En una reciente reunión realizada con unos colectivos de productores agropecuarios del Edo. Guárico, en la ciudad de Valle de la Pascua, con el propósito de presentar el recientemente creado “Frente de Productores por la Patria”, instancia esta que pretende establecer vínculos directos con las instancias nacionales en materia agrícola, además de prestar asesoramiento integral a los pequeños productores, de manera casi unánime esos pequeños productores hablaban de cómo eran maltratados una y otra vez por los funcionarios que tienen responsabilidad en lo referente a la oferta de bienes, servicios, asesoramiento, etc. en el sector agropecuario de la región.
Se habló de como ese funcionariado, sin ninguna sensibilidad social, les negaban los insumos y otras necesidades que en algún momento eran solicitados, pero en cambio eran muy solícitos cuando de un “Don” o “Señor” se tratara, vale decir, cuando un gran empresario del campo llegaba a solicitar algo. A algunos de ellos los llegaron a tildar de “quinta columnas” que estaban saboteando al propio gobierno en la consecución de la tan ansiada soberanía alimentaria por cuanto en lugar de facilitar la tarea a los productores, les ponían trabas y dificultades muchas veces insalvables, de manera que lo que el alto gobierno intentaba resolver (en materia de créditos, vialidad, asesoría, adjudicación, etc.) era saboteado por negligencia, ineficiencia o corrupción , lo cual provocaba una gran desesperanza en esos trabajadores del campo(quienes tienen su único sustento en esa actividad), sintiéndose defraudados por el gobierno revolucionario.
Lo que sucedió en esa reunión pudo haber ocurrido en cualquier otro lugar del país o cualquier otro sector de la economía nacional y lo que refleja, parece ser, es una realidad nacional, es decir, la existencia en cada Ministerio, Alcaldía, Gobernación, Instituto Autónomo, etc., de una burocracia asfixiante, ineficiente, no comprometida con la teleología del gobierno revolucionario y que muchas veces retrasan o dificultan que las cosas se hagan de manera más expedita, sencilla, rápida y eficiente. Se entiende que estamos en una sociedad libre, abierta, democrática, inclusiva, etc., pero no se puede entregar los destinos de una revolución a un puñado de burócratas (muchos de los cuales, incluso públicamente, dicen ser enemigos de esa revolución). El mismísimo Comandante Chávez pedía casi a gritos eficiencia y eficacia, lucha a muerte contra la corrupción y el burocratismo y compromiso con la patria. Al parecer, esos gritos fueron desoídos por los responsables de colocar en puestos claves de la administración pública a individuos sin ningún tipo de compromiso con el proyecto de país requerido y mucho menos con el proyecto político en marcha.
Para llevar adelante este proceso se necesitan los mejores preparados (técnica, ética y políticamente); no sirven aquellos piratas que en ocasiones vemos en algunos organismos “tirando flechas”; no sirven los que solo buscan beneficios personales y grupales, despreciando las necesidades del colectivo, como tampoco sirven aquellos que solo a base de consignas lleguen a los cargos (aunque se forren de rojo rojito hasta la ropa interior). “La revolución no está reñida con la eficiencia y eficacia”…, también nos recordaba Chávez, advirtiendo lo que hoy lamentablemente vemos en muchas instituciones del gobierno revolucionario, signadas por la incompetencia, ineficiencia y corrupción.
O cambiamos la manera de escoger los responsables de proyectos banderas e importantes de la revolución (agrícolas, viviendas, educación, infraestructura, alimentación, servicios, etc.) o la realidad se nos vendrá encima como un alud indetenible y solo nos quedará recordar cómo y cuándo perdimos una brillante oportunidad de construir un país solidario y socialista.
rejesof@gmail.com