Con la comida…. ¡no se juega!

¡Estamos viviendo una crisis!

Por supuesto que la crisis es económica, pero no solamente es eso, es ética, es política, es moral, es social, es de valores, y precisamente la crisis económica no es la más grave. Es la corrupción, la flojera, el facilismo, la viveza criolla, el cuanto hay pa’eso. Todos quieren estar enchufados, pocos quieren trabajar, pues faltan estímulos para eso, en un país con tantos obstáculos a la productividad. Nos tienen acostumbrados a resolver todo a realazos, especialmente después de que comenzamos a depender de la renta petrolera. Pero la vida no es solo petróleo, oro, minerales, dinero, etc. Hemos olvidado que lo más importante es la alimentación, el agua, la paz, la tranquilidad, el medio ambiente y que actualmente dependemos de la importación de lo más esencial y básico para la vida, pues no estamos en capacidad de producir lo más fundamental. Somos en extremo vulnerables y dependientes de quienes producen todo tipo de bienes de consumo y de producción y evidentemente los principales culpables de nuestra situación son quienes han tenido y tienen en sus manos las riendas del país, en el aspecto económico, político y social. Aquellos en quienes hemos depositado, o hemos tenido que depositar, nuestra confianza para dirigir el país. Nada los exime de esa responsabilidad. Pero no debemos sentarnos a lamentar nuestra desgracia, tenemos que actuar, porque lo que viene es peor.

La crisis alimentaria se acerca a pasos agigantados. Tenemos que prepararnos, tenemos que cambiar, tenemos que producir nuestros alimentos, tenemos que dejar de ser tan dependientes, tenemos que ser más productivos. Tenemos que transformar nuestra materia prima, que bastante tenemos: petróleo, gas, hierro, aluminio, cobre, plomo, estaño, níquel, productos agrícolas y agropecuarios de todo tipo, pero sucede que nuestros gobiernos y empresarios exportan nuestra materia prima sin agregarle valor y luego importan productos terminados, porque su obsesión es obtener dólares, para depositarlos en el exterior. Actualmente, después de haber despilfarrado las enormes riquezas generadas por la bonanza petrolera en estos últimos años, no ven otra alternativa que la entrega del oro y los minerales que se encuentran en el Arco Minero del Orinoco a numerosas empresas transnacionales de la minería, cuyas consecuencias negativas constituyen el mayor ecocidio del planeta en toda su historia.

¡Mientras tanto, el desarrollo agrícola del país, padece del más irracional abandono por parte de un "gobierno revolucionario y socialista"!

¡Si no producimos lo que necesitamos comer, estamos jodidos!

Tenemos que incrementar la producción agroalimentaria, para lo cual contamos con extraordinarias condiciones envidiables, y los excedentes, que se dediquen a la exportación, deben tener el mayor valor agregado posible.

El capitalismo está conduciendo al mundo muy rápidamente hacia un desempleo de características alarmantes, como nunca antes había sucedido, debido a la neotecnología basada en la robótica, la nanotecnología y los nuevos avances en la genética. Y todo esto es controlado por las grandes empresas transnacionales, dirigidas por un reducido grupo de personas egoístas, indolentes, insensibles a quienes para nada les importa el resto de la población.

A propósito de un trabajo muy interesante sobre el tema de los alimentos, cuyo título es "Con la comida no se juega", realizado por un grupo de importantes periodistas, investigadores, ecologistas como Naomi Klein, Gonzalo Palomino, Silvia Ribeiro, Karin Nansem, Mariano Cereijo, etc. y profundamente preocupado por el tema agrícola en nuestro país, he decidido escribir unas líneas al respecto.

