Hoy presentamos un artículo que posiblemente traerá mucho de qué hablar, analizar y sobre todo mucho “que hacer”. En el gobierno del Presidente Maduro, se vienen implementando medidas que tienen como objetivo final, controlar la actividad económica, de manera que podamos tomar un respiro ante aumentos de precios injustificados, productos que desaparecen repentinamente del mercado sin razones aparentes que avalen dicha situación, y lo que nos parece más grave, es que a pesar de los controles implementados, la situación persiste y tiene una notoria tendencia a empeorar.
Ahora bien, ante esta situación es necesario hacer un ejercicio de memoria y de análisis, que nos permita identificar las variables que han estado presentes en ésta problemática. Para comenzar, vamos a citar de una fuente que muchos venezolanos se sirven a diario, hablamos del diario Últimas Noticias del día 28/10/2014 donde se presentó el artículo: “Universidades privadas se la aplican a los chamos”. Ese artículo analiza el aumento desmedido presentado en las matrículas en algunas universidades privadas, donde la conclusión e impacto evidente y notorio en un futuro cercano, será la afectación de un conjunto de estudiantes-trabajadores, que se verán obligados a abandonar la carrera, porque no tendrán como enfrentar el aumento desmedido de las matrículas ante su capacidad de generar el dinero suficiente para pagarse los estudios.
El segundo aspecto que es importante analizar, es el sector inmobiliario, donde el aumento tanto de casas como de apartamentos, sorprende por su grosero y acelerado aumento en los precios de venta presentados. Sólo tomando como referencia los años 2012 a 2014, podemos afirmar que un apartamento que costaba 400.000 bolívares en el año 2012, para el primer trimestre del año 2014 ya se exhibía con un abultado precio de venta al público de 1.200.000 bolívares. Habrá quienes queriendo justificar ésta situación, harán uso de argumentos propios del funcionamiento de la economía venezolana, pero que seguro obviarán la posición individual de comerciantes que se están dejando llevar por su posición política, sin importarles el impacto negativo que causarán a quienes incluso, comparten su propia postura. Sería interesante verificar si el aumento en éste sector, se ajusta a la ya inflación inducida por posiciones claras en sectores de la economía y comercio venezolano.
El tercer aspecto, lo encontramos en el tan movido y dinámico movimiento de precios de venta al público de productos de la cesta básica, y de todo aquello que ubicamos tanto en grandes cadenas de comercio, como en medianas y pequeñas cadenas de supermercados. Es bien conocido por la gran mayoría de venezolanos, que en las diferentes cadenas de supermercados, pareciera un certamen de competencias donde “quien presenta el precio más alto” es el que muestra una supuesta realidad no reconocida por el Gobierno. Como en los casos anteriores, se hace interesante aplicar el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del Banco Central de Venezuela (BCV) y el Instituto Nacional de Estadística (INE), a ver que sorpresas nos conseguimos.
Como cuarto aspecto, hacemos referencia al sector automotriz, donde los aumentos de los vehículos tanto nuevos como usados, sigue como en los casos anteriores, mostrando aumentos desproporcionados y sin justificación. En este caso, también podríamos hacer el ejercicio de aplicación del porcentaje de inflación inducida, a ver si se justifica y equipara con el excesivo aumento presente en los precios de venta al público de dicho sector.
El quinto y último aspecto, es el emblemático caso de los precios de venta al público de las botellas de agua mineral, en sus diferentes presentaciones. Decimos emblemático, porque si evaluamos el proceso de producción para obtener el producto final, no podremos encontrar argumentos para explicar porque este sector, también se une al desproporcionado e injustificado aumento de los precios de venta al público.
Hasta aquí, hemos mencionado varios aspectos dentro de sectores como: educación, economía, comercio, automotriz, inmobiliario y otros que no incluimos pero bien podrían mencionarse. Por eso se hace necesario preguntarnos: ¿Cuál será el impacto en el futuro cercano de esta situación? ¿Por qué siguen aumentando sin justificación los precios de venta al público, a pesar de los controles implementados? Veamos lo que desde nuestro punto de vista, respondemos a estas interrogantes.
Primero: Si bien es cierto que están implementándose controles que buscan minimizar el impacto y la tan nombrada “guerra económica”, también es cierto, que la manera en que se están aplicando en los diferentes sectores de nuestro territorio no es la más idónea. Explicamos: actualmente se acaban de conformar los Círculos de Lucha Popular (CLP) que tienen dentro de sus objetivos: “la solución de los problemas específicos que afectan al colectivo”. Estos CLP están conformados por 4 UBCH y éstos a su vez por las correspondientes patrullas, que se supone ya deben estar operando y cumpliendo con sus funciones. Y es aquí donde debemos plantear la crítica para mejorar los procesos; si en muchos sectores las UBCH no están funcionando como deberían, ¿cómo hacer para que los CLP consigan saltar este detalle y logren cohesionarse y conseguir los objetivos que se plantean? Nuestra respuesta: Para garantizar los resultados que se esperan, primero se debe asegurar que las estructuras que se creen para tal fin, sean robustas, osea que estén completamente formadas y bien definidos los sectores donde funcionarán y los objetivos a conseguir en el corto, mediano y largo plazo; y lo más importante, que se consoliden de tal manera que funcionen en el largo plazo sin interrupción ni quiebres en su funcionamiento y operatividad.
Segundo: Si bien es cierto que se definió el instrumento de trabajo de las UBCH, a saber: la Agenda Concreta de Acción (ACA) con la cual se busca “se materialicen específicamente las tareas de las patrullas que conforman la UBCH, sin dispersión, ni improvisación, y lograr de manera eficiente los objetivos del partido, tanto tácticos como estratégicos”; la realidad está mostrando que en muchos casos la “dispersión y la improvisación” marcan el día a día en el funcionamiento de éstas. Lo que nos indica, que la solución ante dicha situación pasa por mantener reuniones, controles y verificación semanal de lo que se está haciendo y como se está haciendo.
Los dos puntos mencionados anteriormente, dan respuesta a la segunda interrogante que planteamos arriba: ¿Por qué siguen aumentando sin justificación los precios de venta al público, a pesar de los controles implementados? Es obvio, que el controlado al ver una nueva estructura desarticulada y sin control, se aprovechará de esta situación al máximo, como lo vienen haciendo, para causar malestar en quienes creen que los controles ayudarán a mejorar la situación.
Y para responder la primera interrogante: ¿Cuál será el impacto en el futuro cercano de esta situación? Nos vemos en la necesidad de plantear un clima, donde la impotencia ante la incapacidad de comprar hasta los productos de la comida diaria, presentará a un grupo de venezolanos molestos y reflexionando muchísimo la dualidad entre lo que se dice y lo que está pasando en realidad. Reconocemos el esfuerzo realizado para tratar de minimizar el impacto de la situación que exponemos, pero creemos que debe cambiarse la estrategia y reimpulsar los Mecanismos de control, verificación, corrección y seguimiento (MCVCS), desde los Barrios y Urbanizaciones de cada Parroquia y Municipio, de manera que la información sea reportada y controlada, inicialmente desde los afectados directos por el aumento desmedido en los precios de venta al público; esto permitirá identificar al especulador más pequeño en los barrios y urbanizaciones, para luego ir en busca de los articuladores de todo ese movimiento de especulación y aceleración desmedida en los precios de venta al público.