El Presidente Maduro a finales del mes de Mayo, en su programa En Contacto Con Maduro del martes 24 de Mayo, creó el Programa Soy Mujer, instruyendo a Gladys Requena para entonces Ministra del Poder Popular para la Mujer e Igualdad de Género, para financiar proyectos familiares y colectivos a las mujeres emprendedoras del país, principalmente para la Mujer, aunque también se financian a hombres. Creado para apoyar la productividad de las féminas venezolanas y el desarrollo de la economía comunal. "La economía familiar es la base (…) voy a aprobar cien proyectos de economía productiva sólo para mujeres venezolanas, para financiar a las mujeres emprendedoras". Agregó el Presidente que había que apartar los criterios minimalistas a la hora de otorgar los financiamientos, que no quería decenas de créditos, ni cientos de créditos, sino miles de créditos para fortalecer a las mujeres, la generación de empleo, la producción. Para el mes de agosto se habían contactado a más de 1800 mujeres, según la coordinadora del Programa, Zulay Aguirre, para ese entonces no llegaban a 300 los financiamientos otorgados, siempre la burocracia afectando los planes y programas sociales. Sin embargo, según proyecciones recientes se espera concretar la formación y financiamiento de mil (1000) proyectos productivos este año 2016, para llegar a tres mil (3000) en el 2017. Información suministrada por la Viceministra Anaís Colmenares, en el programa La Pauta de Hoy, por VTV (18/10/2016). Añadió también la importancia no sólo de otorgar recursos financieros sino también de asegurar la formación de las emprendedoras, en alianza con el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces), la Universidad Simón Rodríguez y el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (Inia), entre otras instituciones del Estado. De igual forma, indicó Zulay Aguirre, en fecha 17/08/2016 en el programa El Desayuno por VTV, en referencia a las mujeres beneficiadas y por beneficiar: "Le damos acompañamiento, la ayudamos, orientamos a las que están empezando y a las que tienen un proyecto avanzado". Manifestó: "Este programa me ha fortalecido. Ver a esas mujeres, en esta crisis, que siguen trabajando, que continúan trabajando en la fuerza y amor que nos enseñó (Hugo) Chávez, ha sido grande". La Denuncia. Vamos a omitir nombres, porque se supone que quién niega el crédito es el Banco y no las personas que laboran en él, siempre decimos el banco tal nos negó el crédito, sea cual fuere los argumentos considerados y los análisis de riesgo, y no podemos echarle las culpas a los funcionarios si no hay un manejo de la política que desde el Estado se instruye en beneficio de sectores necesitados, en tal caso, pudiéramos señalar a la Gerencia que aplica criterios personales y no sociales en Instituciones que no deberían ser ultracapitalistas, sino socialistas siendo del Estado. Relato el caso desde uno de los Municipios más pobres del país, en términos de la economía que se desarrolla en él. Omitiré también la localidad intencionalmente porque si desde arriba, como siempre dicen "desde Caracas", no saben lo que pasa, el problema es falta de coordinación entre el Ministerio de La Mujer y el Banco Bicentenario sobre las políticas que deberían estar orientadas a fortalecer el Programa Soy Mujer. En el mes de Julio varias decenas de mujeres aspirantes del Programa Soy Mujer, con ayuda de las funcionarias de Madres del Barrio, lograron llenar la ficha del Programa para ser enviada al Banco Bicentenario, con la esperanza de acceder a un financiamiento sobre sus propias habilidades artesanales productivas y poder "mostrar" o demostrar su capacidad de producir y autosustentar su propia familia, en beneficio de ese núcleo familiar y de su entorno comunal. En el caso de una persona que aspiraba un financiamiento para una Panadería Artesanal, en la primera semana de agosto, desde un teléfono0212-9553800 recibió una llamada de una funcionaria del Banco Bicentenario, preguntando si la panadería en cuestión existía y si estaba produciendo, "ya que el Banco Bicentenario es quien dice si SI, o si No, para bajar el financiamiento… y si ellos preguntaban a los vecinos si la panadería no estaba funcionando al momento de la inspección el crédito no procedía". Estaba en pleno desarrollo la problemática del desabastecimiento del pan a nivel nacional, en plena vigencia la Guerra Económica, y el Banco atribuyéndose criterios contra la producción de este