Para tocar el fondo en Amuay

Es inevitable que los acontecimientos que se vienen desarrollando en Complejo de Refinación Amuay, sea objeto de debate nacional, sobre todo en un escenario electoral; ahora bien dentro de la marejada de opiniones es necesario separar la paja de trigo, de manera que algunas cosas no nos distraigan de lo esencial.  

En primera instancia es importante evitar que las posiciones maniqueistas no nos permitan ver con claridad el panorama, que por demás esta decir que es lamentable, dado que entraña la perdida de vida de venezolanos y venezolanas. En este particular me refiero a falsa disyuntiva: no hay mantenimiento (sostenida por la oposición) versus hay mantenimiento (sostenida por algunos voceros en el gobierno), es absurdo pensar que un complejo con tales dimensiones carezca de mecanismos de mantenimiento, e igualmente absurdo sostener que se tiene todo el mantenimiento,  dado que de ser así, no habría ocurrido en parte estos eventos.

Por otro lado hay una matriz de opinión  que plantean la falta de mecanismos de salud y seguridad en el trabajo en Pdvsa, y por ende en todos los entes del  Estado, cuestión que es risible en tanto, lo que prevalece en el mundo del trabajo es una indiferencia en relación a las condiciones seguras y saludables tanto en las empresas o entidades publicas y privadas, para ello basta revisar exhaustivamente la información disponible.  

“La realidad en materia de salud y seguridad en el trabajo sobre la base de la información disponible, sobre la cual hay decir que no se estiman las tasas de sub-registro, es decir, de accidentes o enfermedades no declarados en  los términos que establece la legislación venezolana; está signada por una creciente tasa de accidentabilidad tal como se puede apreciar en el siguiente cuadro sobre el reporte de accidentes  de 2005 a 2007 (Rondón, 2012):


AÑO

Total

Leves

Moderados

Graves

Mortales

Sin datos

2005

8.308

3.663

4.051

499

95

 

2006

34.202

20.843

11.567

  1.568

          224

 

2007

57.646

39.413

15.470

2.421

325

17


Ahora bien, es necesaria una investigación que de cuenta de lo ocurrido y de las medidas necesarias para evitarlo. Esta es una orden del Comandante Presidente, quien no evade las responsabilidades, aun así este es un gesto a emular por otros niveles de gobierno. Esta investigación  desarrollarse con tal efectividad y celeridad, que debe contraponerse a la practica de la impunidad, que  hace que la justicia sea un anhelo.

Sobre los acontecimientos, me quiero enfocar en la perspectiva de la salud y seguridad en el trabajo. En primera instancia me parecer pertinente apuntar los sucesos no puede catalogarse como un accidente, definido por  quienes impulsan el capitalismo como: “suceso inesperado y no deseado que interrumpe o interfiere el desarrollo normal de una actividad y origina una o más de las siguientes consecuencias: lesiones personales, daños al ambiente o daños materiales.” Según lo establecido en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat, 2.005), el accidente laboral es producto de condiciones inseguras e insalubres, que son responsabilidad del empleador, en tanto este contraviene lo previsto en el artículo 87 de la  Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela (1.999) que establece que: Todo patrono o patrona garantizará a sus trabajadores o trabajadoras condiciones de seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuados”. En última instancia el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel), en el órgano encargado de la certificación de los accidentes y enfermedades laborales, previa investigación por parte del empleador o empleadora, así como este último o última esta en la obligación de presentar las medidas para evitar accidentes en el futuro.

En términos generales no dudo que esto ocurra, es decir que se activen los mecanismos institucionales en Pdvsa (y el Ministerio de Poder Popular para la Energía y Petróleo), que el Inpsasel ejecute los procedimientos necesarios, entre otros entes. La interrogante que me asalta es otra, ¿esto es suficiente?, ¿realmente se abordará el problema de fondo?

Considero no es suficiente, puesto el problema de fondo es la gestión  generalizada de las empresas del Estado, en este caso Pdvsa, es decir que si bien es cierto esta al servicio de pueblo, en nuestro libre ejercicio de la soberanía; la lógica que impera es la de los burócratas. Así pues tenemos la industria petrolera al servicio del pueblo, pero con una conducción burócrata.  Esta lógica que manifiesta en la gestión en materia de salud y seguridad en el trabajo, asumiendo el modelo tecnocrático , “donde la encapsulación de los problemas de salud laboral en el ámbito experto técnico-médico-legal tiende a sustraer el control de los riesgos del debate social, generando una desproblematización de la salud laboral que solo es puesta en entredicho en forma de aparición episódica de tragedias y escándalos,  dejando indemne siempre los factores estructurales que los provocaron” (Navarro., 2003).

