Petróleo y Alimentos: bienvenidas las crisis

La gran crisis petrolera inducida por intereses extranjeros y un segmento de la población privilegiado hasta el 2002 – 2003, permitió que el pueblo venezolano unido con la visión y misión de la refundación de la patria, la voluntad política del gobierno y el apoyo del ingenio y las capacidades de su gente generaron las bases de la verdadera independencia y soberanía del petroleo que es uno de los recursos, no renovables, en franco agotamiento y uno de los más codiciados en el mundo.

Esperemos ahora que la crisis alimentaria, inducida también por intereses extranjeros y otro segmento de la población privilegiado, agazapado hasta recientemente y exacerbadas sus acciones desde el año 2013, permita que la visión, misión y voluntad del gobierno, se apoye en el ingenio y en las capacidades de los venezolanos y generen las bases de la verdadera independencia y soberanía agroalimentaria.

Esto pareciera más complicado de lo que en verdad es y con el argumento básico de la propuesta hay quienes pudieran pensar que la alternativa de alimentos tiene connotación de subsistencia. La realidad es que todavía coexistimos con sistemas que producen aves, cerdos, peces y otros animales sin utilizar los balanceados y concentrados comerciales que nos tienen acogotados. También pareciera que el acerbo cultural con el que nuestros ancestros basaron la crianza de sus animales se hubiera constreñido a los 16 rubros desarrollados por las transnacionales a nivel mundial y no hubiera otra opción que la dependencia y sometimiento a los intereses monopólicos, que actuando como integradoras verticales y horizontales, expresan lo más puro y pernicioso del capitalismo, El Capital Financiero Transnacional.

Pudiera entenderse que la mayoría de la población olvidó que los animales domésticos comían las sobras de los humanos o los desperdicios que los humanos no consumían. Cuando se inició la transculturización tecnológica, nuestros sistemas de producción no eran muy diferentes a los de los gringos antes de la 2da guerra mundial, en los cuales el pastoreo era la principal fuente de alimentos para todo tipo de animales.

La mayoría de la población también parece haber olvidado que detrás de las infinitas materias primas y la muy amplia bio-diversidad tropical, sólo existen cinco nutrientes; si estos cinco nutrientes están en equilibrio, vinculado este último a la relación de oferta alimenticia – requerimientos del animal. Si se adecua el balance para cada especie animal, en función de factores como: genética, edad, sexo y propósito, se determinan raciones perfectas que permiten: el crecimiento, desarrollo, el mantenimiento, la reproducción y la producción óptimos.

Los venezolanos y venezolanas tuvimos el primer jaque a la producción de alimentos y los animales que con ellos se producen entre 1987 y 1989, cuando la producción de cereales, después de haber acumulado los records históricos de ser autosuficientes en semillas de arroz, maíz y sorgo, y registrado el mayor número de toneladas producidas hasta entonces, con el advenimiento al neoliberalismo, en ese corto período la producción descendió aproximadamente el 50% con las implicaciones socio-económicas, capacidad instalada en infraestructura, transporte, bienes y servicios, ociosos, desempleo y pobreza. Remarcables la disminución de millones de litros de leche, el descenso en el 50% de la producción de carne de cerdo, la carne vacuna dolarizada desde 1.975, tiempos en que el pueblo tenía que comer perrarina, aunque haya quienes lo nieguen, tiempos del estallido social.

El segundo jaque lo dieron en el primer lustro del 2000, cuando el gobierno soportó el sabotaje de las procesadoras y almacenadoras de granos. El desabastecimiento inducido cuando el paro petrolero 2002 – 2003, cuando el gobierno comenzó a generar las cadenas de distribución alternativas.

Lo mejor que ha desencadenado esta crisis que se viene gestando desde el 2011 y exacerbada desde el 2013 con la explosión especulativa de los precios de los alimentos, escasez inducida, es que muchos productores se han dado cuenta que en sus localidades pueden producir los alimentos a costos significativamente inferiores y con alta calidad.