El tema de la producción de alimentos se torna cada vez más importante, ya que es controlado por grandes empresas transnacionales y porque se está usando como un mecanismo de presión política y como hemos comentado, Venezuela es muy vulnerable en este aspecto. Uno de los rubros que nos muestran esta realidad lo constituye el maíz. Como es sabido, México ha sufrido el impacto del mercado estadounidense en este producto tan vital, ya que después de ser un país autosuficiente, ha pasado a depender fuertemente del maíz transgénico y subsidiado proveniente de los Estados Unidos, mientras la producción mexicana ha descendido notablemente arruinando a millones de campesinos. Ahora Venezuela parece ser la próxima víctima, por carecer de la producción suficiente para su consumo y seguramente Estados Unidos, México, Argentina y Brasil, Colombia, por razones obvias, se negarán a suministrarnos incondicionalmente el maíz que requerimos. Pero esto es solo el comienzo, otros productos irán aumentando la lista. No olvidemos a Monsanto, Bayer, Cargill, Syngenta, Dupont, John Deere, etc. No se trata únicamente de semillas y agrotóxicos, sino del control global de la alimentación. Ellos nos quieren poner de rodillas y lo lograrán si no tenemos soberanía alimentaria. Para eso se están apoderando además, de las tierras fértiles del planeta como sucede en Colombia, Brasil, Australia, Argentina, Paraguay, etc.

Según el censo de 2011, en Venezuela el 89% de la población vive en las ciudades, consumiendo lo que con mucha dificultad produce el 11% restante en el campo. Estos porcentajes son muy similares a nivel mundial, pero en algunos países, la tecnología permite una producción inmensamente superior a la nuestra y mucho más económica. Esto nos permite concluir, que si el espacio rural venezolano recibiera una mayor atención en cuanto a vivienda, salud, educación, electricidad, agua potable, transporte, vialidad, tecnología, equipamiento agrícola, servicios comunitarios básicos y otros incentivos, se generaría un flujo importante de población de regreso al campo, ya que en las zonas urbanas, buena parte de la población vive en condiciones deplorables y muchos, gustosamente trabajarían en Unidades Productivas Integrales (UPIS), lejos de la contaminación y congestionamiento de las grandes ciudades.

Venezuela cuenta con la enorme potencialidad de 30 millones de hectáreas, aguas abundantes, un clima paradisíaco y sin huracanes, lo cual nos permitiría un desarrollo armónico de una agricultura verdaderamente ecológica. Pero la mayoría de nuestros campesinos no disponen de maquinaria ni tecnología adecuada para desarrollar eficientemente sus tareas. Lo común son los aperos agrícolas más rudimentarios: palas, machetes, hachas, picos, chícoras, rastrillos, tijeras, regaderas, guadañas, escardillas, sierras y la tracción animal a base del buey, caballo, burro, etc. Es casi desconocida la maquinaria agrícola como motocultores, tractores, rastras, surcadoras, abonadoras, sembradoras, fertilizadoras, fumigadoras, sistemas de riego, taladros, cortadoras, moto sierras, segadoras, desbrozadoras, cosechadoras, desgranadoras, trilladoras, empacadoras, etc. En muchos países del mundo se produce maquinaria agrícola de excelente calidad para todo tipo de usos y gran diversidad de tamaños, que debiera ser adquirida en grandes cantidades, por alguna institución oficial y vendida luego con facilidades de pago y libres de impuestos al campesino venezolano,

mientras nuestras universidades, junto con empresas de CVG comienzan a producir este tipo de maquinaria en el país. Todo esto se podría lograr si realmente existiera voluntad política, cambiando los insultos entre los dirigentes, por acciones que beneficien al pueblo.

