El reto de Iris Varela

Al imaginario de este conductor de ¿Qué hago yo aquí? por Ávila TV, aparte de esa pregunta que no cesa, acuden siempre imágenes e ideas para ir armando una suerte de libreto mental que marcará el desarrollo de la entrevista insólita del día. Esta semana me tocó conversar con Iris Varela, titular del Ministerio de Servicios Penitenciarios, luego de un par de cancelaciones que me permitieron hacer un seguimiento mediático a la entrevistada, y empaparme del plan estratégico del sistema penitenciario venezolano, que diligentemente me hizo llegar mi amigo Frasso, su flamante jefe de prensa. Así las cosas, una de las primeras ideas fue plantearle un ejercicio en el cual yo fungía de abogado de los presos, para marcar distancia del Gobierno y para darle rienda suelta a mi solidaridad con quienes se encuentran en prisión. Sin embargo, hube de empezar la entrevista contándole la abortada idea y de cómo se fue desmoronando, a medida que la escuchaba en cada una de las visitas televisadas a los penales, por la sencilla razón que es ella quien se ha erigido como la defensora de los presos.

Cuando mucha gente pudo pensar, incluyéndome, que ese es un problemón que ni Supermán podía solucionar, en menos de tres meses hemos visto cómo a punta de diálogo esta camarada ha ido abonando el terreno para la pacificación de los presidiarios y la canalización de sus liderazgos. La misión es poner a trabajar a esa gente, le diría Chávez cuando la convocó al gabinete. Educarlos y prepararlos para el trabajo durante y después de la permanencia en la cárcel. Para hacerlo, Varela ha ido montando el plan estratégico, uno de cuyos objetivos es brindar atención afectiva e integral a los internos e internas en educación, cultura, deporte, salud, formación socioproductiva y de ciudadanía. Muy pronto habrá periódico, radio y TV penitenciarios. Ya hay escuelas de comunicación en varios centros de reclusión que se están fortaleciendo, como pudimos ver en el video de la jornada creativa en la que, mediante un concurso, los propios reclusos hicieron el logo. Están en marcha concursos de poesía y cuento, se están creando especies de bolsas de trabajo y un conjunto de reivindicaciones sociales, incluidas soluciones al retardo procesal, que los presos estarían asumiendo con entusiasmo.

Quienes me leen saben que no suelo escribir en tono laudatorio y que cuando entrevisto a veces me pongo incisivo, pero debo confesar que me quito el sombrero ante la camarada Iris Varela. Por fin vemos luz en la tiniebla carcelaria, la humanización de las prisiones que se habían convertido en verdaderos infiernos.



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Humberto Márquez


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