Algunas reflexiones para el camarada Maduro

Camarada presidente Maduro, soy desesperadamente revolucionario, creo profundamente en la función de la venezolanidad. Y la más excelsa y acabada expresión de la venezolanidad es la revolución bolivariana impulsada por el gigante eterno Comandante Hugo Chávez, la cual usted continúa con hidalguía. Por ello me permito, en virtud de la grave situación que atravesamos y estamos viviendo los venezolanos, hacerle llegar estas humildes reflexiones que me parece adecuado dirigírselas como hombre del pueblo que vive en carne propia lo que esta pasando. La situación francamente es insostenible señor presidente. El costo de la vida y los niveles de inflación son insostenibles, por poner un ejemplo, en Maturín, un pollo puede valer en el mercado 500 Bs. ¡500 Bs!, la décima parte del salario mínimo. Los niveles de desabastecimiento y escasez son realmente ya desesperantes, yo no se que le dirán a usted su equipo, pero en la provincia la cosa es desesperante. Usted habla de una guerra económica y yo lo suscribo, pero creo que la ofensiva de los fascistas es apenas un aspecto fenoménico, superficial de lo que esta pasando. Creo que el meollo radica en que estamos en un limbo, montados sobre el sistema capitalista que heredamos y es por eso que me permito remitirle estas reflexiones:

Todo el mundo esta de acuerdo en ello. La escasez y el desabastecimiento son generados fundamentalmente por la falta de producción. Y La reducción de la producción tiene intima relación con el carácter especulativo de la economía rentística del país. A los que controlan el capital y los medios de producción les resulta mas rentable recibir dolares preferenciales para importar que invertir en la producción. Es el sempiterno modelo de economía de puertos que nos impusieron las potencias económicas y sangraron hasta la hipovolemia a esta Latinoamérica nuestra. Por otra parte, la estructura burocrática penetrada por el clientelismo y la corruptela es corresponsable de lo que sucede. Burocracia parasitaria multicolor.

El modelo económico y las políticas de impulso de una economía sana y productiva deben establecerse despojándose de conceptos ideológicos abstractos y anacrónicos, es decir, plantear y establecer de una vez el modelo socialista productivo pero adaptado a los nuevos tiempos, sin más, el socialismo del siglo 21.

En verdad no hay, no tenemos, un modelo económico socialista, no existe y no hay ni siquiera una transición al socialismo. No. Lo que existe, lo que tenemos y practicamos es un modelo capitalista especulativo. En este momento lo que podríamos considerar de contenido social de nuestra praxis política ejecutiva es el programa asistencial de amplia cobertura, conocido como las misiones, que tan hondo han calado en el sentir del pueblo venezolano. Pero no olvidemos que son solo eso, programas asistencialistas. La estructura burocrática, económica, productiva, donde se desenvuelve la acción de nuestro gobierno es esencialmente capitalista.

La experiencia que vivimos los venezolanos, de carencia de insumos, medicinas, repuestos, dinero circulante, esta todo relacionado a la preponderancia del carácter rentístico y capitalista de la estructura productiva, y a la incapacidad para desmontarlo con medidas abiertamente anti-capitalistas. O implantamos ya el socialismo, sin tapujos, sin vacilaciones o sencillamente nuestro proyecto indoamericano naufragaría en los escollos del desencanto.

La estatización de muchas empresas de distintos sectores económicos no ha producido los resultados esperados, y es apenas natural que ello sea así. ¿Por qué? Por que nos hemos montado sobre el antiguo modelo rentístico especulativo, voraz e inmoral ¿Dónde esta el traspaso del control de los medios de producción a la clase trabajadora? La socialización del capital para hacerlo generador de bienestar y de felicidad en vez de riqueza. ¿La cogestión ciudadana en el manejo del circuito económico desde el aspecto productivo, distributivo y expendedor final? La burocratización y las secuelas de la ineficiencia e ineficacia retrasan de forma dolorosa el éxito de la idea genial del supremo Comandante.

Se debe actuar sin tomar en cuenta el costo político de las medidas, ya que en muchas veces es mejor tomar un trago de una medicina amarga para prevenir males terribles y perniciosos para el cuerpo en el futuro. Son humildes reflexiones como una aportación a la obra común.

¡Patria o muerte!

So_franklin@yahoo.es

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