Corrupción, hija del capitalismo

Constituye una infamia hablar de chavista corruptos por cuanto el origen de la corrupción se ubica en el sistema capitalista y se sustenta en la necesidad de disponer de manera fácil y rápida de dinero en demasía, tanto, que le permita al corrupto y a su núcleo familiar disfrutar de las comodidades y beneficios de una vida holgada, cómoda y placentera tal como lo promete el modo de vida burgués, de allí que quien sea corrupto es un infiltrado y nunca, pero nunca ha sido, es y será revolucionario.

El origen de este mal está en el excesivo amor al dinero que promueve el sistema capitalista entre sus seguidores para satisfacer un consumismo exacerbado que los entretenga mientras ellos los explotan.

La cotidianeidad de la vida, sea placentera, dificultosa o amarga, pasa por disponer de lo que nos haga falta en un momento dado. En el socialismo eso se llama necesidad y se satisface en función de la disponibilidad planificada de bienes y servicios y atendiendo al precepto de "a cada quien según sus necesidades y de cada quien según sus posibilidades, En el capitalismo eso se llama "mercancía", es decir producto mercadeado que debe ser adquirido a cambio de dinero, con un precio que se tasa en función de las aspiraciones de quienes lo producen, procesan, transportan, distribuyen y mercadean y no en función de las necesidades de quienes lo requieren y por tanto adquieren.

En el modo de vida burgués para adquirir todas esas mercancías se necesita "dinero", pieza clave de todo ese entramado explotador y miserable llamado MERCADO por tanto, el capitalismo enseña a la población que domina a requerir ese dinero para poder satisfacer o saciar, según el caso, sus imprescindibles o banales necesidades.

El trabajador honesto se ve obligado a vender su única propiedad utilitaria, la fuerza de trabajo, sea física o intelectual, y en compensación es beneficiado con dinero en un período de tiempo determinado, (tarea, jornada, semana, quincena), en una cantidad que el no establece ni exige sino que se le impone y con la cual debe hacer llevadera su vida.

El corrupto en cambio exponencia sus requerimientos de dinero para poder satisfacer sus exageradas y triviales necesidades por lo que no se conforma con un sueldo o salario y por tanto, procede a transgredir las reglas del juego violando normas, reglamentos y leyes para poder apropiarse de ingentes cantidades de dinero que el estado o una empresa privada o pública le confía para su administración o le concede como resultado de una negociación.

Con lo antes dicho es importante aclarar que la corrupción no es una desviación social y moral exclusiva del sector público sino que también es aplicable al sector privado en todos sus niveles. Lo que ocurre es que se ha montado esa matriz de opinión a nivel mundial con la intención de mantener a ese sector como impoluto.

Para impulsar la corrupción como un cáncer con metástasis para sus maldades futuras el capitalismo siempre ha promovido, en las clases bajas y medias, ciertas actividades especulativas muy provechosas que le permite a cualquier interesado escalar en la pirámide dineraria, por ejemplo: distribución y/o venta de drogas, venta por encargo de apartamentos - carros de lujo - terrenos - fincas - yates – aviones, contrabando de extracción, reventa de productos, falsificación de Dólares, venta ilícita de divisas, venta ilícita de armas, etc., en donde las comisiones obtenidas son abundantes, el tiempo ocupado mínimo y el esfuerzos empleados desestimados. Esta promoción sirve de espejo refractario al resto de la comunidad que al ver a un pariente, amigo o vecino "surgir" deduce que si se puede y en consecuencia estará siempre presto y ansioso de que le llegue algún día a él la oportunidad de dar el salto a la gran vida y ser "como Lorenzo".

Cuando llegará ese momento?

Cuando alguien se le acerque con una propuesta, bien remunerada, para realizar un acto de corrupción o una acción violenta contra instalaciones o personas.

De allí que no sea justo, ecuánime, objetivo, culpar al gobierno revolucionario de los actos, personalísimos de corrupción que cometen funcionarios en sus instituciones. Además, como antes señalamos, esa formación no es revolucionaria sino capitalista y la acción emprendida por esos actos van dirigidas a destruir o desacreditar al proceso revolucionario y no en su beneficio.

Da tristeza saber de un Rector de una Universidad preso, con una sentencia de varios años, por apropiarse ilícitamente de un dinero. Da dolor oír la noticia de que van mas de 15 electrocutados al prestarse, por dinero, a sabotear el sistema eléctrico. Da abatimiento ver a unos jóvenes empezando la vida y con estudios universitarios por delante ir a una cárcel por atentar de manera criminal y despiadada contra una funcionaria policial que estaba en ese lugar cumpliendo con su trabajo: "mantener el orden público" solo porque le ofrecieron un dinero para "provocar desordenes". Provoca desesperación ver a unos humildes hombres y mujeres de barrio jugar con la vida de sus semejantes especulando con los alimento y medicina. Da una profunda rabia imaginar a estafadores dándose una gran vida en el extranjero con los millones que esquilmaron a modestos empleados que confiaron en la seriedad y responsabilidad de su empresa y se metieron en un mal negocio que los condujo a perder las esperanzas de poseer un bello apartamento o un modesto carro ultimo modelo. Da dolor entender que existan personas capaces de dejar en la calle, sin vivienda, a un matrimonio con hijos pequeños y adultos mayores por el simple atraso en unas cuantas cuotas de pago de una vivienda. Podría seguir enumerando muchos casos, todos los cuales se ejecutaron por el perverso AMOR AL DINERO.

