masiva -que según la revista militar más importante del mundo, Jane´s Intelligence Review (Special Report No. 14, Feb. 1997)- se compone de casi 400 ojivas nucleares y termonucleares y una variedad de armas químicas y biológicas (que explican la aversión de Israel al Tratado de No Proliferación); Palestina no; Israel es el más importante receptor de asistencia de parte de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial por un monto de 120 mil millones de dólares, ayuda que tiene una característica: “casi toda la ayuda bilateral de los Estados Unidos a Israel se da en la forma de asistencia militar” dice literalmente el reporte “U.S Aid to Israel” (Sharp M, Jeremy, April 11, 2014) del Congressional Research Service; Palestina, obviamente, no.

Así, no es casual que Israel califique mal en el World Peace Index -a 2014 tenía la posición 149 de 162- y Palestina está lejos de la seguridad y cerca del dolor que sugiere esta posición, pues es su población la que porta ese sufrimiento de forma, si bien no exclusiva, sí abrumadora y aquí las cifras son difíciles de controvertir: la Operación Márgen Protector inició el 8 de julio de 2014, al día siguiente -según la prensa israelí, Haaretz Jul. 9- la proporción de muertos era de 50 palestinos y 0 israelíes. El desbalance no es excepcional pues ha sido la constante en más de medio siglo de conflicto. Tan solo la Operación Plomo Fundido (Dic. 2008-Ene.2009) arrojó -según el reporte de la Misión de Hallazgo de Hechos para el Conflicto de Gaza (conocido como Reporte Goldstone)- el siguiente saldo en algo más de un veinte días de violencia: Israel, 13 víctimas fatales, Gaza 1,400 personas. Israel denunció falsedad: no fueron 1,400 los palestinos muertos –dijeron las autoridades- sólo matamos a 1,166.
Esto arroja la lectura de los datos técnicos, lo demás es analfabetismo.

fernando.montiel.t@gmail.com


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