Bachaqueo de cemento en la isla de Margarita

Humillación recibimos los habitantes del sector Atamo Norte del municipio Arismendi, por cuanto el distribuidor de cemento del Catalán, propietario de Inversiones Sorimaya, C.A. RIF. J-294582508, ubicado en nuestro humilde sector, entre la avenida Luisa Cáseres de Arismendi y la vía hacia playa Guacuco; es decir, en el caserío Espinoza, nos trató como a animales salvajes.

Desde las 9 am nuestro pueblo del barrio hizo la cola para esperar la gandola de cemento. Ésta llegó a las 1 pm, en medio del abrazador sol, la sed, la fatiga y el hambre nuestra. El propietario de SORIMAYA, C.A. RIF. J-294582508 dijo tajantemente:

—Sólo voy a vender dos sacos por personas, Recogeré noventa (90) cédula de identidad.

Así lo hizo. Cinco personas, incluyéndome, quedamos a la espera hasta las cuatro de la tarde, pero este miserable vendedor fue orgulloso, arrogante, prepotente, regañón y altanero, y dijo ¡QUE No y NO! Ni un saco para nadie más.

La gandola trajo DOCE (12) paletas de cemento. Ante nuestros ojos mandó en un camión Ford 350 de su propiedad tres (3) paletas hacia Guarame, porque allá las venden en sesenta mil bolívares (Bs. 60.000,oo) y todo nuestro pueblo sabe eso. UN NEGOCIÓN a costillas del Estado venezolano, y la necesidad de nuestro pueblo pobre. Los ricos pagan la paleta de cemento en sesenta mil. La marca del cemento es CSC CORPORACIÓN SOCIALISTA DEL CEMENTO, S.A., TIPO CPCA1 PORTLAND COMPUESTO CEMENTO GRIS.

¿Por qué este distribuidor miserable del cemento de la patria socialista le vende al pueblo sólo 180 sacos? ¿Por qué nos negó 10 sacos a cinco padres de familia? ¿Dónde carajos está el Seniat, el Sunddae y la Guardia Nacional? A tan sólo seiscientos metros del lugar está el Destacamento 76 de la Guardia Nacional, al lado del Hospital Militar. ¿Por qué no supervisan la venta transparente, justa y equitativa del cemento del Estado, de la Patria nuestra? ¿Por qué se permite que estos usureros y mercantilistas miserables nos vejen, nos regañen, nos humillen y nos estrujen en la cara, que el resto del cemento es para sus "clientes"? Es decir, esta cuerda de pobres pendejos que somos nosotros, que tuvimos que soportar esta insolación terrible este miércoles 2 de septiembre desde las 9 am hasta las 4;30 pm, no somos "clientes", sino perros, basura, alimañas u otra cosa.

Muchos de los que estaban en la cola decían, con absoluta sinceridad: "Por eso es que no vamos a votar por los candidatos del PASUV en Nueva Esparta. Porque si aquí hubiera ley todo ese cemento se le vendiera a nuestra comunidad, y este ladrón no tendría por que lucrarse con ese cemento, ni tiene por qué tratarnos como a si fuéramos ratas.

Yo me suscribo a esta ácida percepción.

Ante esta situación, solicito que el Seniat, el Sunddae y la Guardia Nacional allane ese local y se haga una auditoría, para que esos miserables de Inversiones Sorimaya, C.A. RIF. J-294582508, ubicados en la entrada de Atamo Norte, municipio Arismendi´, justo después del planchón de la quebrada y antes de la curva de entrada a la vía de Catalán-Playa Guayacuco, justifique con factura en mano, a quién le vendió cada saco de las DOCE (12) paletas de Cemento Gris del tipo Tipo CPCA1 Portland Compuesto, comprado a precio de gallina flaca al mismo Estado venezolano para estafar al pueblo y humillarnos, aunque ese cemento se le compra este distribuidor a la empresa estatal CSC Corporación Socialista del Cemento, S.A. a un precio irrisorio. Cada uno de los 18os sacos que logró vender como si diera una limosna al pueblo, costo trescientos cincuenta bolívares (Bs. 350). Cada persona pagó Bs. 700 por los dos sacos. Obviamente eso no enriquece a ese señor estafador, pero las restantes paletas vendidas a Bs. 60.000,oo a sus "clientes", le significan una jugosa ganancia. Muy bonito. Pero para los restantes cinco padres de familias, incluyéndome, no quiso vender diez sacos más. Eso significaría pérdida para su gran negocio usurero. Basta de humillación, carajo, por parte de estos mercantilistas despiadados y saqueadores de la patria; castradores del pueblo y nuestros derechos humanos; insensibles y desmoralizados.

Basta de tanta podrición moral.

Isla de Margarita, septiembre de 2015



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José del Carmen Pérez


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