Por ese "amor al dinero" el sistema capitalista no solo explota a los pueblos dentro de su órbita de acción sino que le facilita la planificación y ejecución de campañas de desestabilización de gobiernos de avanzadas o revolucionarios, como los casos actuales en Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador y Cuba,

Por "amor al dinero" compran a terceros, llámense ONG, individualidades, paramilitares, funcionarios policiales o de seguridad, directivos, funcionarios y empleados de importantes empresas del estado, gerentes y empleados de industrias, supermercados - grandes tiendas y centros comerciales para sabotear, destruir, robar, estafar, dañar, incendiar, derribar, contrabandear, retener, botar, esconder y toda perversión concebida por la maldad humana a fin de alterar la psiquis de la población buscando debilitar la valoración del Gobierno Revolucionario Bolivariano por parte de la comunidad nacional.

Por "amor al dinero" organizan campañas mediáticas internacionales entre empresas de comunicación, (radio, prensa, televisión, portales y páginas web), con la compra de periodista (palangrismo), y el apoyo económico a ONG para desatar una campaña difamatoria contra el Presidente Nicolás Maduro y el Gobierno Bolivariano.

Afortunadamente la llegada de la Revolución Bolivariana y la estrategia mediática del Presidente Chávez nos abrió los ojos y nos permitió conocer los procedimientos y actuaciones nocivas que ha utilizado siempre esa burguesía, confabulada con sus adláteres en la escala inferior, para beneficiarse, por décadas, del dinero público como parásitos chupólogos mientras el país era gobernado "en paz" por supuesto civiles y militares "demócratas" que como perros falderos se colocaban al servicio de sus intereses políticos, económicos y sociales.

La mentira, la patraña, los falsos testimonios, las inventivas más estrafalarias fueron y son rasgos de su comportamiento normal y los emiten sin ningún escrúpulo, con la única y malvada intención de atacar a quien se les oponga a sus particulares intereses,.

Entre las miles de mentiras que todos los días sueltan en una vil campaña de descredito contra el Gobierno Bolivariano ha crecido exponencialmente en este último año el de la corrupción como uno de los vértices importantes de cuestionar.

Uno de esos "puritanos" que acusa de corrupción al Gobierno de Nicolás Maduro y que en oportunidad anterior fue ministro de Hugo Chávez nació en cuna rica, nunca pasó por momentos de escasez, nunca sintió los templones de tripa que provoca la falta de alimentos, nunca cuando niños se alojaron en su estómago esos anélidos aplanados conocidos como solitarias y siempre, por origen y formación, disfrutará, hasta el fin de su vida, de las comodidades que las nuevas tecnologías ponen a disposición de los que siempre "tienen".

Otro, un general en disponibilidad, que gozó de la confianza de Hugo Chávez, señala que la corrupción viene del gobierno y pone de ejemplo a CADIVI. Si en las normas internas y reglamentos operativos de ese organismo ya desaparecido, estuviese establecido como licito cobrar "mordidas" por cada Dólar entregado o hacer solicitudes personales de divisas y eso se hiciese lógicamente con autorización de la Directiva si podríamos afirmar que ese dinero se lo cogió CADIVI. Pero allí lo que ocurrió fue sencillamente actos de corrupción que posiblemente fueron ejecutados por unos pocos funcionarios y esos delitos son personalísimos y no puede achacarse a la institución. Además, casi aseguro que al menos el 98% de los empleados de CADIVI en aquella época siguen en sus funciones hoy día en el nuevo organismo, en razón de ello me pregunto, ¿quien que se haya apropiado de millones de Dólares podrá sentir deseos de continuar trabajando como un esclavo día a día, cuando la esencia de esos truhanes es la vida placentera y cómoda?

Nunca he creído ese cuento del desfalco a CADIVI de más de 20.000 millones de Dólares por supuestas empresas de maletín en combinación con empleados corruptos de CADIVI, ese dinero se lo robaron los dueños de la llamada banca universal privada que el Gobierno autorizó para tramitar las solicitudes de divisas y luego lanzaron ese "trapo rojo" para entretener. Considero que en ese caso Chávez cometió el error de poner a "zamuro a cuidar carne". Uno de esos señorones es hoy dueño de bancos en Colombia, Panamá, República Dominicana y España.

Fácil, muy fácil es hablar de corrupción de forma ambigua, genérica, acusando a capas, sectores, grupos de trabajo que supuestamente trafican, roban o negocian en las oficinas de las instituciones públicas pero difícil, muy difícil, es señalar, con nombres y apellidos, los cuantos corruptos, (porque nunca pasan de ser varios), por temor a que le saquen a luz publica su rabo e' paja, ser victimas de juicios e incluso amenazas que le puedan alterar la vida cómoda y placentera que siempre han llevado.

El auténtico revolucionario no se para en detalles en su accionar ético y responsable.

romeroalberto74@yahoo.com



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