Yo no soy amante de la violencia, mucho menos comparto la idea de la formación de grupos en defensa de algún colectivo social, eso lo podríamos llamar paramilitarismo, que en el caso colombiano ha dejado más problemas – desolación y muerte – que soluciones sociales, lo que pasa es que me parece que el Estado venezolano, en esta coyuntura política está medio blandengue, y vemos con estupor como en el estado Táchira han muerto tres (03) personas víctimas de la violencia desatada, y ya sin aparente control, de estos grupos violentos, que parecen estar infiltrados por elementos que se les han ido de las manos a la misma oposición y cometen actos que no son los característicos de protestas estudiantiles (quemas de centros comerciales, discotecas, pequeñas empresas de cualquier tipo), además que no quieren ceder a las guarimbas y han llegado al colmo de golpear a un señor de manera salvaje en la Urbanización Sucre por el solo hecho de ser chavista, además de la muerte de dos ciudadanos productos de las barricadas.
Hay ciudadanos tachirenses que viven felizmente en ese estado bendecido por su gente y por su naturaleza, que ya se están cansando de esta zozobra, de esta salvajada sin medida, que en vez de apagarse o disminuir está aumentando en intensidad y ya llega a la golpiza de las personas indefensas por tener una “condición” (humilde, pobre, negro o mestizo, pertenecer a algún partido que a “ellos” no les agrada) que a estos grupos les parece sospechosa y sin mediar palabra se van en contra de los ciudadanos a golpearlos de manera salvaje, o los escupen, los insultan como les da la gana, los tienen secuestrados, pasando necesidades de todo tipo. En fin, lo que todo ciudadano sabe que pasa en Venezuela actualmente, pero que en el Táchira cobra ribetes de verdadera endemia social.
Ayer veíamos una conferencia de prensa del gobernador Vielma Mora, donde éste repetía sin cesar que es un hombre de paz y que hace llamados de paz y de concordia a toda la población tachirense. Estamos de acuerdo totalmente con esta condición personal del gobernador y con esos llamados, estamos de acuerdo en que esa violencia se recrudece en la medida que ve que no logra su objetivo de ponernos a pelear a venezolanos contra venezolanos, pero de lo que también estoy convencido es que estos grupos violentos no se van a sentar en ninguna mesa a discutir con nadie, y menos de paz; estos señores están infiltrados por elementos que lo menos que quieren es la paz en Venezuela, no seamos ingenuos. Y la pregunta que me hago yo es la siguiente: ¿Dónde están los derechos humanos del resto de la sociedad tachirense? De los que quieren trabajar, estudiar, progresar, recrearse, hacer su vida normal en santa y sana paz.
El Estado trata muy bien a los elementos violentos, apegado a la CRBV, perfecto, pero es que ellos no actúan apegados a ninguna constitución, la violan con sus actos antisociales, con sus violentas y virulentas guarimbas, causantes de muertes, daños a la propiedad privada y pública, lisiados permanentes, y toda la carga psíquica negativa que deja, sobre todo en los niños que no entienden lo que está pasando con estos irracionales. Es decir, para los grupos violentos y sus “infiltarados” (porque eso es lo que son, infiltarados), infiltrados irracionales, hay la consideración de sus derechos humanos, pero ¿Quién repone una persona muerta? ¿Quién revive a Luis Gutiérrez Camargo, muerto en Rubio ayer al estrellarse contra una barricada y al otro señor que murió en San Cristóbal en las mismas circunstancias? ¿Quién le paga a José Gregorio Fernández Reatiga los daños que le causaron en el rostro producto de una golpiza que le propinó un violento porque José es militante revolucionario? ¿Quién paga todas las secuelas psíquicas y/o psicológicas que deja este asedio a la sociedad tachirense que va ya para un mes? ¿Quién paga los tratamientos médicos a los asmáticos o que sufren de las vías respiratorias, cuyas afecciones se han aumentado por la respiración del aire contaminado por la quema de todo tipo de basura? En fin, ¿Quién paga este altísimo costo social ocasionado por unos violentos que le quieren imponer a la sociedad venezolana un Presidente sifrino que a lo arrecho quiere sentarse en la silla presidencial? ¿Usted gobernador?
Acuérdese que los mejicanos del departamento de Guerrero organizan grupos paramilitares en contra de la violencia de los narcotraficantes, gracias, entre otras cosas, a la inacción del Estado mejicano para defender a la población civil de esos bandidos. ¿Eso es lo que queremos en Venezuela? ¿Estamos jugando con la paciencia del pueblo venezolano y la del Táchira específicamente?
Pare ya esta vaina gobernador, se lo imploramos por la paz en el Táchira, por la salud de la colectividad tachirense. No espere que se prenda una reacción alocada de la colectividad, se han dado algunas muy pacíficas, como la de las Vegas de Táriba, gracias a Dios porque estos violentos son unos cobardes que no pueden ver pueblo arrecho porque huyen despavoridos, gracias a Dios. MILITARICE SAN CRISTÓBAL. Llénela de militares por todas partes, ocupe con militares las calles y urbanizaciones donde pululan estos señores, que cualquier mañana de estas amanezca San Cristóbal militarizada, pero tranquila y que todos sus ciudadanos puedan hacer una vida normal como se lo merece cualquier ciudadano de la Patria de Chávez, y al que se atreva a volver a poner una guarimba detenerlo y pasarlo a órdenes de los tribunales. El Estado venezolano debe proteger, también, los derechos humanos de las mayorías pacíficas, no sólo las de los violentos, evitemos que el pueblo se arreche, Vielma Mora.
