El problema no es la supuesta xenofobia del venezolano, es la mala política del Estado colombiano respecto a sus desplazados internos

La xenofobia es un invento de unos pocos para

mantenernos separados y enfrentados. Anónimo

Walter Kälin, Representante del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Desplazados Internos, en el prologo del libro “La política pública para atender a la población desplazada: ¿Cuáles deben ser las funciones de las autoridades locales?”(2008), cuyos autores son Ana María Ibáñez y Andrea Velásquez http://www.brookings.edu/~/media/research/files/reports/2008/12/03-colombia-ibanez/1203_colombia_ibanez_spa.pdf señala que, los desplazados internos en Colombia no tienen ningún tipo de protección de sus derechos, por parte de todos los niveles gubernamentales, aun cuando se han elaborado leyes y adoptado políticas para proteger esos derechos.

Dicho representante, considera que existe un desfase entre las políticas decididas en la capital, Bogotá, y su aplicación efectiva en los departamentos y municipios, porque la ausencia de una aplicación sistemática y coherente de esas políticas afecta la capacidad de los desplazados internos para ejercer sus derechos. En la teoría, señala el representante, el cuerpo normativo y legal al respecto, es admirable, pero cuando, los desplazados internos llegan a las comunidades locales, se convierten en un grave problema para las autoridades municipales. En base a esto, se entiende, la actitud del alcalde de Cúcuta, cuando tiene que recibir al contingente de colombianos que le llegó de Venezuela.

En otras palabras, señala que, para entender la forma en que Colombia responde al problema de desplazamiento es fundamental entender la forma en que las autoridades municipales responden a las necesidades de los desplazados internos. Esa respuesta debe darse de acuerdo al apoyo que reciben las autoridades municipales del gobierno nacional, pero de acuerdo, al alto porcentaje de ciudadanos colombian@s que residen en nuestro país, queda sobreentendido, el fracaso de la política colombiana respecto a los desplazados internos, que al ver que se les niega su derecho a vivir en su país, optan por cruzar la frontera de manera ilegal o legal.

Bajo estas condiciones, es lógico, como lo señalé antes, que la opción, para los desplazados internos de Colombia, es irse al país más cercano que le ofrezca perspectivas y expectativas de vida, mejores que las que le ofrece su país. Entonces, obviamente, se entiende que cuando el presidente venezolano, le exige al gobierno colombiano que frene el éxodo de desplazados a Venezuela, solo le esta insinuando que aplique las leyes que están en consonancia con los desplazados internos, brindándoles posibilidades de mejorar sus condiciones de vida y que en efecto sea así, para que no tengan necesidad de venirse a Venezuela. Es oportuno agregar que la legislación colombiana define las tres etapas para la asistencia de la población desplazada: prevención, asistencia humanitaria de emergencia y estabilización socioeconómica.

Si en Colombia aplicaran tal legislación, no habría necesidad en los actuales momentos, que en Venezuela se esté criticando las acciones emprendidas por el Estado para ordenar la frontera. Es decir, no habría posibilidad de esconderse detrás de un concepto como la xenofobia, para dejar caer opiniones malintencionadas que solo son, el fosforo que necesita la mecha para que se origine descontento entre dos hermanos históricos como Colombia y nuestro país.



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Jesús Rafael Barreto


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