El reciente caso/escandalo denominado “Panama Pappers” en su ingles original o la versión para Latinoamérica “Papeles de Panamá” es un ejemplo claro y palpable de lo que puede pasar con los resultados de una investigación cuando se obvia o mejor dicho se pisotea el principio de la objetividad en la investigación. Observemos algunos elementos extraídos de la “investigación”. El volumen de 11 millones de documentos es 46% veces mayor que la “filtración” Wikileaks. Esta “investigación” abarca un periodo de 38 años desde 1977 a 2015. Aparecen como “patrocinates” directos de la investigación la Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y la USAID.
Esta última financista de partidos políticos y movimientos de ultraderecha en Venezuela, pero también comienzan aparecer los nombres que estarían detrás tales como Peter Bale gerente de tecnología digital de CNN, fundaciones como Ford, Rockefeller y la Open Society de George Soros propulsor de la “primavera” ucraniana Creo que ya en este punto la imparcialidad de los resultados esta seriamente comprometida. Nuestro microcosmo criollo aporto 11 periodistas. Entre ellos destacan Ewald Sharfenberg (Instituto Prensa y Sociedad Venezuela también ex integrante de Reporteros Sin Fronteras creado con dinero de la USAID y la NED) y Alfredo Meza corresponsales del diario español El País. Liseth Boon, jefa de investigaciones del portal de Nelson Bocaranda, Runrunes. Laura Weffer, creadora de Efecto Cocuyo. También participaron los portales web El Pitazo y Armandoinfo, Es un hecho público y notorio, además observable, medible y cuantificable que los arriba mencionados son opositores radicales a la revolución bolivariana.
En primer lugar se procede a una criminalización de la política, al acusar a los vínculos con la Revolución Bolivariana. Pero de más de 11 millones de documentos a Venezuela se le relaciona con unas 270.000 menciones, es decir el equivalente al 2% del total esto solo vincula directamente a 4 personas que si bien estuvieron trabajando en la administración pública bajo la Revolución Bolivariana, no son cuadros políticos, ni líderes de la misma. De los 4 el de más alto perfil es el Gral. retirado Cruz Weffer a quien el Ministerio Publico venezolano desde el 18 de abril de 2007, fue imputado por los delitos de enriquecimiento ilícito y ocultamiento de datos en su declaración jurada de patrimonio. Los otros el ex edecán del presidente Chávez, Adrián Velásquez Figueroa y su esposa Claudia Díaz ex funcionaria de la Tesorería, tampoco son líderes dentro del PSUV ni de las fuerzas bolivarianas. Es condenable desde todo punto de vista y exigimos que sobre ellos se realicen todas las investigaciones pertinentes.
El último del cuarteto es Manuel Villanueva Rojas quien hasta 2010 fue el auditor general de Pdvsa. Si bien estas conductas son totalmente reproblables, de ahí a querer involucra a todo el chavismo en base a esta “investigación” va en contra de toda consideración ética y profesional. En una media ilustrativa e hipotética, si solo estos son los venezolanos involucrados le tocaría a cada un 67.500 menciones “per cápita”. Ahora dado el volumen de información se puede inferir que hay muchos más venezolanos involucrados. Y nos podemos preguntar ¿Dónde están? o ¿la “investigación” no los alcanzo? ¿Dónde están los involucrados que responden a la parcialidad opositora? ¿Dónde están los nombres de empresario venezolanos vinculados a Fedecamaras o a la banca nacional? Que sabemos que los hay. Pero de lo que si estamos seguros es que allí no van a conseguir a ningún jefe de UBCH, de CLP o ningún cuadro político revolucionario.
Y en vista de eso es una inmoralidad que se trate de vincular a todo el chavismo como corrupto. Que paguen los involucrados de verdad. Desde hace mucho tiempo hemos señalado a Panamá como uno de los epicentros de la guerra económica-financiera del país y los Panama Pappers solo viene a convalidar nuestra denuncia.
