Castigo y reflexión

Digiriendo la rabia

Quienes me conocen saben que soy optimista bajo cualquier circunstancia y diplomático hasta dónde los margenes de la razón lo permiten; pero hoy estoy sumamente dolido y molesto, así que necesito echar todo afuera!

Acabo de ver las declaraciones del coordinador de Salud del estado Aragua con propósito del lamentable fallecimiento de 11 bebés prematuros en el Hospital central de Maracay, aparentemente producto de una contaminación bacteriana; me sorprendió escuchar una suerte de justificación de lo sucedido, claro que no sé exactamente si él se explico mejor, pues los expertos de edición de Globovisión cortaron sus declaraciones.

Independientemente de las condiciones propensas de los neonatos, no se pueden descartar las responsabilidades humanas en el caso; sin duda que alguíen es responsable de esto, bien sea la administración del hospital, los encargados de la limpieza o él personal médico de guardia, o todos en su conjunto...No pretendo juzgar a nadie, sólo quiero hacer un llamado a la reflexión pues es inconcebible que una cosa como estas suceda, cuando en Venezuela se disponen de todos los recursos necesarios para atender emergencias. No me cabe la menor duda de que se trata de un caso mas de negligencia, la que lamentablemente aún forma parte de la conducta de muchos de nosotros.

Son innumerables los casos de negligencia en nuestra América producto del adoctrinamiento corrupto que vivímos durante muchas décadas; es tanto el lastre, que padecemos de una gran enfermedad social y muchos vivímos inconscientes de ella. No faltará alguna mente estólida que quiera culpar al Gobierno de Chavéz de esta y muchas otras desgracias que esas décadas de adoctrinamiento nos dejaron. A todos ellos quiero recordarles que la administración pública cuenta con millones de empleados, muchos de los cuales están contaminados con los vicios de la desidia y la corrupción, y que es necesaria una revolución profunda de cada individuo para que nuestra realidad sea la que muchos deseamos.

Culpables? seguro que los hay y deben ser juzgados; más la raíz del problema seguro esta en la falta de conciencia de muchos; y allí es dondé propóngo hagamos la reflexión. Tenemos una crisis de valores, porque fuímos adoctrinados por la televisión comercial; aprendimos a ser consumistas, faranduleros y egoístas. A rendirle culto a la belleza y a lo superficial, y a ver la honestidad como un sinónimo del ser pendejo, a dejar siempre para mañana, y a creernos capaces en todas la áreas cuando en realidad las mayorías hemos sido formados a medias... Por qué nos cuesta admitir esta realidad?

El proceso revolucionario que apenas empieza en Venezuela tiene entre sus obligaciones la de masificar la educación y elevar la calidad de esta; pero es la responsabilidad de todas y todos nosotros la de hacernos de la disciplina de estudio, hasta él punto que se convierta en un gran placer la lectura, la investigación y que los grupos de tertulia trasciendan de lo banal.

Cuantos no nos jactamos de que Venezuela reune las condiciones para ser la primera potencia pacifica del mundo! Cuantos no nos jactamos de poseer todos los recursos, las riquezas naturales? Todos lo hacemos, independientemente del color político, todos los hacemos; pero es que acaso sólo basta con eso? Con poseer los recursos? No! Se requiere de una transformación profunda de cada uno de nosotros.

No puedo dejar de mencionar mi molestia con los dueños de medios y periodistas a sueldo; que no terminan de entender que Venezuela urge de verdad y que nuestro pueblo requiere reeducarse con Valores humanos en función del bienestar de todos! En mis días de infancia fueron los medios de comunicación los responsables de la formación de mi generación; por fortuna algunas mentes claras en mi familia me apartaron de la adicción a la tele, pero lamentablente sé que muchos no tuvieron la misma suerte. Y aquí si me atrevo a culpar a alguien, a quien debo personificar para hacerme entender: culpo al sistema capitalista y al libre mercado que hizo de los medios de comunicación su mayor herramienta para el control y la comercialización de productos e ideas! Creo que la misma capacidad destructiva que tienen puede ser constructiva si les usamos para difundir con la misma vehemencia los valores humanos, que antes destruyeron.


dhdanieldh@gmail.com


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Daniel Emilio Hernández G.

Obrero, campesino, estudiante, Activista y ocupado en la construcción de una mejor humanidad. A veces ensayista y opinador

 dhdanieldh@gmail.com

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