22 Ene. 2015 - El problema del desabastecimiento de rubros de la cesta básica es un fenómeno multifactorial, utilizado por la derecha venezolana como un elemento clave de la guerra económica. Sin embargo, este flagelo puede ser entendido si se analiza el proceso por el cual atraviesan estos rubros desde las manos del productor hasta que son adquiridos para el consumo en los hogares.

En el caso de la carne y el pollo, la cadena de distribución de estos rubros experimenta una distorsión que ocasiona sobreprecios, así como la ausencia de estos alimentos en los anaqueles de los usuarios capitalinos.

Para el director de la Integral de Mercados y Almacenes (Inmerca), oficina adscrita a la Alcaldía de Caracas, para solucionar el problema de la escasez se deben sincerar los precios de estos rubros, de manera que pueda favorecerse a cada uno de los integrantes de la cadena, pero en especial al pueblo.

"Se debe establecer un precio de venta justo, que pueda favorecer al pueblo y a los productores. Las desviaciones se presentan sobre todo en la distribución. Es fundamental consolidar una flota poderosa del Gobierno Nacional para transportar carne, pescado y pollo".

Manifestó que, por ejemplo, el ganado en pie está regulado en 17 bolívares, pero en realidad los productores lo venden a 60 bolívares por kilo. Una vez comprado por los distribuidores, estos lo expenden entre 180 y 230 bolívares por kilo a las carnicerías.

Los carniceros minoristas, al adquirir el canal (res muerta) en ese precio, para evitar fiscalizaciones facturan la carne a precio regulado y elevan el costo del traste, ya que éste no está regulado.

"El traste está formado por las vísceras del animal (hígado, pulmón, corazón, rabo, etc), cuyo precio no debería pasar de Bs 400, sin embargo, es vendido junto con el canal al carnicero en Bs 12 mil, para disfrazar el precio de la carne, y luego aquel se ve obligado a expender el producto a un costo muy elevado", indicó.

En ese sentido, agregó: "Si los productores e importadores y distribuidores mayoristas tienen las reglas del juego claras, nosotros podemos velar porque en los mercados municipales de Caracas se respeten los precios justos".

En cuanto al sentir del pueblo, dijo que: "Recibimos denuncias a diario de precios elevados de carne y cuando actuamos y revisamos las facturas de los carniceros, vemos que pagan la carne en Bs 230 el kg. Esta es la realidad en nuestros mercados municipales. Proponemos que se reactive la mesa de la carne del Ministerio del

Poder Popular de Comercio, para reanudar el programa de carne regulada de los mercados municipales y que además puedan, de manera definitiva, sincerar los precios de la carne."

Cambiar modelo de abastecimiento

Manrique hizo énfasis en la necesidad de cambiar el modelo de distribución y comercialización hacia otro que favorezca al pueblo.
En tal sentido sostuvo que debe existir prioridad en el abastecimiento de rubros como la leche, café, aceite, harina de maíz y el azúcar para el consumo doméstico, por encima del uso industrial.

"Es estratégico planificar la producción industrial de alimentos para el consumo doméstico y en segundo lugar el consumo industrial. Minimizar las mezclas de harinas, la saborización de arroz, y la producción para industrias de alimentos no básicos como chucherías, refrescos, derivados lácteos y otros, y priorizar la producción de alimentos para la familia venezolana", agregó.

Resaltó, además, que: "En el país se produce suficiente leche, si no, ¿por qué vemos entonces que hay producción de queso, suero, yogurt, chicha y helados que se fabrican a partir de este alimento? O dulces, pasteles, tortas, chucherías y refrescos que contienen azúcar, en el caso del azúcar. Debe existir un criterio político en la distribución de estos rubros, porque nos quieren dar un golpe de Estado con la excusa del desabastecimiento".

El funcionario explicó que en el caso de varios alimentos como café, azúcar, leche, aceite y, en particular, la harina de maíz, parte del problema del desabastecimiento radica en la distribución.

"Debe haber voluntad y decisión revolucionaria en la realización de las guías de distribución, favorecer la movilización de alimentos a los sectores populares y más poblados y no a zonas despobladas y de frontera, por ejemplo", precisó.

Al referirse a la decisión para autorizar el movimiento de alimentos, dijo que no puede ser un procedimiento administrativo y automático que se gestiona vía internet.

"La decisión para movilizar los alimentos desde los sitios de producción y procesamiento a los centros de distribución y consumo final debe ser una decisión política. No puede ser automática, la emisión de guías para movilización de alimentos es estratégica para lograr pleno abastecimiento en la población, a este aspecto hay que ponerle mucha atención, los mapas de distribución que se elaboran a diario cuando se emiten las guías de movilización deben ser la ruta de inspección de la Superintendencia de Precios Justos, eso es lo que hay que verificar, que se trasladen los alimentos a su destino, que no se desvíen, que no vendan con sobreprecio, que no se acaparen", explicó.

De acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura y Tierras, la producción de este rubro aumentó de 900 mil toneladas para 1998, a 2 millones 496 mil 207 toneladas para el 2010. Hasta el año pasado el inventario de maíz blanco contaba con alrededor de 450 mil toneladas del rubro, lo cual cubre la demanda actual, según ese mismo organismo.

Crear conciencia

Asimismo Manrique llamó a la población a acudir a las redes públicas de abastecimiento de alimentos, con el fin de adquirir los productos de la cesta básica, y no caer en las cadenas de especulación, que a su vez son alimentadas por fenómenos como la economía informal.

Mercado de hortalizas

Aunque el director de la Integral de Mercados y Almacenes, Franco Manrique, aseguró que existe pleno abastecimiento de hortalizas, tubérculos y frutas en la capital, existe especulación en la venta de estos rubros a la población.

Para Manrique, este fenómeno puede ser minimizado si en las guías de movilización de hortalizas, raíces y tubérculos que expide el Instituto Nacional de Seguridad Agrícola Integral (Insai), despacho adscrito al Ministerio del Poder Popular de Agricultura, se incluye el costo de esa cosecha. Eso permite conocer no solo la cantidad y el origen, sino también el precio, "eso nos permite en los mercados mayoristas inspeccionar los precios de venta al público en general y aplicar la Ley de Precios Justos.

Esta recomendación que hacemos al Ministerio de Agricultura ayudaría a estabilizar los precios de hortalizas, raíces, tubérculos y frutas, ya que eliminaríamos la discrecionalidad de los transportistas e intermediarios para especular con los precios de hortalizas".
Agregó que en la actualidad los precios los determinan los comerciantes intermediarios que se comportan como carteles en algunos rubros.

"En este caso volvemos a recomendar que el Gobierno Nacional conforme una flota poderosa para el transporte de estos rubros y planifique la producción de acuerdo con las necesidades del pueblo venezolano. La falta de una gran flota de transporte en los alimentos es nuestro talón de Aquiles.

Asimismo indicó que, así como el socialismo es el mundo del trabajo, también es la planificación de la producción, y esto incluye la zonificación de la producción agropecuaria, "vemos con preocupación que suelos tipo A sean usados para urbanismos o para actividades que no favorecen la producción de alimentos, como, por ejemplo, la cría de caballos, siembra de caña de azúcar para la producción de licores o ganadería.

Nos referimos a algunas zonas de Aragua donde tenemos suelos tipo A, los cuales representan solo el 2% de la superficie total de la nación. Esta realidad hay que revertirla y procurar producir alimentos en mayor cantidad y menos costos."

LADY GÒMEZ / CIUDAD CCS