Así como el  mundo occidental está intoxicado de tantas estupideces mediáticas, que ahora anuncian que el astrólogo Nostradamus habría pronosticado el triunfo de Donald Trump, según la guerra sucia de la señora genocida y resentida, cómplice de Mónica Lewinski, así  también, hemos de hacer pública otra profecía de Nostradamus, muy criolla: en esta guerra económica que vienen aplicando en detrimento del pueblo, arruinando a la familia venezolana y a sus trabajadores, mientras se hacen ricos unos delincuentes ladrones usureros, los bachaqueros conocerán pronto, antes de que cante el gallo tres veces, las hordas chavistas, para que,  a partir de ahora, empiecen a tenerle miedo al Pueblo y, luego, por la fuerza de los hechos, lo respeten, lo que significa que todo lo que han robado los bachaqueros a sus vecinos, a los trabajadores, por la compra-venta fraudulenta,  lo perderán.

     En cuanto a  las hordas chavistas, éstas vienen a  colación, a  propósito de un hecho, entre otros tantos,  como el atestiguado en la concentración  de los chavistas en la ciudad de Mérida, por el diálogo y la paz, con la presencia del Diputado Diosdado Cabello y del Gobernador Alexis Ramírez, en donde en horas previas a  dicho encuentro, en las emisoras radiales que controla, en absoluto, la derecha andina y tarifada, algunas de ellas, con dinero de los paracos de Álvaro Uribe Vélez, igualmente, con el mismo mensaje  reproducido en las redes electrónicas, la derecha hablaba con terror de las “hordas chavistas” y aconsejaba  bajar las santamarías y cerrar los portones de casas y quintas citadinas, como quien dice del  “downtown”,  porque venía el tal Diosdado Cabello ese, acompañado por el terrorista Alexis, que bastante vaina le ha echado a la nobleza andina de abolengo, es decir, a la godarria andina.

      El caso es que esa denunciada “horda chavista” que se ha multiplicado en cada estado y pueblo del país, es, en sentido estricto, lo que una vieja decía cuando subía de la cuesta del Chama: “Yo soy Pueblo como Chávez  y voy a  ver a Diosdao (así, sin el refinamiento lingüístico godo) y a mi gobernador Alexi (sin la ese, en cero fonético muy propio de los pobres y desdentaos), porque nadie más que ellos para defender a Maduro, al que le han echao tanta vaina, mientras a nosotros nos ha caído la plaga de los bachaqueros,  que nosotros,  mientras Maduro enfrenta a los golpistas de la MUD y dialoga con ellos pa’ que respeten la Constitución,  estamos pa’ enfrentar a esos bachaqueros que se están metiendo con nosotros, los más pobres, porque los ricos hoy son más ricos, con su guerra económica”.

     En fin, esa señora de la tercera edad, reproducía en su sentido estricto y etimológico, lo que significa “horda”, que en el Manual de los flojos, Wikipedia, la explica como:
Una horda (también orda, Ordu, ordo, Ordon) era una estructura socio-política y militar que se encuentra en la estepa euroasiática, por lo general asociados con los mongoles. Esta entidad puede ser vista como equivalente regional de un clan o una tribu. Algunas hordas de éxito dieron lugar a kanatos.

Pues bien, aunque  esa derecha con remedo de burgués  y la godarria criolla venezolana, cuando hablan del pueblo chavista  se refieren a éste, de manera peyorativa, en su sentido extenso, como a una grupo anárquico y armado, para infundir odio y estigmatización contra los chavista, la misma   no deja  de tener razón, en  el sentido  de  que el chavismo está ahora armado de las leyes del Poder Popular, las que en congruencia con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela  (CRBV), facultan al Pueblo organizado, para enfrentar a esta lacra social que conocemos como los “bachaqueros”, a los que conocemos en tres categorías o subgrupos perversos, entre ellos:

a) el malandro vecino estereotipado con la mujer fea y extravagante y el malandro de esquina, que revenden los productos robados, acaparados y ofrecidos en la calle, como forma fácil de hacerse de dinero sin trabajar honesta y dignamente;

b) luego, le sigue el bachaquero fabricado por el Grupo Polar, con el llamado “Código”, con el que imponen al pueblo la compra de un producto de primera necesidad, como harina precocidad, junto con  dos productos  a precios leoninos, generando con el robo a los pobres, en bodegas  y taguaras,  de las barriadas, pueblos y caseríos, jugosas ganancias para los ladrones de cuello blanco de empresas Polar y para el bodegueros ladrón y;

c) el bachaquero por antonomasia y sin disfraz, que recibe bajo acuerdo con las  mafias burguesas que controlan la producción y distribución, los alimentos y productores de primera necesidad, para revenderlos a sus propios vecinos, labrando fabulosas fortunas de la especulación y usura,  además de arruinar despiadadamente a sus vecinos, generando una hiperinflación desatada e incontrolable, sólo posible de conjurar cuando este Pueblo arrecho deje de aniñarse y sentirse indefenso y empiece por no  comprarle nada a los bachaqueros, los persiga, les arrebate todo lo que vendan y los coñasee, si fuere el caso, sobre todo, si este Pueblo empoderado, persigue a estos bachaqueros malandros  vecinos y les confisca todo lo acaparado y adquirido en este negocio sucio y lo destina para ser  repartido entre los vecinos, como lección ejemplar.

     Esto va a suceder, en oposición a la violencia de los ricos contra los pobres, que ellos han implementado utilizando a otros pobres delincuentes ladrones con ansias de ser neorricos, gracias al bachaqueo, que es lo mismo que decir, robando a los pobres, mientras esta práctica ha servido como arma política de esa parasitaria burguesía criolla, con su godarria temerosa de godos, que saben cómo han jodido  al Pueblo, para derrocar a Nicolás Maduro y liquidar el proyecto chavista.

     Hoy, se hace necesario que los bachaqueros de cuello blanco y los marginales vecinos ladrones bachaqueros empiecen a sentir el peso del Poder Popular y aprendan a temerle hasta que por la fuerza de los hechos aprendan a respetar al Pueblo. Es ahora o nunca.