Eran una eminencia

Muchos se preguntarán ¿por qué las personas que “trabajan” en las empresas, fincas o establecimientos crediticios que fueron estatizados, ocupados o expropiados no son tan eficientes como cuando laboraban en el sector privado? O ¿por qué el compromiso y la vocación de servicio en esas personas, después de la estatización, ocupación o expropiación desapareció? La respuesta pareciera ser sencilla, pero no lo es, debido a que la transformación sicosocial en el trabajador y en su grupo familiar es múltiple. Veamos, “ir al Banco de Venezuela -grupo Santander- era una delicia”, nos comenta la amiga Nailet Rojas, “los cajeros eran amables, especialmente los agentes de negocios, te daban café, los vigilantes te sonreían y hasta el estacionamiento estaba vigilado con cámaras de seguridad; hoy todo eso se acabó, a pesar que los cajeros son los mismos simpáticos de antes de la estatización y los agentes de negocios también, ya ni te miran y el estacionamiento no lo abren. No voy hablar de la atención que deben brindar los analistas de negocios, tras la decisión del presidente Nicolás Maduro, que los bancos del Estado son los que gestionarán la entrega de dólares, porque es recordarle a todas esa gente el nombre de su santa madrecita”. Este es un caso, al igual que el Banco Industrial de Venezuela -que comparado con el Banco del Tesoro, “que nació en revolución”, al referenciarlo pareciera un cuento de la cripta. ¿Será que los trabajadores y trabajadoras del Banco de Venezuela les da pena utilizar el color rojo en su uniforme, aun cuando ya lo usaban antes de la llegada de la revolución?, quién sabe. Igualmente ocurre en Agropatria, los que allí laboran al parecer la palabrita patria les da arrechera, digo, será que prefieren volver el término “isleña”, que les  recuerda que fue un genovés, con un pocotón de isleños que salieron de Puerto Palo a colonizar a las indias, digo, será que eso les produce satisfacción, no sé. Fíjense lo que es el estructuralismo, el Inces, ¡qué vaina!, otra vez el Inces, el gobierno bolivariano, humanista y revolucionario de Hugo Chávez le agregó una letra, la ese, de socialista -que lleva implícito los cambios sociopolíticos nacionalista- vaya como algunos trabajadores, trabajadoras y público en general le molesta, muchos entraron a laborar gracias al chavismo, incluso hay quienes abiertamente son escuálidos, pero cuando pueden entregan currículos de familiares y amigos para ver si logran trabajar allí, así es. Corpoelec, Pdval, Cicpc, GNB, gobernaciones, alcaldías, Saime, puertos,aeropuertos son algunas instituciones que no se escapan de la mala suerte de contar con empleados y empleadas sin vocación de servicio, sin amor al trabajo, sin conciencia de clase, sin saber que el trabajo es un proceso social vinculante, integral, continuo y permanente; no intento culpar a nadie o acusar a nadie, solo intento una reflexión sobre el desempeño que realizamos todos los días para llevar el pan a nuestras mesas, ustedes pudieran decir que: “con estos sueldos de hambre y esta inflación, quién coño no va a chillar”,  y está bien que chillen, verdad JJ Rendón, pero entiendan que una cosa es el amor al trabajo, el compromiso social como servidores público y otra es despreciar y mal poner la patria por no respaldar el gobierno chavista y por no sentir respeto al trabajo que realizan; por ello es que necesitamos que los antropólogos, sicólogos y sociólogos realicen un estudio de la conducta  de aquellas personas que durante los gobiernos adeco-copeyano “eran una eminencia” y ahora en revolución, son una decadencia. Felicitaciones a Acarigua por sus 393 años de fundada. Viva Páez no joda.



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Cruz Mario Silva

Representante de Periodista por la Verdad, miembro del Frente de Comunicadores Socialista y de la Plataforma de Periodista Socialistas en el estado Portuguesa. CNP 8739 CRGV 1753.

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