El bachaqueo ¿Problema de seguridad nacional?

Hay maneras de vivir dentro de una misma época, signada por la explotación del hombre por el hombre, y nadie hace alianzas gratuitamente en favor de una historia capitalista de casi 400 años.

La vida en una cola, está llena de peligros, como en la caza del tigre maicaucho. Una muérgana le ha metido una trompada en el crucifijo de los mocos a una mujer policía. Era una burguesana, irremediablemente desclasada, conduciendo una escuadra bachaquera para asaltar la cabeza de la cola. Coño, la gendarme quiso intervenir una vez en su vida, y de repente el relampagueo de la garra empuñada le hizo ver el reguero de su propia sangre manchando los primeros paquetes de pañales que iba pariendo con dolor, y emoción monetaria, el mojón cantonés.

–El bachaqueo es un oficio, dice Toña hablando con la Chichi –están dando mucha plata por hacer cada cola, insiste la comadre, yo tengo que salir adelante como sea. –Mirá ve, Toñita yo te bauticé esa pelá que quiero mucho, por lo que también soy su mamá, y eso me da cierta autoridad para decirte que no estoy para nada de acuerdo con esa joda de llevarse todo de Venezuela, a precio de gallina flaca, para dejar a la gente que necesita la comida viendo un chispero, y sin poder comprar en las tiendecitas que están vendiendo los productos regulados más caros que en Colombia. No me da la gana colaborar con esa cosa tan fea, y el bachaqueo no es ningún oficio, ni siquiera es un negocio, es un saqueo del país que nos dio cobijo, y lo más triste es que mucha gente de aquí, incluso chavista, está participando en esa traición a su patria.
En medio de la locura de la vida en las colas ya no se escucha el pregón, dictado por el Imperialismo: – ¡Pero tenemos Patria! ¡Sigan votando por Maduro!

Los colistas profesionales, bachaqueros internacionales e internos, sobre todo internas, no salen de una cola para meterse en otra. Los pañales son, dicho en maracucho, el jamón. Pero las toallas sanitarias, el papel higiénico, el arroz, la leche, son la crema. La margarina el café, el jabón en barras o en polvo, son la mantequilla.

Qué bonito: el gobierno bolivariano subsidia productos de la cesta básica, y ahora el bachaqueo interno establece una alcabala para venderlos a precios especulativos, como si fueran oro blanco. La cosa es tan lucrativa que ya hace rato que hombres y mujeres, algunos hasta pertenecientes a Consejos Comunales y otras formas de organización surgidas en la forja de la Revolución Bolivariana, hayan dejado sus trabajos o sus compromisos habituales para dedicarse al bachaqueo interno.

La diplomacia imperialista ha sufrido un duro revés en la VII cumbre de las Américas, el consenso de los países latinoamericanos y caribeños en el apoyo a Venezuela en su exigencia a Obama para que derogue el decreto ya, ha sido demoledor; pero el imperialismo continúa en su agresión económica en contra de la Patria de Bolívar.

El plan uribista de inflar los precios al máximo de manera arbitraria le ha dado resultados. Por ejemplo, la carne está regulada a 220 bolívares el Kilo, el precio imperialista rebasa los 600; lo mismo sucede con el pescado, el pollo, el arroz, la leche, y todos los artículos de la cesta básica.
¿Qué pasaría si todos nos negamos a aceptar y a comprar los precios groseros de la agresión económica dirigida por Uribe, el capo del imperialismo? Simplemente el bachaqueo internacional compra todo al precio que sea; cuentan con el dinero suficiente del diferencial cambiario bolívar-peso.

Eduardo Mármol



Si no fuésemos capaces de construir un mundo mejor,entonces nuestra vida sería susceptible de ser revisada por aquellos que están trabajando en ese noble propósito.



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Eduardo Marmol


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