II-. Un problema de Seguridad de Estado.

Venezuela tiene 5.161 Km2 de fronteras que comparte con Brasil, Colombia y Guyana. De ellas, 2.219 km2 son líneas divisorias que comparte con el país neogranadino, siendo así la frontera más larga que poseen ambos países. Se extiende entre la Península de la Guajira y la Piedra de Cocuy en el Rio Negro. Los estados que colindan con territorio colombiano son: Zulia, Táchira, Apure y Amazonas.

Esta franja fronteriza por demás extensa es una de las más complejas. En el año 2010 el historiador Carlos Edsel González compartió tribuna con el Comandante Arias Cárdenas en el Estado Zulia, donde se discutió el tema: “Defensa, Seguridad Nacional y Paramilitarismo en Venezuela”, allí, Edsel cuestionó a las Fuerzas Armadas por permitir la penetración paramilitar a territorio venezolano. Inmediatamente el entonces candidato a optar a un cargo de representación popular en el parlamento por la entidad zuliana ripostó el planteamiento del historiador, argumentando que se requería del doble del componente armado para poder resguardar la extensa frontera con Colombia.

Sin embargo, pese a esta realidad no hay que omitir que un pequeño sector del componente armado se presta para facilitar el contrabando hacia Colombia. Tan es así que a inicios de año 2015, diez efectivos militares fueron destituidos y arrestados por abrir trochas favoreciendo y aupando la salida de gasolina y otros productos hacia la nación neogranadina. Peor aún, la destitución y arresto de un militar de alta jerarquía en nuestra frontera del Táchira con la vecina república desató una ola de protestas por parte de los contrabandistas, los cuales cuestionaron su destitución.

Por fortuna, con el nombramiento del General Vladimir Padrino López, al frente del CEO y de la cartera de Defensa, esta situación cambió de forma radical. Los índices y las estadísticas así lo demuestran. Las cifras de productos decomisados y los arrestos y sanciones hacia los contrabandistas se incrementaron, dándole un duro golpe a las mafias venezolanas y colombianas. A buena hora llegó el general patriota, ya que como se indicó vino a poner orden en la frontera.

Antes de su llegada era un desastre la situación del contrabando. Veamos lo que al respecto destacaba el Representante Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton Matos, el 22 de julio de 2010, destacaba…”El abigeato, robo de vehículos, el sicariato, la penetración de grupos irregulares en nuestro territorio, el secuestro, robo de aviones y barcos, el narcotráfico, etc, etc., son formas delictivas que han invadido el espacio soberano de Venezuela, porque el gobierno de Colombia irresponsablemente abandonó sus fronteras.

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El contrabando de gasolina, se ha convertido en un problema geoestratégico para la nación. Así lo dio a conocer el experto petrolero David Paravisini en entrevista realizada por Correo del Orinoco, el día 11 de enero de 2015. Destacó que:

“Esta práctica genera y sostiene una plataforma delincuencial en nuestras fronteras y a lo interno del país mucho más poderosa que las fuerzas nacionales para combatirla, la cual menoscaba la soberanía nacional por la pérdida de control sobre una parte importante de su principal bien de producción, como lo es la gasolina y el diesel”.

En su criterio el contrabando de extracción de la gasolina se ha convertido en un mecanismo para financiar la supuesta guerra económica contra el país. Sostiene a su vez que tanto el presidente Álvaro Uribe como su sucesor Juan Manuel Santos forman parte de una dupla que conspiran contra Venezuela, legalizando el primero y aceptando el segundo, el contrabando de gasolina hacia Colombia.

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Según Feijoo Colomine, se ha pretendido minimizar y desdibujar el problema del contrabando hacia Colombia como una cuestión de pimpineros cuando la realidad demuestra que el gran negocio es direccionado por el gobierno neogranadino a escala y niveles superiores. El uso de enormes gandolas y grandes transportes de carga de combustible requiere del financiamiento y el aval del Gobierno colombiano.

“Los pimpineros apenas comercializan una parte pequeña del combustible que a raudales le viene de Venezuela. El 80% de ese combustible va a parar a las enormes cisternas de Ecopetrol, empresa que luego libera inventarios de gasolina destinados al consumo interno y vende en calidad de exportación legal, combustible “made in Colombia” a Perú, Guatemala y Honduras”

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Aunado a ello, la presencia de exdirectivos de Petróleos de Venezuela, los cuales laboran para ese país almacenando grandes volúmenes de combustibles en empresas creadas hace pocos años en el vecino país (Pacific Rubiales, Vetra, Petromagdalena).

Humberto Calderon Berti, Ignacio Larysse, Alfredo Gruber, Luis Giusti, Ronald Pantin, Daniel Loureiro, José Francisco Arata, entre otros, le hacen un flaco favor a la nación. Este último, es gerente de Pacific Rubiales y junto con Peter Volk, también están en el negocio del oro y el Coltan, son grandes conocedores de la minería del oro.

Hoy más que nunca la paz y la seguridad de la patria se ve amenazada por el imperialismo norteamericano, convirtiendo a la nación neogranadina en el Israel de América Latina, con sus bases militares y la disposición de un ejército mercenario para generar caos y desestabilización en la tierra que vio nacer a Bolívar. Ayer como hoy la oligarquía colombiana reivindica al pitiyanqui Santander y se arrodilla a los pies del tío Sam. intentando socavar las bases del proceso político del país que no sólo le dio su independencia, su bandera sino también el nombre que lleva su nación. De mal agradecidos y traidores está lleno el mundo.