Nuevamente invito a visitar, conocer, discutir y divulgar UNA PROPUESTA AGRICOLA NACIONAL, que de someterse a un debate público, podría generar muchas ideas adicionales, que nos permitirían diseñar un hermoso Proyecto Agrícola Nacional, en el cual, tanto el gobierno, con todas sus instituciones, PDVSA, FAMB, CVG, las Misiones, las universidades, los trabajadores, la juventud y el pueblo en general, se vean involucrados, beneficiados y además, sean partícipes de de la construcción de una nueva Venezuela para los tiempos por venir:

http://propuestaagricolanacional.blogspot.com/

Es una propuesta que nos invita a tomar consciencia acerca de la importancia que tiene la producción de alimentos como una actividad, que además de darnos independencia y soberanía, nos proporciona una gran calidad de vida. Mucho más importante que el petróleo, que el oro, los diamantes, el coltán, etc., es producir alimentos, pues sin alimentos no hay vida. Nuestras universidades, nuestra fuerza armada, nuestros trabajadores, nuestros estudiantes, toda la población debe tener presente que la producción de alimentos sanos es la actividad que merece nuestra mayor atención. He comentado esta Propuesta con muchos funcionarios del MAT, el INTI, el INIA, gerentes de PDVSA y PDVSA Agrícola, etc., pero hasta ahora, desafortunadamente, no he recibido ninguna respuesta de ellos. El gobierno anuncia ocasionalmente la llegada de un barco con 30.000 toneladas de maíz, lo cual es insignificante, pues necesitamos 4 millones de toneladas para satisfacer las necesidades nacionales. A este paso, como se ve, nunca tendremos seguridad alimentaria y menos aún, Soberanía Alimentaria. El Gobierno pretende convencernos que con el Show de la Agricultura Urbana, que consiste en sembrar maticas en las ventanas de los apartamentos alcanzaremos la Soberanía Alimentaria. Eso además de falso es ridículo. A su vez, el gobierno tiene totalmente abandonado el campo, pero adiestran a sus coros para que griten: "Así, así, así es que se gobierna".

Y mientras tanto,

¿Qué hace PDVSA Agrícola, S.A.?

¿Qué ha producido desde que se fundó?

PDVSA Agrícola fue constituida en el año 2007, "su propósito es realizar actividades de producción de materia prima de origen agrícola, para el procesamiento industrial agroalimentario y agroenergético en la República, contribuyendo con el desarrollo agrícola sustentable del país. Además, debe visualizar, definir, implantar y operar los proyectos industriales para la producción agroalimentaria y agro energética en el país, así como asegurar el desarrollo armónico del entorno y la participación activa de las comunidades rurales en el plan maestro de desarrollo socioproductivo local asociado a sus proyectos y orientado a garantizar la seguridad alimentaria, mejorar la calidad de vida y promover la creación de Empresas de Propiedad Social (EPS) que apoyen a la nueva industria nacional". Si observamos el estado de la actividad agrícola venezolana, es claro que muy poco ha hecho en estos nueve años.

Son muy elocuentes las palabras del General en Jefe Vladimir Padrino López el 22 de septiembre 2016: "tenemos que organizarnos": "PDVSA Agrícola pasará al Ministerio de Agricultura y Tierras", con el propósito de aumentar la producción de alimentos en el país, destaca Padrino López.

"Importante resaltar que PDVSA Agrícola, dio comienzo a la cosecha de 400 hectáreas de arroz en tres unidades de producción, en el estado Barinas".????

"Hay algunas cosas que tenemos que organizar en casa primero para aumentar la producción, nuestra eficacia, eficiencia, deslastrarnos del burocratismo, de la ineficiencia, de la corrupción", dijo el Ministro de Defensa.????

Por otra parte:

¿Qué hace PDVAL, S.A.?

¿Qué hace PDVSA Industrial, S.A.?

¿Qué hace el MPPAT ?

¿Qué hace el INTI?

¿Qué hace el INIA?

¿Qué hace el MINPPAL?

La clase dirigente venezolana a lo largo de toda la historia, nos ha demostrado que no le interesa la alimentación del pueblo. Para ella, más importante es el petróleo, la minería, el oro, los diamantes, el coltán, etc., puesto que de esta manera consigue "dólares frescos" fácilmente.

¡Si no producimos lo que necesitamos comer, estamos jodidos!

12 /10 / 2016



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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