rubro tan importante. Vale la pena preguntar: ¿Sería mejor financiar a las panaderías que históricamente han especulado con el pan, o crear nuevas panaderías aunque sean artesanales para combatir la Guerra Económica?, por supuesto hay que reconocer que no todas las panaderías especulan con el pan. El Ministerio de la Mujer, de quién suponemos pidió el apoyo del Banco Bicentenario para "facilitar" el financiamiento a las mujeres emprendedoras y con habilidades creadoras, previo censo, estableciendo necesidades en esos núcleos familiares: Habrá instruido al Banco Bicentenario sobre los criterios a considerar sobre un Programa Social dirigido al sector más importante de la sociedad como lo son las madres de familia. El Presidente Chávez siempre lo decía: "Los modelos económicos tienen que funcionar para el ser humano, no para la macroeconomía". ¿Quién caracteriza las necesidades de las mujeres, es el Banco o el Ministerio de la Mujer con sus trabajadoras sociales? Previo a esta llamada telefónica, en el mes de julio fueron convocadas un grupo de mujeres, a través de UNAMUJER, para recibir la inducción de funcionarios del banco Bicentenario sobre los financiamientos productivos a financiar, llevándose una sorpresa las mujeres aspirantes al recibir la información de que tenían que estar funcionando en su Unidad Productiva familiar o Empresa, porque si no el crédito iba a ser rechazado. Llamando la Funcionaria del Banco, "explotadora" a una mujer que tenía una pequeña Casabera y no alcanzaba sino a pagarle 3 mil Bolívares a sus colaboradores. Para qué necesitaría esta pequeña empresaria un crédito, sino para fortalecer su empresa y lograr mejores remuneraciones. Criterios como los siguientes se dejaron ver en la inducción: "Yo como responsable de inspeccionar y aprobar los créditos no otorgo créditos a mi familia". Como si su familia tuviera la culpa de que esa funcionaria ostentara ese cargo, y le estuvieran pidiendo un favor, y el dinero y el Programa fuera de ella, y no una política del Estado dirigida a fortalecer la producción familiar y resolver un grave problema social como lo es el desempleo y la baja productividad local. "La mujer que tenga 4 matas de cambur en su patio o su terreno no va pal baile, de una vez sepa que no va a recibir financiamiento sino demuestra que está produciendo algo". Será que la solicitud de crédito es para producir, o simplemente para pagarlo al momento que se le otorguen y le descuenten sus gastos administrativos, intereses y demás. Qué interés tiene el Banco sino en el retorno de su capital, y no la producción que como política del Estado está promoviendo para superar la Guerra Económica. Pre juzgar a las beneficiarias, como si estas no tuviesen ni la capacidad ni probidad para pagar sus deudas. Los criterios Burgueses y Pequeño Burgueses, aplicados desde las decisiones que deberían ser institucionales y no personales de quienes las dirigen. El "Banco es del Estado" pero en la práctica sigue siendo un banco más de los tradicionales privados, de los que benefician solo a los que tienen dinero y no, a los que según ellos, no tienen como pagar. "Que nadie la engañara, quienes no tuvieran nada no iban pal baile". Pareciera una exageración, pero lamentablemente las mujeres fueron abordadas de manera discriminantes, criterios para nada orientadores. En pocas palabras dejó claro que quienes eran panaderas, deberían estar vendiendo pan, las peluqueras cortando pelo, y así sucesivamente. Cómo se podría medir el éxito del Programa, por la cantidad de créditos otorgados, que no podemos juzgar en este caso de la calidad de los beneficiarios, ni del apoyo que pudiera dar el Banco. Pero también, podemos medirlo por la cantidad de créditos dejados de otorgar y que seguirían afectando las potencialidades de nuestras mujeres creadoras. Vale cuestionar también la baja calidad política, en el sentido de las políticas bancarias del sistema financiero del Estado. Otro ejemplo, sobre la denuncia…la Inspección: En la segunda semana del mes de agosto, una aspirante a beneficiaria para una Panadería recibió casi a las doce del mediodía una inspección de dos funcionarios del Banco Bicentenario, quienes de manera malintencionada empezaron a cuestionar su capacidad productiva, y los pocos insumos que para el momento contaba, según ellos "las maquinarias necesarias para la panadería son muy costosas y los créditos que otorga el Banco son bajos". Como si la beneficiaria no supiera