Los testimonios serían interminables pero hay algunos que son emblemáticos: el Sr. Jesús Rosal se capacitó en la fabricación de alimentos base húmeda para cerdos usando recursos locales; vocero de su Consejo Campesino asistió al Gabinete de Gobierno en Mérida, donde los representantes gubernamentales le ofrecían alimentos traídos de China, el Sr. Rosal les dijo: “Están equivocados, no queremos alimentos...” les enseñó materias primas y alimentos preparados por ellos (los productores) y les dijo: “Estas materias primas las preparamos nosotros, estos alimentos los preparamos nosotros” lo que necesitamos es que nos ayuden a adquirir las maquinarias porque estamos trabajando con las uñas”. La algarabía fue estruendosa en el recinto. El Sr. Rosal en el año 2013 tuvo pérdidas por medio millón de bolívares fuertes, vio diezmar su plantel de cría de alta genética, está haciendo su alimento, es una referencia local visitada por instituciones de investigación y universidades, pero hasta el momento no ha obtenido del gobierno la ayuda que solicitó para él y su Consejo Comunal

El Sr. Pedro García, se capacitó en el año 2013 en fabricación de alimentos para peces usando recursos locales. En diciembre del 2014 el Sr. García compartió sus experiencias de manejo y alimentación alternativa con productores y técnicos que hicieron los talleres de Valle de la Pascua y Las Mercedes, en Guárico; el Sr. García genera un reto a las instituciones de investigación en Venezuela, no sólo porque la realidad local de su alimento para peces se sitúa en 6 Bs/kg, cuando el precio promedio en el mercado del alimento, cuando estaba disponible, era de 20,50 Bs/kg; sino por la eficiencia lograda en el manejo de la alimentación, disminuyendo de 1,5 kg de alimento para producir 1 kg de pescado, a 1 kg de alimento para producir 1 kg de pescado, e incluso un registro inferior a los 0,5 kg de alimento para producir 1 kg de pescado. Los productores y sus prácticas han acumulado tanta sabiduría en torno a los alimentos y la alimentación de peces que las instituciones de investigación, hoy día, parecen rezagadas.

La Sra. Ana Hernández, de Uracoa, Edo. Monagas, recibió públicamente la promesa del entonces Ministro de Agricultura y Tierra Yván Gil, de ejecutar tres proyectos encadenados: una pequeña planta de alimento ajustada a la realidad local, la producción piscícola y una procesadora de pescado. Fueron los únicos proyectos que recibió el Ministro en esa oportunidad de gobierno en la calle, noviembre de 2013. La Sra. Hernández´todavía está esperando la respuesta.

Más interesante es que una propuesta integral para el Estado Monagas establecía que cuatro (pequeñas plantas de tecnología ajustada al modelo venezolano), ubicadas estratégicamente, podían satisfacer la demanda de la capacidad instalada para la acuicultura, de la cual en Junio del año 2013, el 50% de las lagunas estaban vacías.

No quiero hablar de productores de aves, que tienen aprobado un proyecto desde mediados del 2014, bajados los recursos en septiembre 2014, capacitados en el desarrollo de la herencia cultural para hacer la infraestructura de su planta y los alimentos usando recursos locales. A esta fecha siguen esperando.

Bueno, bienvenida la crisis alimentaria, para resolverla hace falta voluntad política, una revisión contralora que pueda delinear responsabilidades, inducir las rectificaciones requeridas y apuntalar el reimpulso que nos haga trascender. En la percepción de los productores: desvío de recursos, estancamiento de recursos, respuesta inoportuna, infraestructura ociosa, empresas abandonadas, no operativas. Criterios crediticios inadecuados a políticas sociales, maquinarias nuevas inutilizadas expuestas a la intemperie, granos almacenados por años sin haberles dado uso.

Bienvenida la crisis alimentaria, inventamos o erramos, seremos independientes o seremos subyugados tal como lo han tenido planeado y actuado para ello los intereses extranjeros, porque a fin de cuentas: falta de alimentos en Venezuela es equivalente a petróleo regalado.

 

vecontreras@yahoo.com



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