Casos de emergencias

Traslado de personas a otro hábitat

Los traslados de familias de un hábitat a otro pueden darse por múltiples factores.

En este escrito, trataré aquellos relacionados al cambio de hábitat producto de tener que salir de zonas en riesgo o sumamente hacinadas. Y específicamente en barrios de la Ciudad de Cumaná.

Los traslados, como todo proceso, deberían poseer: un antes, un durante y un después. Y la planificación de los mismos contemplar, por lo menos, 3 grandes aspectos: Socio-económico, Físico-espacial y Financiero.

Cómo una suerte de casi lista de chequeo enunciaré lo siguiente:

  1. El “ante” del traslado:

    1. Socio-económico:

      • Definir las familias que saldrán. Su perfil socio-económico y las expectativas que poseen.

      • Trabajar el nivel organizativo de la Comunidad en el sitio donde originalmente residen. La Comunidad debería elevar su nivel organizativo en la medida que se acerque (en tiempo) el traslado a un hábitat definitivo. Para ello debe contarse con equipos humanos e instrumentales que permitan esa labor y su medición.

      • La Comunidad debe estar sometida a un proceso de formación ajustado a las circunstancias. Manejar valores que los hagan más solidarios, colaboradores entre sí y eviten las competencias indebidas a la hora de discutir el acceso a la nueva vivienda.

      • La formación debe estar marcada por el rol del proceso político que actualmente vivimos, pero también por aspectos que le permitan valorar, usar y mantener el bién al cuál se accede.

      • Con la comunidad se pudiese discutir la afectación (positiva o negativa) de la nueva ubicación, con respecto a los lugares de trabajo y estudio. Asomar alternativas positivas para ambas circunstancias.

      • De contarse con los recursos, atender problemas de salud y estructurar una labor psico-social para abordar el tema del “traslado”.

      • Es deseable que el Método de traslado de la Comunidad a su nuevo hábitat debe formularse en esta etapa. Todo debe quedar “a punto” para el momento en que deban moverse las familias. Qué se traslada? En qué transporte? Cómo se ayudan mutuamente? Tiempos estimados? Horas probables o deseables para el traslado? Manejar los costos de todo este esfuerzo. Los “ánimos” y la “organización”, para el traslado, debe estructurarse en esta fase; al igual que la responsabilidad individual y colectiva de cada familia. Además deben proveerse las gestiones de los permisos laborales para aquellos que aplique este procedimiento.

  2. Físico-espacial:

    • La comunidad debería conocer, de antemano, las condiciones bajo las cuales accede a la nueva vivienda: costo real y de mercado de la vivienda, condiciones de pago (si aplica), diseño de la vivienda (si no está diseñada, debería participar y/o conocer del mismo), tipo de propiedad y financiamiento de la obra. El diseño incluye el manejo de las proporciones reales y no los “pote de humo” que en plano e imágenes “amplían” los espacios.

    • Las viviendas deberían “pre-adjudicarse” en esta fase. Estructurar una rica, humana, solidaria y afectiva discusión sobre el acceso a la vivienda, después de construida. Quién entra primero? Quién entra después? Establecer criterios para lo anterior. Además, si fuesen edificios, Quiénes estarían en los pisos superiores y quienes en los inferiores y bajo cuales criterios?

    • La Comunidad, debería conocer, en plano o construcción, su nuevo urbanismo y como mantenerlo. Costos y formas de autogestionar los mismos. Aquí estaría todo el tema del futuro condominio y como asumir responsabilidades individuales y colectivas.

    • Si es el caso, debería formarse para participar en la construcción. El hecho de que no esté diseñada, ni construida la obra, es una gran oportunidad para un proceso de autogestión. Más lento, pero más seguro y con mayores dividendos sociales y políticos.

    • Si la nueva obra arranca durante esta etapa, la Comunidad toda, debe conocer –sistemáticamente- el proceso de avance de la obra. Esto genera confianza y ayuda a los esfuerzos organizativos.

    • La Comunidad debería participar en la definición de detalles como los nombres de las edificaciones ó calles y en la selección de los colores del conjunto habitacional. No en balde va a ser su “hábitat”. Por supuesto, los organismos públicos pueden hacer propuesta (diálogo de saberes)

    • Si la futura vivienda no está construida, esta es una tremenda oportunidad para incorporar a la comunidad organizada –y de manera disciplinada- a las labores de: a) Detección del terreno adecuado. Con sus respectivos análisis de viabilidad. Costo del terreno y financiamiento para su adquisición; b) Diseño del conjunto habitacional. Manejo de las restricciones del mismo. Relación de los espacios con los valores de convivencia de la comunidad. Costos de construcción de la obra y su financiamiento; c) Diseño de la vivienda. Relación espacios-valores de las familias. Costos de construcción y su relacionamiento con la calidad del diseño de la vivienda.

  3. Financiero:

    • El financiamiento de este proceso, completo ó no, debe definirse en esta etapa y ser de conocimiento público.

    • Me refiero al financiamiento de las emergencias que se suscitan antes del traslado, la construcción de la nueva obra y el traslado de las familias.

    • Las fuentes financieras deben conocer de su responsabilidad. Formular un cronograma de ejecución y señalar las dificultades de su cumplimiento, con tiempo. Poseer diversas opciones de financiamiento y recuperación de lo invertido.

