04-08-15.-Los fallecimientos de los seis neonatos, ocurridos entre el sábado 25 y domingo 26 de julio en el Hospital Pediátrico de la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera de Valencia (CHET), no tuvieron que ver con una falla de atención médica o con problemas dentro esta instalación sanitaria, informó ayer María Auxiliadora Rangel, epidemióloga de la Fundación Instituto Carabobeño para la Salud (Insalud).
Rangel explicó al Correo del Orinoco que en el área se han presentado problemas con una bomba de agua que surte a parte del centro, pero que las “muertes progresivas de los seis bebés están ligadas a la condición delicada de salud con que ingresaron al hospital”.
Estas defunciones “no tienen connotación ni con dificultades internas del hospital, ni con una neuro-infección. Lamentablemente tenían unos pronósticos reservados, algunos trastornos motores hipotónicos, cardiopatías congénitas, otros con deshidrataciones graves, neumonías”, precisó.
Varios de ellos contaban con 24 días, otros con 55 días de estancia en el recinto. Lo que ocurrió “fue que las defunciones fueron muy seguidas”, lo cual “generó ruido, evidentemente, y llamó mucho la atención”, opinó la doctora, quien lamentó que “un grupo de madres, un poco alteradas, no oyó sobre la situación que se estaba dando”.
Ese fin de semana Rangel acompañó a funcionarios del Ministerio Público que llevaron adelante las actuaciones respectivas. Se practicaron las autopsias “y todas corroboraron los diagnósticos de ingreso y egreso” del establecimiento sanitario, recalcó.
Rechazó el hecho de que varios médicos hayan sufrido agresiones por parte de madres, a quienes “se les había dado información oportuna sobre el estado grave de sus niños, y el pronóstico reservado de cada uno”.
La deficiencia del suministro de agua, mientras se soluciona, se ha subsanado oportunamente con los camiones cisterna de Hidrocentro, afirmó. ”Estamos montados, el doctor Raúl Falcón, el gobernador Francisco Ameliach, todos y todas en solucionar no solo esto, sino todo dentro de la CHET, como se ha demostrado”.
Llamó al pueblo carabobeño a confiar en los equipos multidisciplinarios que laboran en la red pública de salud, quienes “hacen todo con mucho amor y que por supuesto no quieren que ninguna vida se extinga pero siempre hay situaciones como esta que evidentemente no se puede hacer más”.
COINCIDENCIAS Y FALTA DE INSUMOS
Una fuente, vinculada a la dirigencia del sector salud de la entidad, declaró a este diario que en este caso puntual “hubo indicios de que los recién nacidos habían ingresado en condiciones críticas de salud “al hospital”, por lo que se trató de un “hecho fortuito y para nada tuvo que ver con una supuesta bacteria”.
Sobre la bomba de agua, -añadió la fuente- esta lleva varias semanas dañada, pues “ha sido difícil su reparación”, debido a que la nueva “es sumamente costosa”. Desmintió la presunta negligencia médica que habría provocado los decesos de los pequeños.
Sin embargo, admitió que muchas veces se presentan faltas de algunos insumos y medicamentos, los cuales “no queda remedio que pedírselos a los mismos pacientes y familiares”. Pese a ello, reconoció que existe “un combate continuo del Gobierno” contra este déficit que “evidentemente no puede, ni debe, ser ocultado”.
