La cotidianidad del Metro de Caracas

La gran solución para Caracas, con el tiempo ha pasado a ser uno de los principales problemas que afecta al caraqueño/caraqueña; los problemas laborales se han convertido en la causa fundamental del deterioro del servicio que ya alcanza niveles alarmantes. Las horas picos se han convertido en los momentos más desesperantes para el usuario/usuaria que se dirige hacia su sitio de trabajo, supongo que muchos compatriotas trabajadores/trabajadoras habrán recibido su boleta de amonestación por la llegada tarde, de la cual no es responsable, por fortuna y gracias a la llegada de la Revolución Bolivariana, en la Asamblea Nacional los trabajadores/trabajadoras han gozado de diputados revolucionarios/revolucionarias que han aportado leyes garantistas de los derechos laborales, una de ellas la LOPCYMAT que establece la novísima norma de que la jornada laboral se inicia para el trabajador/trabajadora una vez que éste sale de su residencia hacia su sitio de trabajo, de ocurrirle un accidente éste se considerará de tipo laboral (art. 69, numeral 3). Esta situación debe obligar a los entes involucrados en la materia laboral a pronunciarse, ya que la cantidad de horas que pierde un trabajador/trabajadora en las instalaciones del Metro de Caracas, trasladándose hacia su sitio de labores, tiende a repercutir en la productividad de las empresas tanto públicas como privadas.

Pero el Metro de Caracas, a lo interno de sus vagones es un laboratorio de conversaciones de todo tipo, allí nos enteramos por ejemplo, que una lindísima joven, con cuerpo escultural podía obtener pasaportes de un día para otro, a voz alta así como les contamos, esa bella joven le comentaba a su amiga antes de bajarse en la estación Bellas Artes. Todavía falta mucho por hacer camarada Director Dante Rivas, para sanear la antigua Onidex, hoy Saime; pero pa´lante que la lucha es larga y el objetivo muy noble. Allí también nos enteramos de los desdichados que son los escuálidos apátridas, dos de ellos conversando sobre su viaje a Miami, acostumbrados como están a la ilimitada libertad que hoy tenemos en la República Bolivariana de Venezuela, pues conversaba uno de ellos que en las calles de la citada ciudad no se permite el consumo de bebidas alcohólicas ni siquiera en la puerta de su residencia, comentaba sobre una parrillada en el patio de la casa, cuyo humo molestó al vecino y éste llamó a la policía, la cual vino de inmediato, y por tratarse de latinos se vieron obligados a cancelar el festejo, por supuesto tanta “democracia gringa” terminó por convencerlo de su regreso a la patria, cosa que hizo y allí estaba en los vagones del metro echando sus cuentos. El Metro también refleja lo poco solidarias que son con sus congéneres las mujeres usuarias del servicio, como les gustan que los caballeros les ofrezcan sus puesto, ahh pero si se trata de una mujer embarazada como cuesta que una dama le permita sentarse en su puesto, pensamos que el Ministerio para la Mujer e Igualdad de Género tiene allí una vertiente de trabajo para sensibilizar a las mujeres usuarias a ser solidarias con sus congéneres de la tercera edad y embarazadas, de manera de cederles sus puestos.

Por estos días, en que la rutina habitual del servicio son los retrasos, la oposición aprovecha los minutos de parada para hablar en voz alta, responsabilizando al Comandante Presidente, Hugo Chávez, de los retrasos y el mal servicio del Metro de Caracas, por supuesto el silencio de los usuarios/usuarias permite que hablen abiertamente en esta “dictadura” que estamos sufriendo los venezolanos/venezolanas. Y mientras los opositores hablan y comentan, nuestros amigos trabajadores/trabajadoras del Metro de Caracas entran en contradicciones que dejan al descubierto que alguna de esas paradas del servicio no son precisamente a causa de fallas mecánicas de los vagones o eléctricas, esta semana los usuarios/usuarias nos quedamos sorprendidos por la metida de pata de los compañeros trabajadores/trabajadoras, mientras el conductor de los vagones informaba de que la falla se debía a un problema en una estación tal, por los parlantes exteriores de la estación, otro trabajador informaba que el retraso se debía a fallas en otra estación diferente, por supuesto al oírlo el murmullo al interior de los vagones retumbaba con la palabra: saboteo, saboteo, la temperatura subió al interior del vagón, por supuesto, hasta allí hablaron los escuálidos, de seguro la rabia popular se habría ido sobre ellos/ellas. Y hablando de fallas en el Metro de Caracas, esta semana también hubo una que nos sorprendió, “falla en la vía férrea”, anunciaron por los parlantes, casi media hora paralizado estuvimos los usuarios/usuarias en una estación de carga y descarga, esa información nos llevó a preguntarnos: ¿se estará realizando el mantenimiento nocturno a las vías férreas del Metro de Caracas?, cómo explicar, si éste se realizó en horas nocturnas, a primeras horas de la mañana siguiente exista una falla en la vía, ¿por qué no se detectó en el mantenimiento nocturno previo, tomándose los correctivos necesarios?. Algo huele mal por los lados del mantenimiento que se realiza al Metro de Caracas…

Y mientras el descontento crece y crece, la directiva de Metro Caracas sigue oídos sordos a las quejas de sus trabajadores/trabajadoras, al igual que el ministro Diosdado y el Comandante Presidente, Hugo Chávez. Tanta insensibilidad no es nada revolucionaria…El Socialismo debe estar en lo cotidiano, y en eso coincido con el camarada Leonardo Mac-Quhae, quien por estos días escribe en Aporrea.


Caracas, 8 de mayo de 2010




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Henry Escalante


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