En un destacado artículo Julio Escotet da en la clave de muchos hechos de corrupción que nuestro gobierno bolivariano debe atacar de manera contundente: http://www.aporrea.org/ddhh/a192636.html. Venezuela con Hugo Chávez y ahora con el liderazgo de Nicolás Maduro es uno de los pocos gobiernos a escala mundial que admite que dentro del propio Estado se está dando una pelea para frenar la corrupción, la burocracia y la ineficiencia en la gestión pública. Este es un punto de enorme lucidez y valentía de la Revolución, que admite un peligro en ese sentido, e intenta solucionarlo e ir más allá de él. Intentar ocultar estos problemas sería una bomba de tiempo. Por ello hay que avanzar en lo externo, es decir, las mafias corruptas heredadas de la IV República y también en el "frente interno", tal como sucedió con alcaldes, integrantes de cuerpos de seguridad y funcionarios de varios ministerios. Los "valores socialistas" deben adoptar una alta dimensión en esta confrontación cotidiana.
Al margen del tecnicismo, corrupto no es sólo el funcionario que se apropia o usa indebidamente la cosa pública; corrupto es el que toma de los dineros de la nación para usos particulares o grupales; corrupto es el que sabe de hechos de corrupción en el gobierno y no los denuncia por conveniencia; corrupto es el que busca un contador para no pagar impuestos. La pregunta obligatoria sería: ¿hasta dónde la corrupción ha corroído la revolución bolivariana?. En este sentido, es evidente que el problema de la corrupción no sólo es un problema del Gobierno, es un problema de toda la sociedad en su conjunto. Necesitamos una revisión profunda de nuestros valores éticos, en virtud de los músculos poderosos y financieros alrededor de la corrupción que se multiplica a través de tentáculos diversos y la convierte en monstruo de ml cabezas.
Los gobiernos adeco-copeyanos nos legaron el terrible morbo de la corrupción. Eso debemos erradicarlo de manera profunda de los cimientos de nuestra revolución.
Lamentablemente el aprendizaje de los falsos valores de la sociedad burguesa capitalista ha permeado nuestro proceso revolucionario. Salvando las excepciones: Ministerios, Fuerza Armada, policías, empresas recuperadas y básicas, Poder Ejecutivo, Poder Judicial, Poder Moral; en el INTI (denunciado varias veces por acá), en CVAL, ahora intervenida, en el CAEZ, etc. en todas ellas hay un protagonismo copartícipe de corrupción en el cual consciente o inconscientemente se involucra gran parte de los servidores públicos. ¿Quiénes manejan en lo concreto, en la relación directa con el pueblo, las mafias que manipulan y controlan las ventas de los principales rubros en los MERCAL, PDVAL, Abastos Bicentenarios, Farmapatrias, listados de viviendas y venta de vehículos, gerencias de empresas recuperadas.? Cuando mucho se salvan de la vorágine de contaminación de esta enfermedad, los luchadores sociales clasista de verdadera conciencia revolucionaria y bolivariana.
Sabemos del enorme esfuerzo que hace nuestro Presidente obrero Nicolás Maduro. Pero como pueblo consciente debemos ayudarlo, hacer una real Contraloría social popular, detectar los entuertos, desviaciones y aprovechamientos indebidos de la "cosa" pública. Y con el uso de las instituciones, el pueblo movilizado y contralor y la voluntad política del gobierno bolivariano hacer ingentes esfuerzos conjuntos para desechar este mal que deteriora la moral de nuestro pueblo y atenta contra la estabilidad del gobierno bolivariano.
Tenemos entonces, que convertir a Venezuela en un aula abierta y redoblar los esfuerzos para educar y enseñar al pueblo, los rudimentos suficientes, que le permitan conocer cómo funciona el estado, cómo se aplica la Constitución Nacional. El pueblo debe tener elementos de juicio, que le ayuden a discernir entre lo bueno y lo malo, lo conveniente y lo no conveniente, solo así evitara ser presa fácil de la tentación ejercida contra él, por la canalla vende patria. Si a ello agregamos una fuerte y ejemplarizante acción punitiva -producto de las leyes aprobadas mediante la ley habilitante-, habremos controlado el asedio y acoso a las arcas del estado y a cualquier otro haber de la Patria.
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