Diosdado, no tiene la culpa el escuálido, sino el “chavista” que le da el garrote

Estimado Diosdado, muy bueno ha sido tu consecuente llamado, en cuanto a reiterar que “Una revolución se hace con revolucionarios y revolucionarias” y resaltar que “cada vez que nosotros pongamos en un cargo de dirección a un escuálido a una escuálida va a sabotear la gestión de la revolución y va a sabotear porque esa es su naturaleza sabotear la revolución porque esa es la instrucción que le dan”. 

Y es que definitivamente, un escuálido o escuálida, jamás hará revolución, ya que, por acción u omisión solo contribuirá a destruir o detener lo que, con esfuerzo hemos logrado. Lo cierto es que, te felicito, porque tu válida insistencia, ha puesto a más de uno en apuros por ese “pequeño detallito” de tener en sus filas de dirección a fieles opositores de la revolución.  

Ahora bien en este tema se te ha olvidado algo muy importante: No tiene la culpa el escuálid@, sino el(la) “chavista” que le da el garrote, sobre todo porque el día de mañana lo volverá a hacer, ya sea por amiguismo, corrupción, desidia, negligencia, indiferencia, o todas las anteriores. Así que previendo que el “sacudón” no durará mucho, te traigo a colación este tema porque pareciera que el único “indicador” para detectar la contrarrevolución en “la vanguardia” es una firma que sin ninguna coherencia ni principio, estampa quienes asumen descaradamente cargos de confianza de la revolución.

Compatriota, si  no confías (sentimiento que comparto) en quienes firmaron para revocar a nuestro presidente obrero Nicolás Maduro y están flamantemente frente a un cargo de alta dirección del gobierno nacional, regional, municipal, institución, empresa,  proyecto o misión de la revolución,  mucho menos debes confiar en quien le puso o lo hizo llegar hasta allí. 

En fin, mi estimado Diosdado, está escrito que “por sus actos los conoceréis”, así que, más allá de una firma que es su derecho , es nuestro deber impedir que sean contrarevolucionarios  quienes lleven la rienda de nuestra revolución, ya que sabernos porque “camino” nos llevarían o peor aún nos están llevando. Por ello te pido con la confianza y esperanza que me inspiras, que pongamos más atención a la acción que a la rúbrica, porque a la final firmas vemos, escualidez no sabemos. 

Asi que, es justo y necesario que hagamos nuestra parte y se la pongamos fácil a nuestro presidente Nicolás, quien con dignidad y gallardía está dando la batalla a la guerra económica, mediática, política e internacional. El reto es, que en los puestos estratégicos solo estén quienes crean y trabajen por y para el pueblo, y que con sus resultados y logros demuestren su compromiso con la patria de Bolívar y Chávez, porque en definitiva, como tu bien lo dices… “Una revolución se hace con revolucionarios y revolucionarias”.  La tarea no es sencilla, pero cuando logremos esto, empezaremos a  construir con firmeza la patria socialista de igualdad y equidad para todos y todas.

¡Chávez Vive, La Patria Sigue!

yamiladumont@gmail.com



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