    • La Comunidad organizada no solo debe estar al tanto de la formulación del “camino financiero” para la solución de su problema. Debe permitírsele participar de las diligencias a que hubiese lugar. Este sería un hermoso y fructífero proceso de aprendizaje. Debe aprenderse que “las cosas cuestan”… y la magnitud de esos costos en comparación a otros problemas que deberían resolverse en paralelo para otras comunidades. Esto le da mayor valor a lo conseguido y es un aliciente adicional para su mantenimiento.

    • Al igual que se planifica el financiamiento. También debe formularse la recuperación de todo o parte de la inversión en vivienda, espacios exteriores, vialidad y servicios. Es una oportunidad para ensayar mecanismos distintos a los aplicados por la banca comercial. Estudiar la posibilidad de que lo recuperado –una parte- valla a la reinversión del mismo conjunto habitacional por la vía de créditos entregados por la misma comunidad. Estaríamos en presencia de un “fondo semilla” que llega y se reproduce en el mismo escenario donde se construye la obra.

    • Tomando en cuenta lo anterior, por esta vía y el estímulo que eso pudiese generar; se deberían intentar cobrar aquellas cosas que generalmente van a perdida en estos casos.

    • La planificación de las labores de financiamiento, hay ubicarlas en procesos que tiendan a fortalecer la organización comunitaria. No se les puede ver como una relación meramente mercantil. Se estaría perdiendo la esencia del proceso en su conjunto.

  4. El “durante” el traslado:

    1. Socio-económico:

      • Debería activarse, sin mayores dificultades, el poder organizativo de la comunidad de la mano con los organismos competentes en la materia.

      • Activar, en los horarios previamente acordados, las labores de traslado de enceres, mobiliarios y personas en los transportes previamente determinados y conseguidos.

      • Activar la logística de comidas y refrigerios previamente organizada.

      • Activar políticas de estímulos y reconocimiento a los participantes.

      • Lograr que en esta actividad las familias no solo trasladen “lo suyo”. Deber resaltarse la cooperación con el otro. Esta labor (traslado) debe ser una excusa para seguir creando comunidad y aumentando las estimas entre las familias. Van en definitiva al nuevo hogar comunitario. Esto debe convertirse en todo un evento comunitario y como tal resaltarse. Además, apalancarse con actividades que den cuenta del momento histórico que están viviendo esas familias.

  5. Físico-espacial:

    • Se estrena un nuevo espacio, previamente conocido en planos o porque participó en su formulación.

    • Se pudiese dar una breve asistencia técnica en termino del uso del espacio y/o los servicios. No solo de la vivienda, sino del urbanismo.

    • Si aplica, debería señalarse las potencialidades de modificación que tiene la vivienda, en términos de espacios (ampliaciones) y acabados. Sugerir métodos que no perturben lo construido.

    • Debe señalarse cómo debería ser el mantenimiento de la vivienda, las áreas exteriores y los servicios en general. Incluyendo costos y mecanismos de financiamiento. Constituye esto una nueva oportunidad, para nuevas formas de organización a la luz del espacio entregado.

  6. Financiamiento:

    • En esta etapa lo financiero ya debe estar formulado y conseguido.

    • En esta etapa se ejecuta el financiamiento aprobado para esta labor.

    • El financiamiento de esta etapa debe ser claro, de conocimiento público y auditable. Recordemos que los casos de emergencias, son grandes oportunidades para la corrupción.

  7. El “Después” del traslado:

    1. Socio-económico:

      • El equipo técnico (mixto de las áreas sociales y de arquitectura e ingeniería) debe desprenderse de la relación casi permanente que ha mantenido. Debe ser un hecho planificado, negociado y progresivo.

      • Las relaciones con la institucionalidad se mantienen, pero ya en otro plano y otras distancias de tiempo.

      • El estado debería aprovechar esta oportunidad para realizar labores de seguimiento y evaluación de la experiencia en todos los ámbitos donde se desarrolló la misma. Establecer redes de comunidades en situaciones parecidas y extraer lecciones de la experiencia vivida.

  8. Físico-espacial:

    • La evaluación y seguimiento a lo construido es importante. Aquí se abre paso a las labores de mantenimiento que deberían ser permanentes. Y seguramente a programas de vivienda relacionados con la ampliación y mejora de viviendas.

    • Los planos de arquitectura e ingenierías de detalles de las obras deben reposar en el organismo comunitario y en los archivos de las instituciones pertinentes. Serán necesario para futuros trabajos. Además ya avanzada en edad la obra (quizás 40 ó 50 años), se necesitarán para las futuras “rehabilitaciones”. Recordemos, aunque no lo parezca, que las construcciones también mueren. La diferencia con el ser humano –hasta el día de hoy- es que las mismas son susceptibles a refacciones mayores y sustituciones de partes.

    • Los organismos de vivienda, en sus planificaciones a mediano y largo plazo, deben tener en cuenta que estas nuevas obras serán sus potenciales clientes del futuro.

  9. Financiamiento:

    • Es el momento de empezar a cobrar. Donde aplique y la proporción que se halla acordado.

    • También es el momento de aplicar –si se planificó- novedosas formas de recuperación que involucren a los actores beneficiados. Sobre todo en aquellos casos donde la recuperación, se puede reinvertir en la misma comunidad.

    • Es el momento de cobrar, aunque no necesariamente bajo las mismas formas que lo haría la banca tradicional.

    • Es el momento cobrar, pero el que paga debe entender que es un gesto de bien para el futuro. Para el conjunto habitacional donde habita –si existe la reinversión- y para que nuevas familias puedan tener viviendas.



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Ramón Antonio Yánez Marro


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