Pildoritas 53 (año IX)

Reflexiones en una cola inmensa

Este viernes, día feriado, me vi obligado para no someter a mi carro al peligro de que por quedarse sin combustible, los sedimentos del mismo dañaran la llamada bomba de gasolina, y por el extravagante costo, que supera el valor del vehículo,  quedarme a píe o  tener que  movilizarme en las busetas, cuya mayoría, aquí en el Táchira están en estado deplorable, me dispuse a hacer cola, quedando por suerte a siete cuadras de los surtidores. Aproveché para escribir lo que aquí les envió a mis lectores.

Después de casi cuatro horas, logré llenar el tanque. Durante el tiempo de espera observé que  mucha gente se salía   de su vehículo y  como para matar el tiempo, se formaban en pequeños grupos de tertulia ,  a lo largo de la cola, que me dediqué a recorrer, parando la oreja para poder comprobar que lo que se oía de quienes llevaban la voz cantante, no era otra cosa que improperios contra el gobierno y ni una sola palabra de alguien que se atreviese a salirle al paso a la sarta de argumentos que lo que hacían era repetir, casi que de memoria, todos los mensajes de odio que a diario le oímos a los líderes de la derecha, que han inculcado además de odio, el convencimiento en las mentes de mucha gente de que el gobierno es culpable de las vicisitudes que, millones de venezolanos estamos viviendo.

Los rostros de rabia contenida evitaron que yo me atreviera a intervenir, no por cobardía sino por un simple instinto de conservación, pues bien sabemos,  cómo se han dado casos de camaradas agredidos en las colas y en otros sitios, pero además aquí en el Táchira, ya no es un secreto, la derecha ha montado uno de sus centros de operaciones más importante, aquí se concentra el odio, aquí la derecha se recrea con sus acciones conspirativas, por aquí se alimentan de sicarios y mercenarios expresamente contratados para los crímenes selectivos.

Ahora bien, lo que sucede con el combustible, pareciera un misterio muy bien guardado, aunque contradictoriamente, es de conocimiento público que lo que pasa es que el mismo ha sido incorporado al bachaqueo interno, al acaparamiento en galpones y viviendas particulares para pasarlo a Colombia, utilizando funcionarios traidores, inescrupulosos y corruptos, o simplemente almacenándolo para cuando se reabra la frontera y mientras tanto, surtiendo a quien no quiera hacer cola, a talleres, o vendiéndolo en poblaciones cercanas a San Cristóbal, en donde los 20 litros se cotizan en 5 mil bolívares..

Mientras, los responsables de que las estaciones de servicio estén surtidas, declaran a los medios que el combustible está llegando  normal y regularmente e incluso en cantidades que exceden la real necesidad del parque automotor que circula en el Táchira, lo cual denota, sin ser más papistas que el Papa, que por algún lado se están desviando enormes cantidades y más cuando se supone que la apreciable cantidad de vehículos que venían desde Cúcuta a llenar aquí su tanque, no lo están haciendo y supuestamente por otro lado, los contrabandistas de gasolina que viajaban hasta tres veces al día a vender la gasolina a los pimpineros se ha reducido..

No hay una respuesta ante las enormes colas, no hay una respuesta sobre las razones por las cuales hubo unos meses en que las colas desaparecieron pero por arte de magia volvieron a aparecer incluso peor que antes.

También, y es algo que se ha denunciado a los órganos regulares y por los medios, es público y notorio que con el cuento de que en las estaciones de servicio hay que destinar uno de los surtidores para vehículos oficiales, los funcionarios aprovechan para convertir cualquier  vehículo en  oficial por la módica suma de 1000,oo Bolívares que quien quiera evitarse la cola debe pagarles. Denuncias sobran incluso con fotos como prueba y no sucede absolutamente nada y mientras tanto las colas se incrementan de manera escandalosa.

