Estamos en guerra, nos bombardean, donde esta nuestra Fuerza Armada

Las colas continúan, el acaparamiento no cesa, la especulación impera a sus anchas, desde el mayorista hasta la bodega más humilde hacen de la suya, y lo peor hasta el mismo pueblo entro a formar parte de esta aberración, ya podemos observar en algunas viviendas ubicadas en zonas populares, avisos donde se promocionan algunos productos de primera necesidad tales como; leche, harina, azúcar, arroz, café, entre otros.

Pero por supuesto a precios astronómicos, tres o cuatro veces su precio original.

Al parecer el pueblo aun cuenta con recursos para seguir comprando, es una angustia generalizada, una psicosis mental de comprar porque puede pasar algo. Porque tal vez este o aquel producto volverá a escasear. En fin, el pueblo mismo sin darse cuenta se ahorca, y sin olvidarnos de la economía informal, que a pesar de los controles, sus integrantes siguen especulando.

La situación esta tan desbordada, que ni colocando un inspector en cada comercio lograríamos frenar este flagelo, esto ocurre en la capital, pero, en el interior del país, el escenario es más complejo, ya que en esas zonas los productos, ni siquiera llegan y lo más triste, es que en zonas donde se producen algunos rubros, son estos precisamente los que se encuentran desaparecidos.

Ahora bien, ¿como puede ser posible esto?, bueno la distorsión se produce en la cadena de comercialización, en cada zona de producción agrícola y pecuaria, se encuentra establecida “una red o sistema de compradores” que compran todo lo que se produce ,ellos son quienes colocan el precio a lo producido y su poder es tal, que si un productor opta por no venderle su cosecha, para llevarla a otro sitio ,casi siempre le ofrecen el mismo precio que le ofrecían los compradores de la zona, es un verdadero “monopolio de comercialización”, por lo que los productores terminan entregando su producción a esta mafia que se enriquece con el sudor de un pueblo.

El estado ha venido contrarrestando esto, con la instalación de Silos, o Centros de Acopio, donde cada productor arrima su cosecha para así, garantizar que los productores reciban un precio justo por su producción , sin embargo, esta red continua instalada en cada Zona Rural, logrando desviar la producción destinada a estos centros, con el ofrecimiento de un mejor y tentador precio, que en mucho de los casos es de dos o tres veces de lo que ofrece el estado, logrando de esta manera captar la mayoría de la producción nacional, la cual, es exportada a través de “los caminos verdes” y el resto es acaparada y insertada a la economía nacional con la enorme distorsión en los precios de venta al consumidor.

Se trata de una bien preparada conspiración para estrangular la economía de nuestro país, por supuesto, que en esta componenda está montado el sector privado nacional.

Pero entonces; ¿cuando realmente el gobierno actuará? ¿. ¿Cuando hará cumplir la ley? esto debe ir más allá de confiscar un galpón lleno de productos, o una casa repleta de alimentos, el actuar debe ser determinante y radical, ¿será que se podría pensar que con estos golpes aislados que se les ha propinado al gran capital, resolveremos el problema?, estos hallazgos solo es la punta del tempano, este sector está determinado en acabar con nuestro proceso.

Claro que el pueblo ha madurado, claro que el pueblo comprende la situación, pero día a día se produce un desgaste en la credibilidad del gobierno, que podría producir el colapso de un sueño que tanto nos ha costado.

Ya se ha dicho hasta la saciedad, que esta situación no se resolverá con controles, ni con multas, o privaciones de libertad, al capitalismo se le combate con sus propias armas , la clave está en la famosa “Oferta y la Demanda”, a mayor oferta menor precio, a mayor demanda mayor precio,. Pues partiendo de esta fórmula, lo que nos queda es optimizar las importaciones y rebosar el mercado con productos de primera necesidad, por lo menos durante esta coyuntura.

Pero no se trata de importar y entregar a las cadenas distribuidoras para que sean ellas quienes se encarguen de distribuir estos productos, ya ellos demostraron que no lo harán y solo desean el colapso de la revolución bolivariana.

Las cadenas privadas que distribuyan lo que ellos deseen pero el estado debe asumir de una vez por todas el sistema de distribución, no queda otra opción, hasta cuando la ingenuidad, el Presidente anunció que daría un ultimátum a las cadenas distribuidoras y luego el Vicepresidente Arriaza declara ante los medios ,que no es un ultimátum que es un diálogo donde los sectores privados se comprometen a cumplir la ley a través de la firma , de un documento de compromiso, cuando se ha visto esto, ósea, que el estado tiene que rogar al sector privado para que por favor cumpla la ley , “la ley no se discute , la ley se cumple “.

El gobierno revolucionario ha informado que estamos frente a una guerra económica, Pues partiendo de esa explicación nos preguntamos ¿qué contingencia o estrategia se desarrolla en casos de guerra? ¿Será que durante una guerra los ciudadanos van todo un día a hacer colas para adquirir los productos de primera necesidad? ¿Quien suministra y distribuye los alimentos a la población en momentos de conflicto?

El ente encargado de distribuir los alimentos a las poblaciones que se encuentran en guerra, es su “Fuerza Armada”, pues entonces, que estas asuman su papel de defensa y garantes de la seguridad integral de su pueblo, y se convierta en distribuidores de alimentos, en cada pueblo, en cada caserío, en cada sector, en cada barrio, en cada zona residencial.

A la llegada del comandante Chávez, la fuerza armada tomó la batuta en cuanto el suministro alimentario de nuestra población, por dos razones; por un lado, debido a que el sector privado no deseaba incorporarse al plan estratégico que el estado revolucionario iniciaba en ese momento, y por el otro lado, que el gobierno no contaba con entes encargados de la distribución de alimentos, sin embargo, en la actualidad ,estas instancias creadas por la revolución, han sido vulneradas y sobrepasadas y se hace necesario desarrollar un plan de emergencia.

nuestras fuerzas armadas realizan un despliegue organizativo y de seguridad durante los procesos electorales, pues hoy se hace necesario un despliegue para distribuir los productos de primera necesidad a nuestra población, no se trata de regalarlos, que se expendan pero al precio justo y que sean accesibles a todos los sectores.

Las Fuerzas armadas han demostrado su eficacia al controlar, organizar ,transportar y resguardar todo lo concerniente a los procesos electorales, así, como los espacios donde se realizan las elecciones , pues, que los centros electorales se conviertan en espacios de distribución de alimentos, mientras de manera paralela se comiencen a constituir en cada localidad “Los Comités Comunitarios de Distribución de Alimentos”, para que en un corto plazo, sea transferida esta competencia a estas nuevas instancias de participación.

“Con estas acciones, le partiremos la columna vertebral al gran capital, solo con un pueblo organizado y en movimiento lograremos la victoria. “que se acabe ya la bobera””.


CHÁVEZ VIVE CARAJO...


SOCIALISMO O MUERTE.


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