el costo de un horno, o sobadora o cualquier insumo que pudiera estar aspirando comprar con el crédito. Sugirieron preguntas con sus respuestas agregadas, como la siguiente: ¿Cómo iba a pagar el crédito si no estaba produciendo?, uno de los inspectores agregó ¿Cómo va a conseguir la harina si su papá tiene una panadería y tiene meses sin harina? Habría entonces que repreguntar a este funcionario, aparentemente con sus capacidades físicas e intelectuales, sino es capaz de ayudar a su papá a conseguir la harina, o será que no tiene capacidad para poner una empresa al día desde el punto de vista legal y solicitar el código en SUNAGRO y acceder a la Harina de Trigo. "Que necesitan un Nivel de Registro Mayor", según el funcionario deben tener una empresa registrada y con una cuenta aperturada en el Banco Bicentenario con una antigüedad de varios meses. No sabemos en qué parte del Programa Soy Mujer están contemplados estos requisitos. Las Mujeres entonces deberían olvidarse de este Programa Social y dirigirse a las entidades bancarias privadas donde le exigirán lo mismo y hasta menos requisitos que este banco del Estado. Para colmo, señalaron que "sabían que ese era un sueño familiar pero que estaban a la orden en el Banco bicentenario". Se deja claro la calidad de la inspección y la malintencionalidad de estos funcionarios, que en vez de orientar u ofrecer como dicen ellos "créditos pequeños" aunque sea para la adquisición de la materia prima, que se compra con dinero sin necesidad de "bachaquearla", para ello sigue estando el Estado y el acompañamiento que debe existir desde el, para que las beneficiarias también tengan acceso a la materia prima. Los créditos para panaderías artesanales y/o para las mujeres que elaboran pan, ascienden a dos millones de Bolívares a través del Programa Soy Mujer, más que suficiente para emprender una empresa de este tipo. Para colmo, alegaron que estaban apurados y tenían que realizar otras inspecciones, no permitiendo que la aspirante a Soy Mujer mostrara sus habilidades artesanales y poderles ofrecer el pan producto de sus manos. Las fallas en las políticas crediticias bancarias no pueden recaer en un programa estrictamente social que no sólo busca la reivindicación económica de la mujer y su núcleo familiar, sino desarrollar las capacidades productivas y creativas del Pueblo. Ninguna Guerra Económica podrá superarse bajo una visión minimalista y apegada a políticas burguesas de retorno de capital y no de producción. Si algún beneficiario de un crédito se retrasa por alguna razón el banco siempre cobra sus intereses de mora, más los intereses sobre el capital, y el propio capital; el más perjudicado en este caso sería el propio beneficiario que incurra en esta falta. Pero también la falta de orientación de recursos destinados a fortalecer el aparato productivo contribuye con la Guerra económica. Podemos decir que no solo la oposición le quiere activar el referendo a nuestro Presidente Maduro, sino las políticas manejadas desde un punto de vista personal de funcionarios que más que tratar de evidenciar su alta probidad, demuestran su baja sensibilidad social. La otra gran pregunta ¿Cómo vencemos a la guerra Económica? Si no es con la diversificación productiva, ampliando y creando más empresas y microempresas, que contribuyan al ofrecimiento cada día de mayor cantidad de productos. La Empresa familiar, las Unidades productivas familiares son una gran opción para romper con las roscas productivas que históricamente nos han especulado y desangrado nuestra ganancia social. ¿A quién le interesa la Crisis Económica? Si no es a la oposición, en vísperas de un evento político como lo es la recolección de firmas para un posible revocatorio, la escasez seguirá siendo su norte para fomentar el descontento social. Otra pregunta que hay que hacer: ¿Es el Programa Soy Mujer un programa social del Banco Bicentenario?, la creación, por parte de nuestro Presidente Nicolás Maduro, del Programa Soy Mujer cuyo alcance va dirigido a minimizar el descontento y la desesperanza que nos pretende devolver la oposición desde sus cúpulas y desde la Asamblea Nacional, podemos entender que el Presidente Maduro con su Gobierno revolucionario sigue haciendo esfuerzos destinados a superar los traumas en los sectores más afectados por la Guerra Económica, incluidas aquellas compatriotas que inclusive son afectos al Chavismo, pueden acceder a los Programas Sociales del Gobierno. |