O se gana la Guerra Económica o se pierde la Revolución

El proceso revolucionario está pagando el desgaste que genera la insuficiente competencia para vencer en la Guerra Económica. Pero, ¿se ha identificado claramente a los actores de la guerra económica?, en ocasiones parece una guerra de tres bandos. Increíble. Gobierno por un lado, empresarios conspiradores por otro y el pueblo por otro. Totalmente inaudito.

La economía debe ser comprendida en base a las relaciones que se generan por ella. El Estado, con los excesivos controles de precio incide directamente sobre las cantidades producidas, las cuales también dependen de otros factores. El verdadero papel del Estado es la regulación de las actividades comerciales, es decir, vigilar que los empresarios no se pasen de vivos con las ganancias o estableciendo precios mediante los oligopolios, ya que la competencia perfecta no existe en Venezuela, siempre son pocas empresas las que hacen las cosas en cada sector. Son dos o tres las que producen harinas, son menos de diez las que producen arroz, y así sucesivamente. Por lo tanto, el rol del gobierno debe ser hacia el aumento de la producción, es decir, aumento de las cantidades producidas, por una parte. Por otra parte, reconstruir el tejido productivo mediante la incorporación de nuevas empresas, las cuales pueden –y deben– responder a diferentes tipos de organización, ya sean cooperativas, empresas de propiedad social comunal o empresas privadas. Existen diferentes tipos de emprendimientos que nos pueden beneficiar. La expropiación no aumenta el número de cantidades producidas, solo hace cambiar de dueño a la empresa o tierra expropiada. Lo que necesitamos es sumar nuevas empresas, socialistas y privadas, porque las características de nuestra economía lo exigen y, además, es así, mixta y diversa. Convivimos en un sistema capitalista internacional, donde las materias primas existen y se transan en los mercados internacionales.

Ganar la Guerra Económica implica entender el territorio económico. No se puede forzar o torcer el comportamiento económico, porque éste tarde o temprano pasa factura. Y no es un problema de dueños o empresarios (aún conscientes nosotros de que existe una fracción conspiradora o que también quieren tener el control político), sino de entender cómo y por qué funciona la economía como funciona. Miremos el ejemplo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) o el ejemplo de Noruega. Acaso, ¿dejaron que sus empresas dejaran de competir en el mundo Capitalista o se adaptaron a él? Nuestra PDVSA debe comportarse como una empresa capitalista en los mercados internacionales y realizar transferencias internas en Venezuela para combatir y reducir la pobreza. Así debería ser el comportamiento de nuestras empresas, públicas y privadas, para encontrar el equilibrio económico. Necesitamos ser competitivos en materia de exportación, las divisas son importantes para todos los países. Por algo seguimos midiendo nuestras Reservas Internacionales y nuestro Oro Monetario en Dólares USD, no es en Yuanes ni Reales, Euros o Libras. Dejémonos de cuentos. ¿Qué decir de Cuba? También adaptándose al mundo económico. Capitalistas para con los demás y socialistas en la casa.

La economía es un territorio de pujas entre la producción y la escases. Queda muy poco tiempo político para tomar las mejores y más efectivas decisiones económicas. No basta con organizar y organizar y organizar a la gente para que terminen sin producir lo que necesitamos. Necesitamos organizar e instalar plantas. Necesitamos convertir las tierras improductivas en productivas. Necesitamos instalar tecnología de punta en el sector agrario. ¿Por qué no existen 20.000 sistemas de invernadero en nuestro país? ¿Seguiremos importando maíz mexicano?

Es momento de que Papá-Estado ponga a producir a la gente. El que se acostumbra a subsidio jamás querrá ponerse a trabajar. Es momento de que las cosas que se hacen, se instalen o se den reciban su retribución en el pago del servicio que prestan. Las cosas se deterioran y se acaban por su uso, por eso hay que mantenerlas. Y se mantienen con dinero. Cada subsidio o tipo de transferencia debe analizarse y conducirse a quienes realmente lo necesitan. Pero antes hay que entender cómo funciona el dinero y ver qué ocurre cuando hay tanto dinero en la calle que no es capaz de reproducirse a sí mismo.

Así que, camaradas que toman las decisiones, nos queda un reducido tiempo político para tomar las mejores decisiones económicas. La gente está agotada con tantas colas y dificultades para satisfacer las necesidades básicas de alimentación (miremos la Pirámide de Maslow). Debe retornar la abundancia a nuestro país y finalizar la cola por número de cédula. Debemos tener un sistema económico normalizado nuevamente, si no lo político pasará factura, más allá de las conspiraciones.

 

gabrielperezleon@gmail.com

@gplestadistico



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