Brasil si puso en su sitio a la pro yanqui Comisión Interamericana de supuestos derechos humanos de la OEA

El TSJ Venezolano, sobretodo su Comisión Judicial, que dirige la política jurídica del país y La Cancillería, que tiene que ver con estas cosas, deberían tomas nota del Ministerio del Exterior del Brasil, quien, a través de una nota, protestó los pedidos insolentes y procaces de la pro-Washingtoniana Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), que su verdadero nombre es el Ministerio de Colonias del Imperialismo Yanqui; quien acostumbrada a presionar a Centro-América (Menos Honduras, que es un estado de facto) y Venezuela como le da la gana, quiso hacer lo mismo con la Republica Federativa del Brasil, pero allá si se topo con gente que tiene responsabilidad de patria y le ripostaron de una forma tal que los pusieron en su sitio, le cantaron la cartilla y les recordaron, en buen derecho, las limitaciones de sus funciones a la susodicha CIDH.

El imperialismo yanqui está aun adolorido, por la pateada que le dio la combatiente Dilma Rousseuff, cuando el Emperador Obama creyendo que ella no era tan “ducha” como Lula Da Silva y la podían utilizar, tal y como el imperialismo yanqui utilizó al Brasil de la dictadura militar y a los neoliberales de los 90, para que fuese su sargento peón en América del Sur y resulta que chocó, en Dilma, con una barrera infranqueable quien le habló duro y de frente y lo retó a que abriera los marcados, en franca alusión del imperio, que tanto se la tira de libremercadista, el cual le exige a todo el mundo que abran las puertas de su mercadería, pero ellos fronteras adentro son mas proteccionistas que un estado soviético; con ello Dilma le dijo, no solo, no se le arrodillaba, sino que su intención era competir con ellos, de tu a tu y a la vez que ratificaba la postura del BRICS (El grupo de países alternativo a los imperios capitalistas atlánticos mas Japón, integrado por Rusia, China, India, Sur África y Brasil), precisamente la contraparte gringa, a Obama no le quedó de otra que irse con el rabo metido dentro de las piernas con su música a otro lado, pero alevosamente preparando la venganza.

Pero la venganza a esa “pateada” de Dilma y la agresión injerencista no se han hecho esperar por medio de uno de los tres instrumentos políticos que Washington tiene para castigar a los gobiernos progresistas de Nuestramerica como lo es esta Comisión Interamericana de supuestos derechos humanos o CIDH (Los otros 2 instrumentos son el narcotráfico, muy ligado al terrorismo y la mal llamada prensa libre); y esta fiel al libreto imperial, inmediatamente le ha mandado una comunicación al estado Brasilero, de una forma descarada y demostrando una falta respeto y lo peor, una ignorancia pues se excede en sus reales funciones; en donde prácticamente le exigen paralizar de inmediato la construcción de la Hidroeléctrica de Belo Monte, para supuestamente garantizar la vida y la integridad personal de los pueblos indígenas, que según estos pitiyanquis, están amenazadas por la construcción de la Hidroeléctrica de Belo Monte.

Pero el Brasil, no es un estado mocho ni ha “arrugado” a los caprichos chantajistas de esta comisión imperialista y la Cancillería ha respondido, poniendo en su sitio y recordándole sus funciones de ley a la susodicha CIDH.

Tildó a la correspondencia de “precipitados” e “injustificados pedidos” y le recordó la subsidiaridad del sistema interamericano de derechos humanos, que esta subsidiaridad, consiste en que primero debe agotarse el derecho nacional, primero estos indígenas y sus representantes, que según la CIDH, su vida y seguridad personal está amenazada, deben accionar ante los tribunales Brasileros y después, y solo después, y una vez agotada esa vía nacional, es que pueden recurrir al sistema interamericano de derechos humanos. Eso lo dice expresamente la llamada Carta de San José de Costa Rica, que es el fundamento jurídico que crea la CIDH.

La “Intelligentzia” judicial venezolana y la Casa Amarilla deberían tomar nota, de este actitud soberana, ejemplar y más que todo de buen derecho; del estado federativo del Brasil; y no permitir que pitiyanquis recién llegados pretendan dar clase de derechos humanos y civilidad en la patria de Bolívar.


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Francisco Sierra Corrales


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