El proceso revolucionario necesita urgentemente del ejercicio eficiente y eficaz del poder popular. No es suficiente que tengamos conformados miles de Consejos Comunales y cientos de Comunas en formación, si el poder popular, alma y corazón de la revolución bolivariana, chavista, no se percibe, no acciona, no se manifiesta.
La última estructuración de nuestro partido el Psuv, incluye patrullas de apoyo al gobierno que en apariencia no están cumpliendo su papel; es tomando en cuenta esa nueva estructura, que me permito hacer la siguiente propuesta:
El bachaqueo, esa práctica perniciosa que forma parte de la guerra económica, no existiría sino tuviese clientela; sin compradores de los productos subsidiados por el gobierno, los bachaqueros no existirían ni tampoco, las colas propiciadas por esta práctica; por lo tanto, lo primero que deberíamos estar haciendo organizadamente en el barrio, en la comunidad, es aislar al bachaquero.
La tarea no debe ser difícil; en el barrio nos conocemos todos y sabemos quién o quienes son los vecinos, o los bodegueros o “comerciantes” que se dedican a esa actividad. Entonces digámosle, con decisión y fuerza popular organizada, que tendrán que consumir lo que están acaparando, que en nuestra comunidad no tienen mercado para los productos con los que “negocian”, que, parodiando al tipo aquel del asedio a la embajada cubana: “tendrán que comerse su harina, leche, jabón, azúcar, etc.”
Otro asunto en el que el poder popular organizado puede y debe actuar es en la especulación con los artículos de primera necesidad, por parte de los comerciantes formales a la luz del día. No es posible por ejemplo, que un cartón de huevos hoy no se consiga en menos de 400 bs, que un kg de carne esté por los 1000 bs cuando hace poco menos de un mes que el gobierno estableció un precio de alrededor de los 400 bs/kg al consumidor cuando fijó los precios del ganado en pie. O que el pescado esté por las nubes. O que el pollo beneficiado también se venda violando los precios regulados y así por el estilo. Es que por una razón no explicada, los precios justos van por un lado y los que paga el pueblo van por otro. Convendría entonces que el poder popular actuara como lo hacen en otros países, en la organización de los consumidores y del consumo. Una organización que nos lleve al no consumo voluntario por períodos de tiempo determinado, de productos con los que se considere que están especulando por encima de determinado precio justo. Será entonces por ejemplo y por decreto popular, la semana de no consumir carne de res o huevos o cualesquier otro producto con precio especulativo. Por supuesto este tipo de organización va más allá del ámbito de un Consejo Comunal, pero si puede ser el de una Comuna, parroquia, municipio o estado.
Se trata entonces reitero, que el poder popular organizado, trabaje de la mano del gobierno para coadyuvar en la lucha contra la guerra económica y en defensa de los logros de nuestra revolución. ¡CHÁVEZ VIVE!
