En la Republica Bolivariana de Venezuela el ente rector de salud es el Ministerio de Poder Popular para Salud (mppsalud) que en su propia denominación está implícita la salud como logro a alcanzar, contrapuesta al enfoque de la enfermedad y la del poder popular, que expresa un modelo de representación en una democracia participativa y protagónica. Lejos de ser una definición simbólica, el comandante Hugo Chávez Frías expresaba en la denominación de los ministerios y sus funciones, el modelo que se estaba construyendo, el modelo de lo comunal. Lo está aún por resolver, es si esa estructura burocrática puede transformarse desde abajo, desde el poder popular en construcción y si el enfoque es privilegiando el modelo de prevención y promoción de la salud o si como pretende el modelo capitalista, privilegiar la enfermedad. La participación en la salud no solo es “pensar” en lo comunitario y lo social sino incorporar al pueblo organizado junto a los trabajadores de la salud en el diseño de los planes y en la gestión de las instituciones. Para transformar el modelo capitalista a un modelo socialista de salud, hay que hacerlo desde las bases en cada una de las instituciones de la red, en su modo de gestión, en su actitud ante los usuarios y el objetivo a alcanzar. Como decía Simón Rodríguez “o inventamos o erramos”·
El primer “invento” que hemos llamado “creación heroica”, es la propia creación de Barrio Adentro que es un modelo ideado entre los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, que hemos comentado suficientemente en http://www.portalalba.org/
Este proceso no ha sido lineal ni parejo en todo el territorio nacional. Primero porque los procesos sociales tienen lógicas propias de acuerdo a los avances revolucionarios locales. Pero lo más importante, que el mismo se viene dando en el marco de una ofensiva conspirativa golpista de la burguesía criolla y del imperio, con una guerra en todos los terrenos contra la revolución bolivariana. La guerra económica viene golpeando duramente al proyecto de salud con el bachaqueo de medicamentos e insumos volcados a la informalidad especulativa y al contrabando de extracción a los países vecinos, especialmente a Colombia. El propio ministro Ventura ha afirmado que en Venezuela "se consumieron en el año 2014, 739 millones de unidades de medicamentos y decimos ¿cómo vamos a consumir la misma cantidad que Brasil y allá viven 200 millones de personas?". “Mientras en 2014, el estado entregó 2.055 millones de dólares a 387 empresas de medicamentos para la importación, sigue existiendo desabastecimiento de los medicamentos que son necesarios para el control de algunas enfermedades, por lo que consideró necesario investigar estos hechos”. Ante estas evidencias la burguesía niega que haya guerra económica y culpabiliza al gobierno de la crisis por los controles y por no liberalizar la economía. También muchos compañeros chavistas descreen del concepto de guerra “porque todos los tiros le caen al pueblo”. Por ello esta modalidad conspirativa se ha denominado guerra de cuarta generación o guerra asimétrica, donde no hay una guerra declarada entre dos contendientes armados, sino una estrategia imperialista de golpes blandos desatados en esta nueva ola restauración conservadora en la región. Más allá de las posiciones políticas e ideológicas, lo que está en juego es la salud integral del pueblo, los logros alcanzados y como sobreponerse a las adversidades con los poderes creativos del pueblo. Todos sabemos que solo el pueblo salva al pueblo. Pero el gobierno revolucionario debe abrir los causes para a la participación popular a través de la contraloría social, las asambleas de los ASIC, los colectivos de dirección, la constituyente de salud, los programas de salud priorizados y todas las formas de participación comunal en defensa la salud pública. También le corresponde al gobierno ir generando su propia estructura de producción y distribución de medicamentos e insumos, desarrollar ciencia y tecnología nacional, formar los recursos humanos en el marco del ALBA, Unasur y otras instancias de cooperación solidaria internacional para romper con la dependencia con las transnacionales del negocio de la enfermedad.
Humanizar la salud, romper con las burocracias, la corrupción, evitar utilizar al poder popular para avalar gestiones dudosas, garantizar la seguridad de los usuarios, los trabajadores y los bienes públicos, cuidar los servicios y tecnologías y recuperar los bienes ociosos son algunas tareas inmediatas de los colectivos de salud. Formarse en trato humanitario y poner a disposición de los que acuden a los servicios mecanismos para expresar su opinión sobre el trato recibido. Elaborar los diagnósticos comunitarios de los principales indicadores de salud local y facilitar formas de comunicación de los programas priorizados y planes de contingencias antes epidemias. El equipo de salud debe dar respuestas efectivas en lo asistencial, de lo contrario derivar correctamente al paciente a niveles de mayor complejidad. Elaborar los planes estratégicos de cada una de las instituciones de la red del ASIC requiere la participación de todos, no solo los técnicos y expertos que son necesarios, sino también el poder popular y los equipos de salud. El modelo neoliberal nos acostumbró a comprar servicios “llave en mano”, hospitales y centros de salud que parecen más un shopping que un centro de salud humanizado de acuerdo a las necesidades locales, de su cultura, y tradiciones ancestrales. Pensar las instituciones de salud en la comunidad, entendiendo que pudiera haber beneficios para el centro de salud, que pudiera afectar a la comunidad, sobre todo los aspectos ambientales y de desechos hospitalarios. En fin la participación en salud requiere un ejercicio complejo de método de participación, registro de las actividades y convocatorias pacientes y generosas dispuestas a escucharnos, permitiendo que cada uno sienta que ha aportado a la idea en construcción. Las instituciones en revolución no toleran direcciones verticalistas, arbitrarias, decisiones inconsultas. El pueblo, sabiendo de sus derechos, no debe tolerar mal tratos, abusos, ni mala praxis. En esta hora en que los enemigos de la revolución quieren poner en peligro uno de los pilares de la construcción social bolivariana, es necesario radicalizar los cambios en salud con más participación, mas protagonismo, mas democracia y acelerar el transito al socialismo.
*Medico integrante del colectivo de dirección del Hospital “Dr. Julio Rodríguez”. Cumaná. Estado Sucre. Republica Bolivariana de Venezuela.