Fe de cámaras , fe de conspiraciones

La burguesía ante la incapacidad de sus actores y actrices a sueldo, se ha visto obligada a mostrar su rostro político, sin cortinas por medio, para enfrentar a la Revolución Bolivariana. Primero fue, el mismísimo imperio, que inició sus ataques con su “orden ejecutiva”, con la cual pretendió intimidar al pueblo venezolano y su Gobierno, quienes con el apoyo de todo el continente suramericano y caribeño, le hicieron  morder el polvo de la derrota en la Cumbre de las Américas. Ante tamaña derrota, le ha tocado el turno a la patronal Fedecámaras asumir la poca oposición con que cuenta en la actualidad el Gobierno Revolucionario del Presidente Maduro.  La orden es clara: profundizar la guerra económica, por parte de los sectores de la ultraderecha fascista nacional e internacional. Acertadamente, el Presidente Maduro a su regreso de la Cumbre, ha visualizado la urgencia de fulminar la ofensiva patronal e imperialista expresada en la guerra económica, apuntando al corazón de quienes se han empeñado en causar molestias y agredir al pueblo venezolano: Fedecámaras. Por ello, ha planteado sin tapujo alguno, su decisión de no otorgar ni un solo dólar más, de los dólares del pueblo venezolano, a esa organización empresarial de corte fascistoide. En ello, tenga la certeza camarada Maduro, que el pueblo venezolano le acompaña y comparte esa decisión, acertada en materia económica. Incluso, peor aún para esa organización fascista, la Primera Combatiente, camarada Cilia Flores, también ha manifestado su apoyo a esa decisión presidencial: “Es el momento de radicalizar la Revolución, cuando tenemos un golpe de Estado a través de una guerra económica es el momento de cambiar el modelo económico por uno productivo donde nos damos cuenta que no podemos depender únicamente del petróleo, tenemos un gran potencial para el desarrollo y debemos trabajar para que no se pare la Revolución” (…)  “Ahora no hay despilfarro de dólares porque las empresas que están conspirando en la guerra económica no recibirán más dólares, se acabó el pan de piquito, los dólares serán entregados a los que van a trabajar con el pueblo, a los que están trabajando en su alimentación y necesidades, ahora no digan que son presos políticos o hay retaliación” (Correo del Orinoco, 23-04-2015). Y si lo dice la Primera Combatiente, bien vale recordar a nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, quien en son de humor siempre nos alertaba: “Si tu mujer te pide que te eches por la ventana, es hora de que te mudes a la planta baja”. No son juegos, las “bravuconadas” del Presidente Maduro, como lo han venido manifestando algunos voceros oposicionistas como Luis Vicente León, la cosa va muy en serio.

 Por su parte, Fedecámaras a través de sus voceros, desde sus primeras opiniones menospreciando la decisión presidencial, mostrándonos a los venezolanos su prepotencia a través de su presidente Jorge Roig: “Fedecámaras no pide dólares, porque no vendemos absolutamente nada”. Ha pasado a nivel de preocupación, toda vez que el Presidente Maduro ha sido certero en el sostenimiento de su decisión: “Vamos a hacer una Revolución económica, Venezuela no tiene marcha atrás, no tenemos retroceso, vamos solo pa´lante. Está escrito en la historia, tenemos la fuerza, el proyecto, queremos y sabemos hacerlo y tenemos un solo destino: la victoria económica del pueblo sobre la oligarquía y Fedecámaras”. La actitud de Roig, es la misma de aquella meritocracia petrolera, que pensó y chantajeaba a nuestro Comandante Chávez, con aquella conseja que sin ellos, la industria petrolera se acabaría; pues bien, se equivocaron, después de su criminal paro, fueron saliendo de la industria y la misma, fue volviendo a manos del pueblo venezolano en un proceso que bien pudiéramos llamar de verdadera nacionalización de nuestra industria petrolera. La cual, no solo que ahora funciona sin esa meritocracia prepotente y desnacionalizada, sino que ahora, nuestra industria petrolera es garantía de plena soberanía nacional y allí está PDVSA, respondiendo y apuntalando el desarrollo de los planes nacionales.

 De la prepotencia inicial, Fedecámaras pasó a la defensiva, como lo registran palabras posteriores: “Quiero pensar que fue un desliz del presidente, porque evidentemente Fedecámaras, que ha declarado como enemigo, no pide divisas”, expresaba el presidente de esa central patronal  Jorge  Roig, quien se activaba en toda la mediática burguesa colocándose casi que, como víctima del Gobierno Revolucionario: “Es casi imposible que diga que no va a dar dólares, si el sector privado es el único que lleva productos a los anaqueles, el sector público ha sido deficiente en llevar los productos de los puertos a la boca de los venezolanos”, sigue Roig creyéndose el último refresco que existe en el desierto  y poco entiende, la naturaleza de las palabras expresadas por el camarada Presidente Maduro y que estima anunciar, en un Plan de Reversión de la Guerra Económica, el venidero 1ro de Mayo, con motivo del Día del Trabajador y la Trabajadora.

