La ruta de la muerte en Amazonas

Llevo a mi hijo al karate con lo que me queda de cauchos y tren delantero de mi vehículo, traté de “taxiar” para comprar cauchos, pero debo hacer más de mil carreras para pagarlos y no me quedará nada para el deterioro del resto del carro en una ciudad donde han anunciado varias veces que llagaron los recursos para asfaltarla completamente además de las vías de acceso, pero donde la fiesta del asfalto parece que fue una fiesta de otra clase, las calles y avenidas se tragan la amortiguación y el tren delantero.  Paso al frente de una barbería de la Florida donde hace cuatro días fue asesinado a tiros el barbero y su ayudante por unos motorizados, cruzo a la derecha en la  esquina,  recuerdo que también el día anterior al hecho mataron por allá a un motorizado para robarle la moto, igual que lo hicieron en esos mismos días  con un profesor al que también mataron por el mismo motivo,  y en esos momentos me interrumpen los recuerdos para informarme que en la noche se habían metido en un abastos al final de la principal de la Florida, a una cuadra y media de la Brigada de Selva, donde los ladrones lograron huir disparando contra una comisión de los cuerpos de seguridad que llegó alertada por los vecinos, paso entonces frente al colegio “Mis Primeros Pasos”  donde  justamente a mi vecino dos motorizados trataron de robarle la camioneta y ante su resistencia le dispararon hiriéndolo seriamente en la espalda, pero los recuerdos en ese sitio continuaron, pues justo una casa más adelante del colegio, el año pasado, nos encontramos con el tráfico interrumpido, frente a nosotros un toyota chasis largo de la Guardia Nacional y un oficial con la pistola en mano apuntando hacia arriba trataba de entender igual que nosotros, qué ocurría en la calle, donde  niños con uniforme escolar de camisa blanca (de otra unidad educativa) lloraban y gritaban algo ininteligible, uno de los muchachos, el mayor, había derribado una moto y golpeaba al motorizado que trataba de levantar la moto sin éxito mientras el parrillero se daba a la fuga entre la gente que se aglomeraba por los gritos, finalmente el toyota  hizo a un lado y pudimos pasar para lograr comprender al menos una  parte de lo que ocurría, a la entrada del estacionamiento de una vivienda había un hombre y una mujer en el suelo mientras una niña lloraba y gritaba que los habían matado, aunque el padre herido de muerte trataba infructuosamente de moverse y tal vez calmar a su hija, posteriormente nos enteramos que los mataron a tiros frente a sus hijos aparentemente porque no llevaban el dinero del día, de la bodeguita te tenían, en realidad ambos murieron más tarde en el hospital.

Mala ruta esta, todas las rutas en Puerto Ayacucho parecen rutas de la muerte, pues después de dejar a mi hijo en el entrenamiento de karate, recordé el asesinato de un joven el año paso al pasar por la plaza de La Resistencia, una zona donde han matado con armas de fuego a varias personas, a veces para quitarles la Canaima con la que se conectaban a Internet gratuito. Me dirigí a la granja integral en la Estación Experimental de Amazonas para atender el zoocriadero de tortuga arrau,  cuando al pasar por la avenida El Ejército pude ver el Cerro Aeropuerto donde  este mismo mes de enero encontraron el cadáver de un motorizado que los familiares denunciaron como desaparecido, más adelante, al final de la avenida está la cárcel de Puerto Ayacucho (internado judicial) ésta creo que no tiene piscina, pero tiene sus pranes con sus fusiles de  moda, sus fiestones, todo organizado con convenios entre autoridades “legítimas”y anti-autoridades legitimadas para no crear problemas políticos con la violencia carcelaria y que cubren con un manto hipócrita de humanismo,  pranes y fusiles que generaron un enfrentamiento a tiros en el interior del recinto el año pasado, tal vez por los negocios internos, tal vez por los negocios que tienen en el exterior, tal vez porque algunos carceleros querían un trozo mayor del pastel que genera la delincuencia que en el exterior atienden los presos desde la cárcel. Pero al llegar a la granja, más recuerdos, la granja y el INIA que está al lado vienen siendo robados sistemáticamente, a veces hurtos, a veces a mano armada a pesar del “Patrullaje Inteligente”, y aunque los ladrones dejan sus huellas dactilares por todas partes y ahora la huellas están registradas hasta para comprar papel higiénico, el CICPC no actúa, son “robos menores”, sin importancia porque no hay muertos (muertos importantes o que generen impacto social) y hasta porque los robos podrían ser “realizados por los mismos funcionarios”  (herramientas, motores fuera de borda, partes de carros, insumos agrícolas, equipos científicos y de computación, equipos de alojamiento); parece que para que actúen hay que esperar que los ladrones  maten a alguien, así que esperamos impacientes por la muerte de uno de nosotros para que den con los delincuentes o con algún falso positivo. El año pasado encontraron dos cadáveres por ahí mismo, por el puente Carinagüa, este año casi enfrente de esta Estación Experimental encontraron otro. En lo que va de año van más de 17 muertos por armas de fuego en la pequeña ciudad de Puerto Ayacucho, algo así como 17 asesinatos por robo o ajuste de cuentas por 100.000  habitantes por mes.  Cuando la tarde del sábado pasado  decidía si volvía a escribir estos artículos,  me informaron que en la  mañana entraron a la casa del presidente de la televisora social “Selva TV” mataron a su hijo de 16 años e hirieron gravemente a otro de 12 años con un disparo en el pecho. A las muertes por armas de fuego en la ciudad hay que añadir los muy frecuentes accidentes de tránsito protagonizados generalmente por motos, motos que ya chocan frecuentemente entre ellas, pero que son la solución por ahora para muchos habitantes que no pueden adquirir un carro ni mantenerlo, o no pueden  pagar los costos del pasaje,  son también el medio de vida o complemento del salario mínimo que no alcanza para nada;  circulan muchas veces, a pesar de muy frecuentes operativos policiales y de la GNB con familias enteras encima, sin cascos, sin luces de noche, y con choferes que saben manejar moto pero que no conocen las normas de tránsito porque según dicen las licencias son en su mayoría compradas.