En fin el caos aquí en el Táchira es tal, que cada día se dificulta y se aleja más la posibilidad del buen vivir como lo pregonaba el Gigante, cada día el tachirense clase media y baja, porque la alta no tiene ese problema, se acuesta preguntándose en cuanto más amanecerán aumentados los precios, que ya no se están  elevando semanalmente como antes sino que muchos rubros, se encarecen de un día para otro y lo que es peor, los productos no se consiguen en ninguna instalación autorizada, sino en manos de bachaqueros, que son quienes prácticamente, igual que Dollar Today manejan nuestra economía de manera totalmente impune y muchas veces protegidos por la autoridad.

Se entiende entonces la rabia de la gente, es obvio que los temas de conversación en colas y otros escenarios sean los que en estos momentos están afectando el estomago, el bolsillo y la psiquis de la gente y por ello la Revolución el 06D recibió un primer aviso que si se interpreta bien, nos tiene que llevar a concluir que a la mayoría de los venezolanos no le importa quien ocupe la Presidencia, Gobernaciones y Alcaldías, van a votar así sea por el mismísimo Satanás, sin pensarlo dos veces, lo que a esa probable mayoría le importa es un cambio, sin medir consecuencias de ningún tipo, en la creencia de  que lo que venga, es preferible a lo que hoy mantiene la clase baja hundiéndose aceleradamente en la miseria, la media haciendo más numerosa la baja y la alta engordando sus cuentas, comiendo bien cabalgando sobre el piso que ya se está formando a sus pies para que como en alfombra persa hagan gala de su opulencia.-

No tienen noción de que esta crisis que se vive en nuestro país, no ha sido generada por la Revolución, su origen es mundial, la producción, de la que nunca dejó de ocuparse el gobierno desde el primer día de mandato del Presidente Chávez, no es una solución a corto, ni siquiera a mediano plazo, simplemente a quienes habitaban el campo y producían nadie en los 40 años de falsa democracia, les incentivó para que no optaran por lo más fácil que fue  el abandonar sus fundos y venirse a las ciudades con las consecuencias que todos conocemos, no aceptan que la importación de bienes que se hacía para paliar las carencia existente aquí, y que era posible porque los dólares abundaban, ya no se puede hacer pues nos entra un 70 por ciento menos de divisas.

Por ello a la derecha inconsciente foránea y la lacaya de aquí, le queda muy fácil achacarle la culpa de todos los males al gobierno, que hay que aceptar tiene su parte de responsabilidad, no causal pero si de las consecuencias, al no ser capaz de desmontar las mafias, las que la misma derecha aúpa y que han distorsionado de manera extrema nuestra economía.

Es inexplicable el por qué si se publican en Gaceta nuevos precios de productos de primera necesidad, nadie, en ningún eslabón de la cadena, los respeta y la única respuesta que los consumidores recibimos es que “así compro, así vendo”.

¿Cuesta mucho acaso, que en cada camión distribuidor, de lo que sea, vaya un funcionario que garantice el cumplimiento de la gaceta, e igual en cada punto de venta?  Tenemos funcionarios de sobra que pueden utilizarse para ello, los rubros recientemente regulados, son básicos para la gente y tienen que venderse al precio de Ley pero no hay autoridad que haga valer la fuerza de la Ley y entonces surge la terrible anarquía, en los precios de todo lo que se expende en el mercado regular e irregular.-.

Simplemente, hay que aplicar lo que en su despedida nuestro eterno Comandante le pidió a su relevo, ”mano dura” y más cuando estamos enfrentando a un enemigo de tan inmenso poder externo e interno, que está convencido de que por la vía de destruir nuestra economía, va a lograr deslastrase del “peligro” que la Revolución Bolivariana representa para los pueblos del mundo que en estos 17 años han podido darse cuenta de los logros en beneficio de los más humildes y que están claros que lo que aquí se vive es la arremetida  feroz y voraz de un imperio y sus lacayos que no quieren que el faro de la revolución brille cual luz orientadora, más allá de nuestras fronteras y aquí se consolide



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Saúl Molina


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