 En sus tiempos, el Comandante Infinito Hugo Chávez tuvo que enfrentar esa serpiente venenosa, así en un acto de recuperación de industrias Diana, quebrada por la patronal asociada a Fedecámaras nuestro Comandante fue bien enfático: “Esta empresa la quebró Fedecámaras. Les acepto el reto oligarquía apátrida. Me declaro en guerra económica, les acepto el reto, vamos a ver quién puede más: ustedes o nosotros (…) Llamo a los trabajadores, a la clase obrera, a que no se dejen manipular por la oligarquía” (…) “El capitalismo tiene una lógica, así como el metabolismo humano, y no puede ser de otra manera ni que quiera. Es como el caimán que no quiera comer peces porque él es bueno ¡No puede!, porque esa es su naturaleza, o un río que no quiera en invierno desbordarse, no puede, esa es su naturaleza. Así es el capitalismo, siempre busca la mayor tasa de ganancia y para ello explota a los trabajadores, les desconoce sus derechos y los carga de trabajo, esa es su naturaleza, la plusvalía, la plusvalía” (Chávez en Aceite Diana, 02-06-2010). Años  antes, en 2007, nuestro Comandante Chávez, no se iba con medias tintas con esa banda empresarial y en un acto con motivo del Referendo Consultivo, les advertía que sí intentaban algo contra la paz de la República  se iban a quedar sin nada “hasta sin Cámara”, sin sus empresas, recordándoles que “El Chávez del 2002 ya no existe”. Ese Chávez de 2007 y 2010, se reencuentra con el Maduro de 2015, ambos enfrentados a la banda empresarial organizada en Fedecámaras, vueltas que da la vida.

 Y no puede ser menos, la historia de Fedecámaras a partir de los años dos mil, no es otra sino la de la conspiración permanente, la del golpismo y la desestabilización. Desde entonces, esa central patronal se ha convertido en un partido político más, de la ultraderecha fascista, apoyando y financiando cuánta actividad desestabilizadora de la paz de la República se organice. No podríamos esperar otra actitud ante un pueblo y su Gobierno Revolucionario, pues, al hurgar en la historia de esa cúpula empresarial solo descubrimos conspiraciones, golpes de estados y desestabilizaciones a la paz de la República; tan solo en tiempos de la cuarta república, pudo mantenerse tranquila esa banda empresarial y ello, solo porque, en el gabinete de los gobiernos de AD y Copei, se les reservaba el ministerio de las finanzas nacionales a un connotado representante de los capos de Fedecámaras. Tan solo apenas se fundaba esa cúpula empresarial en los años 40, del siglo pasado, en gobierno de ese militar nacionalista y patriota que fue Isaías Medina Angarita, se ufanaron en derrocarlo aliándose con militares comprometidos con el imperialismo de los EEUU y el partido AD, que dirigía entonces su fundador Rómulo  Betancourt. Uno de sus fundadores, el empresario Feliciano Pacanis nos detalla las motivaciones para crear esa cúpula empresarial: “Por iniciativa de Don Luis Gonzalo Marturet, muy eminente representante de los intereses públicos y privados (…) tan amenazados por las nuevas teorías y manejos de la cosa pública, que estaban y están utilizando los revolucionarios de nuestra época, fundamos la Federación de Cámaras de Comercio y Producción (…) Se nos ocurrió la necesidad de hacer una Federación que actuara contra el gobierno constituido” (Feliciano Pacanis. 51 Años al Servicio de Venezuela. P: 251). Tiempos después, Fedecámaras jugaría un rol estelar en el derrocamiento, vía golpe de Estado, del Presidente Rómulo Gallegos en 1948.

 En el período histórico denominado cuarta república, dado el sometimiento de dichos gobiernos a la satisfacción de sus intereses, prevaleció la paz social con esa cúpula empresarial. La cual, es rota con el advenimiento del Comandante Hugo Chávez y un nuevo proyecto social, un nuevo proyecto de país, a partir de 1999. Chávez, quien impulsó un proyecto político de alto contenido nacionalista, en el momento en que desarrolló con mayor fuerza que nunca antes, su política de rescate de la plena soberanía petrolera, comienza a chocar con el imperialismo de los EEUU y con ello, con Fedecámaras. A partir de 2001, la conspiración de Fedecámaras, el imperialismo, la CTV, la Iglesia y medios de comunicación, toma carácter insurreccional y, a través de paros patronales y sindicales, se inician acciones a partir de las cuales propiciar la salida militar, el golpe de Estado. Tal como ocurrió en Abril de 2002.

 Derrotado el golpe de Estado, se aventuran en el paro sabotaje petrolero que causó incuantificables daños económicos al país, así como la vida de compatriotas, producto de las ambiciones de esa cúpula empresarial por hacerse del poder político de nuestra Patria. Una y otra vez, nuestro Comandante Chávez pudo derrotarlos en todos los escenarios que le plantearon batalla, sea ésta Democrática o no. Con la llegada del camarada Nicolás Maduro a la Presidencia de la República, la conspiración contra  la paz de la República no se ha apaciguado, todo lo contrario, creyéndose su cuento que, con la muerte de nuestro Comandante Chávez, se destruiría la Revolución Bolivariana, valga decir,  sería pan comido; Fedecámaras, se ha hecho partícipe en conjunción con las organizaciones de la derecha fascista, de cuanta aventura esté orientada al derrocamiento del camarada Maduro, siendo derrotada ya en cinco oportunidades. Solo les ha quedado como alternativa, en procura de su deseo más fervoroso de destruir la Revolución Bolivariana, la guerra económica. Es la fase conspirativa que tanto pueblo, como Fuerza Armada Bolivariana y Gobierno Revolucionario, debemos avocarnos a desmontar y destruir y, con ello, a esa cúpula podrida de golpismo y conspiracionismo permanente. La paz de la República se lo exige camarada Maduro, es hora ya, le llegó su cuarto de hora para el fin definitivo de  Fedecámaras!


Caracas, 25-04-2015  



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Henry Escalante


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