La solución económica inmediata: CONGELACIÓN de PRECIOS

Sólo con precios estables, las familias podrían empezar a reprogramar su vida económica; no así con unos precios sueltos que a diario fijan alegremente los grandes importadores y hasta los buhoneros más indefensos.

Es mentira que los precios suben porque no haya producción suficiente; sólo tenemos una oferta reprimida.

Es mentira que no haya dólares para cubrir compromisos imprescindibles, en su defecto tenemos reservas en oro del bueno.

Es mentira que tengamos inflación elevada; lo que tenemos es una desenfrenada especulación con la cual la derecha mantuana-no capitalista-chantajea al gobierno, y este lo ha permitido hasta ahora.

Es mentira que haya presos políticos; ya es deseable que lo hubiera, como delincuentes disfrazados de políticos que son, para empezar a enderezar todas estas mentiras.

Es mentira que la Administración Pública confronte problemas en la cobertura de sus compromisos presupuestarios; tal vez ese déficit anunciado escandalosamente por los mantuanos, pudiera presentarse en el segundo semestre de este año, pero sólo en caso de que las condiciones adversas actuales permanecieran constantes o se agravaran, lo que no necesariamente será así.

Hay evidencias de ahorita que muy posiblemente el precio del petróleo se recupere, ya lo está haciendo.

Es verdad que para este mismo segundo semestre muy posiblemente haya suficiente producción y oferta de muchos tipos de bienes de producción nacional y sin la tara de intermediarios especuladores que están convertidos en delincuentes impunes ya que la especulación es un delito, tenemos entendido, ante lo cual la honorable Fiscalía pareciera estar atada de manos, y sólo nos informa de un pequeño lote de comerciantes pendejos y a ningún pez gordo.

Es verdad que toda esta crisis viene descansando en la apropiación indebida que vienen haciendo productores e importadores a quienes el Estado ha estado entregándole en dólares el cuantioso monto del subsidio correspondiente a los bienes de la cesta básica.

Este error es una gran verdad, pero tiene remedio: los subsidios al consumidor deben se entregados al consumidor pos féstum o después que haya pagado esos bienes encarecidos, pero no antes como lo viene haciendo el Estado desde los mismos tiempos de Giordani quien fue el Ministro que más dólares les entregó al sector privado, mantuano y especulador por excelencia, además de enemigo jurado de este proceso revolucionario.

Para hacer estos cambios en nuestra Política Económica, los precios deben ser congelados a un momento anterior.



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Manuel C. Martínez


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