Las muertes injustas no son solo por la violencia armada, en enero las denuncias de la falta de medicamentos antimaláricos en las medicaturas de Manapiare, y la muerte de niños por malaria fueron frecuentes en las radios locales, los medicamentos son desviados y vendidos a las minas ilegales del Alto Paragua y Serranía de Maigualida, las minas que le valieron una condecoración al anterior comandante del REDI Guayana por su “incuestionable y admirable” acción contra ese flagelo que saquea nuestros recursos mineros, que no dejan nada al país más allá de contaminación y muerte.

Creo que los principales problemas de Amazonas no se conocen en su verdadera dimensión a nivel nacional, ni a sus verdaderos responsables, donde diferentes intereses solo buscan aprovecharse de su condición fronteriza, de sus recursos mineros y biológicos y de su aislamiento, haciendo “lobby” en Caracas buscando beneficios, decisiones políticas, en base a toda clase de mentiras. No es igual el problema de bachaqueo en Amazonas que en otros estados, ni siquiera otros estados fronterizos, quienes viajan de Amazonas a otros estados y compran artículos de primera necesidad muchas veces ni siquiera se enteran que están comprando a bachaqueros, porque un paquete de harina PAN lo adquieren en Bs. 100 o 150, cuando en el mercado 60 Aniversario de puerto Ayacucho donde se ubica la verdadera meca del superbachaqueo, o a veces en el “mercado del pescado” de esta ciudad, se vende entre  Bs. 800  y 1000 o a veces más, a pesar de visitas frecuentes de funcionarios que deben controlar eso pero que al final no queda en nada y así es la situación con todos los productos; las gandolas llegan cargadas de alimentos y sin embargo hay una gran escasez, los cauchos y baterías de Misión Transporte  se venden por la noche no sabemos a quién, igualmente van gandolas repletas de alimentos hacia el puerto de Samariapo  y Morgarito mientras en Puerto Ayacucho la escasez se agudiza cada día, eso sí, en las minas del Yapacana reportan que los alimentos son enviados por miembros de cuerpos de seguridad y que la harina y otros productos como el arroz, llegan en tales cantidades que a veces se daña.  

La sequía este año amenaza con generar serios incendios forestales y destrucción de plantaciones de frutales perennes que se han venido desarrollando con mucho esfuerzo por parte de las comunidades indígenas, mientras  el ciudadano de Puerto Ayacucho, por ejemplo,  debe soportar en el interior de su vivienda temperaturas que pueden llegar a los 38°C, algo que ya ha ocurrido en el pasado con frecuencia, pero que este año se agrava por el pésimo estado del servicio eléctrico, y la escasez de agua potable. Si esto sigue así, muchos se irán por el “hueco”, nombre con el que han bautizado al paso en tiempos de frontera cerrada por el que se accede pagando desde Bs. 5000 dependiendo de si es un paso simple o de lo que lleven para el contrabando.

Una de las medidas que se plantean para facilitar el abastecimiento y la bajada de precios de las mercancías en Puerto Ayacucho en esta emergencia económica es cumplir con el libre paso de mercancías  por el territorio nacional, sin matraqueos en las alcabalas, alcabalas que al final no solucionan nada y que son solo un negocio mafioso. ¿Dónde debe concentrarse el control  del contrabando? ¿No es en la frontera? En la frontera misma, en el paso,  o en el ahora “hueco”, ¿Porqué se le hace la vida imposible con el matraqueo en cada alcabala a quien trata de traer alimentos, productos de primera necesidad, repuestos,  por ejemplo, a Amazonas y después  dejan vender libremente los productos a precios exagerados a la vista de todas las autoridades en el mercado, o se llevan en gandolas supuestamente a comunidades del interior que siempre sufren escasez, o las dejan pasar por el “hueco”? ¡Controlen ahí, en la frontera  misma! Pero no cobrando para dejar pasar, impidan realmente  el contrabando ¡Dejen a la gente en paz! Usen los servicios de inteligencia sanos (nos los matraqueros) para no estar creándole más problemas al pueblo. ¡No sigan robando descaradamente al pueblo!
 

xnarbaiza@yahoo.es



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