La alternativa radica en el protagonismo de los trabajadores y trabajadoras, que supone que estos y estas asuman “enfrentar de manera gramsciana, es decir, con una actitud hegemónica, el problema de la nocividad del ambiente de trabajo. Por hegemónico entiendo referirme a lo que entonces se definía como lo que “no constituía un encargo o mandato” por parte de los trabajadores: no limitarse únicamente a denunciar situaciones de riesgo y a delegar la solución “a aquellos a los cuales correspondía la obligación”. Ésta actitud hegemónica significa encargarse personalmente, -en el ámbito y respeto de las reglas-, de contribuir a crear puestos de trabajo que les  permitieran a los trabajadores no tener consecuencias negativas sobre la salud y, en perspectiva, expresar al máximo su capacidad productiva como seres pensante (Odonne, 2012)[2].

Actitud esta que cimenta el modelo obrero italiano, experimentado por los trabajadores y trabajadoras de Fiat en los 60, y que nos  permitido contar con un conjunto de referentes desde la practica para asumir la defensa de la vida y la salud en el trabajo. A manera de síntesis presento estos principios:

No delegación, entendida como la participación activa de los trabajadores y trabajadoras en los asuntos relativos a la salud y la seguridad en cualquier nivel y que se constituye en la base de la prevención, es decir, sin participación no hay prevención. Significa no delegar ni en los patronos o patronas, ni en los técnicos el análisis, la identificación e implementación de medidas para garantizar la salud y la seguridad en el trabajo.

No monetarización de la salud. En un sistema que privilegia la relación mercantil, la salud y la vida se convierten en mercancía que es susceptible de un valor. Desde esta perspectiva la salud y la vida no se venden o tranza, se conserva y esto implica asumir su defensa como canon.

Autonomía del conocimiento, a partir de la experiencia de los trabajadores y trabajadoras que desarrollan el trabajo, que supone conocer lo elaborado y superar este conocimiento sobre la base de diálogo de los grupos homogéneos, es decir trabajadores que realizan trabajos similares. Implica tal grado de avance que a partir de la experiencia italiana supuso “construir un lenguaje nuevo a partir del conocimiento de las trabajadoras y trabajadores de sus condiciones de trabajo”.

Validación consensual. Significa que el  conocimiento de los trabajadores y trabajadoras son la base para comprender y clarificar los problemas de la salud en el trabajo, es decir, que la experiencia (lo vivido) forma parte de lo real. Ahora bien, ésta realidad debe ser validada por los trabajadores sujetos del trabajo de una manera consciente. Así se hace necesario sistematizar y categorizar esa subjetividad del trabajador o trabajadora, a través de la objetividad que apoyan algunas ciencias y métodos técnicos en salud ocupacional.

Finalmente nuestra historia de lucha como trabajadores y trabajadores nos presenta referentes para asumir hegemónicamente,  los asuntos de salud y seguridad en el trabajo,  como parte del enfoque de control obrero, en el marco de la construcción del socialismo en nuestra patria. De tal manera que si no existe este impulso, seguiremos teniendo los mismos resultados. El desafío, no solo es Pdvsa.

Solo habrá socialismo con los trabajadores y trabajadoras.

Bibliografía

Navarro., A. M. (2003). Conocimiento experto y la gestión y percepción de los riesgos laborales en las sociedad industriales. Una reflexión desde la historia de la ciencia”. Ed. La Lucerna/.

Odonne, I. (04 de Septiembre de 2012). Reflexiones sobre el Modelo Obrero Italiano. . Obtenido de Central de trabajadores de la Argentina: http://www.cta.org.ar/base/IMG/pdf/Entrevista_IVAR_ODDONE.pdf

Rondón, J. (2012). LA PARTICIPACIÒN DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS PARA LA LUCHA POR LA SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO. Maracaibo: Fundación para la Ciencia y la Tecnologia Zulia.



[1] Sociólogo, se desempeña como Facilitador Profesional en Salud y Seguridad en el Trabajo I ( Diresat Zulia)en el Inpsasel, ha sido electo Delegado de Prevención (2011) y es Vice-Presidente del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros de los Trabajadores y Trabajadoras del Inpsasel (2.011).

jesusalbertorondon@gmail.com




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