Yo también quiero ser diputado


A veces resulta como una aspiración fastidiosa, porque uno tiene que valerse de argucias, interrogarse, conseguir dinero, vehículos, inventarse amigos, escudriñar en el lenguaje, ver cuales son las palabras adecuadas para "convencer" a los votantes, hay que ser simpático, agradable, soportable.
Pero, si se puede, varios amigos han sido concejales y otros diputados, saben; hubo un muchacho del sur valenciano, en Carabobo, que fue electo concejal con los votos de sus vecinos, gente laboriosa, con tradición de lucha, gente decente, el era generoso, tranquilo, participaba en cuanta actividad se realizaba, es mas, las promovía, lo hicieron concejal, para el día de la juramentación, en el barrio hicieron una colecta, le compraron ropa nueva, el barrio estaba orgulloso de que uno de los suyos pasara a ocupar ese cargo, la madre de Angela, le arregló los ruedos del pantalón, y como solía hacerlo, le brindo café y una arepita.

Al transcurrir, a lo sumo 3 semanas, ya el concejal dejó de ser visto en la comunidad con la frecuencia de antes, y cuando alguien se tropezaba con el, les decía " es que estoy ocupadísimo" después paso con calma", todavía lo están esperando, hasta que un día, una vecina, la que le arregló el pantalón, andaba haciendo diligencias por la alcaldía, se quedó mirándolo, a simple vista no lo reconocía, por los gestos, ahora hablaba distinto, y la mujer entonces lo miraba de reojo para estar segura, y cuando se le acercó a saludarlo cariñosamente, el concejal la miró ausente, y le preguntó; ¿ quien es usted? y doña maría, se retiró desconcertada, ya el muchacho había cambiado, era otro.

De pronto, se me antoja mirar la televisión, y me quedo sorprendido de ver gente que fue amiga, ahora lucen completamente distantes de la realidad, los observo en la asamblea nacional, pulcramente arreglados, envueltos en tremendos fluxes, aunque afuera el calor ronde los 35 grados, y haya suficientes mendigos, pero que va, esas no son razones de peso para negarme al derecho a ser diputado.

¿ Porque?

Claro, me puedo mudar a un sitio mas seguro, así mis nuevas amistades pueden visitarme, además, ya basta de tomar cocuy de penca, o tercio negro, de los que beben los albañiles, !por dios! como diputado puedo alcanzar una gran cultura etílica y gastronómica.

Quiero ser diputado, porque uno tiene que progresar, que es eso de tener siempre el mismo carro, eso no puede ser, como diputado estaré mas cerca del poder central, y la oportunidad de un cargo superior.

Si me permiten, uno tiene el chance de embutirse en diversos sacos, aunque me parezca a esos judas que componen en el barrio en semana santa, pero aun así uno tiene mas suerte, para las conquistas, y también la ventaja de que ningún policía me puede golpear, por la inmunidad parlamentaria, viste, seré intocable, correré menos riesgos.

Ojalá tenga la suerte de que alguien me ensalce en TV aunque sea 15 segundos, tal vez me invente heroicidades, martirios imaginados, esa ayudadita le asignaría mayor peso a mi currículo candidatural, total, cuando sea diputado no participarè mas en ninguna reunión comunitaria, seguiré el ejemplo del concejal nombrado, Muy ocupado, ¿ y porque no puedo ser diputado?, yo también tengo derecho a progresar, a pues, y si me llegó a topar con mis electores, que serán entonces mis antiguos vecinos, sabré decirles "no estoy aquí como diputado" "anota mi numero" por supuesto que después no los voy a atender, total "que fastidio" "esa gente si pide" a pues, yo volveré todos los días cuando sea la campaña, según me contó alguien que fue diputado, que lo que hay que aprender bien es saber levantar la mano, aprenderse 3 o 4 clichés, y 2 apoyaturas verbales, conseguir hablar en la radio y, o en la tv, hacer buen uso de los oxidados lugares comunes, y listo arreglao, ahora si entienden porque quiero ser diputado.




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