Binoculo Nº 229

CocchiolaGate

De qué tamaño serán los desastres en la alcaldía de Valencia que la propia oposición le dio la espalda al zar de la madera. Ese es el problema de suponer que la política es una cosa sencilla, relacionada directamente a las cosas fútiles, al escarnio, al cohecho y la incompetencia. Realmente, la política es más que eso. Y los errores se pagan muy caros. Deberían verse en el espejo de la MUD, cuyas torpezas han sido de tal envergadura que cada vez está más sola. De hecho, uno de sus pensadores, JJ Rendón ha declarado su muerte.

Debió ser en 1993 cuando entrevisté a José Vicente Rangel para el ya desaparecido diario Economía Hoy, ubicado en la esquina de Urapal en La Candelaria. Por supuesto fue una interesante entrevista, porque no podía ser de otra manera cono semejante personaje. Rangel estaba alejado de la militancia política. Ambos veníamos del aquel fracaso de la Nueva Alternativa, cuando lo hicimos candidato presidencial para las elecciones de 1983. Yo pertenecía entonces a la Dirección Nacional de ese movimiento cuyo fracaso se debió más a los intereses mezquinos de la izquierda que al verdadero deseo del país por encontrar un cambio. Uno de sus dirigentes al frente es el hoy santa talanquera Norteamérico Martín.

Diez años después yo lo entrevistaba a Rangel como reportero y recuerdo haberle hecho una pregunta que me resultó clave. ¿Volvería a ser candidato presidencial? Su respuesta fue tajante: “zapatero a su zapato. Soy un periodista y el periodismo es una militancia política”.

Traigo a colación la anécdota porque he dicho repetidas veces que una cosa es un supuesto buen gerente y otra un buen jefe político; que una cosa es una empresa y otra un ente público; y que la experiencia en la empresa privada no es aplicable a la gestión pública. Y es casi elemental la razón: la empresa privada está hecha para desgraciarle la vida al trabajador y hacer rico a su propietario. La administración pública es un instrumento al servicio de la sociedad. Ni produce ni planifica enriquecimiento. Construye para todos.

La historia está llena de mucha gente venida de la empresa privada, enarbolando un supuesto éxito al frente de ella, que se estrelló rotundamente en el ejercicio público. Siempre ha debido ser obvio, porque lo primero que debe cambiar un gerente público es su estructura mental. No puede ser el mismo gerente maltratador, vejador y prepotente, con el empleado público, mucho menos cuando la burocracia es profundamente incompetente y corrupta.

Pero Don (eso significa De Origen Noble) Miquelle Cocchiola, luego de estar 40 años tragándose los bosques venezolanos al frente de Maderas Imeca, decide hacer de “Valencia 100% Bonita” una ciudad vivible y agradable para los valencianos. Estoy seguro de que su intención era buena, pero el complejo de mando y de ordenar para que los demás obedezcan, lo llevó a rodearse de los peores, unos, cuyos conocimientos de la política es inexistente; y otros, ya duchos en esa lides, pero están cargados de vicios y corruptelas.

Recuerdo a Felipe González cuando trece años después de estar el Psoe en el poder, se descubre toda la maraña de corrupción que imperaba en ese centenario partido español, acuño una frase para la historia: “el poder corrompe”. “Tarde piaste pajarito” hubiera dicho Luis Herrera Campins.

De tal manera que ya es un consenso no solo la ineficiencia de la gestión del alcalde, sino la supuesta barbarie que se está cometiendo allí con los dineros públicos. Desde hace tiempo es vox populi en el argot popular, pero porque viene de las denuncias internas del ente. Y sabe mucha gente en el estado que se están cometiendo barbaridades casi innombrables. Pero como al fin y al cabo todos son cómplices, por participación o por omisión, nadie es capaz de denunciar nada, así tenga las pruebas.

Lo que sí hizo la oposición fue deslindarse de lo que alguna vez se llamó el Cocchiolismo –ya reducido a la alcaldía únicamente- argumentando que había posiciones irreconciliables. Amigos me comentan que hubo un pacto entre los altos jefes de la oposición en Carabobo para sacar de en medio al alcalde. Pero yo me pregunto, a quién puede afectar un liderazgo que no convoca a nadie. Qué tan importante puede ser el burgomaestre para la política carabobeña. Porque ni siquiera por su dinero, pues es conocida su fama de pichirre. Según me cuentan le dicen “manito e´caimán”.

Yo no veo otra cosa en su gestión que no sea una implosión. La gerencia de la alcaldía no ha dado pie con bola, comenzando por la basura, convertida en una maldición, sobre todo para los carabobeños del sur de la ciudad. Y a ello debe sumarse el encontrar alguna calle que no esté rota, además de la incapacidad para resolver el problema del transporte y pare de contar.

Es decir, el burgomaestre resultó un fracaso. A pesar de sus buenas intenciones que estoy seguro las tuvo. Pretendió conducir la alcaldía como una empresa y se estrelló como se han estrellado todos. Aunque en política no se sabe, es seguro que no se lanzará a nada. Entrará en la historia de los fracasados alcaldes que ha tenido Valencia, ciudad que parece arrastrar con la maldición de la “Casa Bella”, cuando el traidor Miguel Peña se retiró de la fiesta antes de la matanza que hicieran Boves y sus huestes con los asistentes.

Caminito de hormigas…

María Corina se mueve con fuerza en un intento por ser designada en el puesto de Chuo Torrealba. Creo que todavía no sabe que ya eso es una botella vacía… Ya Juan José Rendón dijo que la MUD murió y era menester crear otra cosa. El descontento en la oposición es generalizado, incluyendo a sus cuadros medios… Un amigo de la Secretaría de Cultura de la gobernación me dijo que no son ocho sino diez las bibliotecas que están cerradas por falta de atención… A quién le meterán ese cuento de que remodelar la Plaza Bolívar cuesta 180 millones. Y mucho menos que le consultaron a los valencianos. A mí no… Agarren esta y que no se les caiga: 85% de los carabobeños votó contra Maduro. Y ahora, cuando el chavismo debería estar más presente en los barrios. Nada. Y además, no han podido detener la corrupción con los Clap.


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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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