Trincheras de Ideas

Cita miserable y malintecionada

No es mi costumbre polemizar o confrontar con compatriotas y camaradas pero al leer un

un trabajo de opinión del compatriota Pedro Patiño, titulado: “Hugo Chávez elogiaba a Rafael Isea” publicado en Aporrea, me movió hacerlo pues destaca de manera evidentemente malintencionada un hecho donde el elogio o reconocimiento de entonces a Isea hubiese sido un error, un dislate del confiado e ingenuo Hugo Chávez que no sabía a quiénes tenía a su lado y, por mampuesto Maduro tampoco.

Titular el trabajo de opinión de esa forma constituye, en mi muy modesta opinión, una actitud miserable y de evidente mala fe de parte del articulista porque la crítica no va dirigida al hoy ladrón y fugitivo Rafael Isea sino contra el propio Chávez, dejando abierto un espacio de dudas sobre los hechos, felicitaciones, reconocimientos que en vida pudo haber hecho el Comandante Eterno a infinidad de camaradas en el transcurso de los 15 años en los que ghobernó, muchos de los cuales se quedaron en el camino, traicionaron el ideario revolucionario, saltaron, como se dice en el lenguaje popular, la talanquera y se fueron para la derecha en su abanico de matices, colores y extremismo fascistoide.

Pero no es sólo el título del artículo de marras, sino que refuerza el mismo reseñando los cargos que Isea tuvo en el Gobierno del Comandante, redactados con malintecionada fruición : “… ministro de Finanzas (…), gobernador de Aragua (…) y presidente del Banco del Alba”. ¿Qué pretende con ello el señor Patiño? Indudablemente establecer que era una persona de confianza del Comandante que “fue un confidente del Presidente Chávez, fue su secretario desde la cárcel de Yare, teniente involucrado en la famosa rebelión militar”.

La palabra “confidente” aquí pudiera estar connotando sapería, delación y el pago por ello fue nombrarlo, nada más y nada menos que ministro de Finanzas y ungirlo como gobernador de Aragua. Es decir, Isea pudo haber estado engañando a Chávez “desde la famosa rebelión militar”.

De nuevo la crítica hacia Chávez y no hacia un Isea que pudo haberse corrompido en el camino del contacto con sectores de la burguesía y el imperialismo, cuando vio ante él aquella billetada y traicionó la confianza que en él depositó el Comandante y se desvió de tal manera que terminó convertido en un vulgar choro. ¿O fue, como lo hizo Luis Miquilena, un agente que penetró el círculo íntimo de Chávez y se ganó su confianza para desde sus posiciones hacerle daño al proceso revolucionario? Si es así, ¿quién lo envió, Urdaneta o los comandantes que luego desertaron del proceso porque querían ser ellos quienes mandaran por encima de Chávez o lo hizo tal vez alguna agencia de inteligencia extranjera?

Se desvía Patiño en su elemento para prender el ventilador al lado de la mierda para que ésta salpique a muchos camaradas que hoy están en el gobierno del Presidente Maduro. Uno de ellos es, por supuesto, Diosdado Cabello. Dice este impoluto defensor de la honestidad que: “En ese Alo Presidente 358, Chávez les da con todo a los ineficientes y burócratas. Resulta que, el Ferrocarril, sueño de Chávez, estaba estipulado la inauguración de algunos de sus tramos para el 2012, en ese mismo Alo, el Presidente Chávez, desmonta la mentira, y hasta el mismo Diosdado Cabello, recibe lo suyo”.

Que cosa, en ese párrafo no menciona a más nadie sino a Diosdado y da a entender que es el responsable que no se inaugurara el tramo del tren ese año. De nuevo la mala intención queda al descubierto.

No sabría si el compatriota Patiño hizo mal su enfoque, que no quiso decir lo que dijo o lo que uno entiende que dijo, que Chávez era un bolsa, que quiénes lo rodeaban una partida de ambiciosos para rematar con que “Que el presidente Nicolás Maduro tiene una papa caliente en su gestión. No tiene de otra. O da un salto cualitativo, o se embarranca hacia un capitalismo de Estado, que, irremediablemente, dará el triunfo a la contrarrevolución, y será un retroceso histórico para la república. Las medidas tomadas recientemente, dan la sensación que, “vamos a cambiar todo, para que todo siga igual”.

El pesimismo llevado a extremos desesperante que, por supuesto, en trabajos de opinión es transmitido a todos lo que lo leen y puedan tener estados de preocupación, angustia por que la crisis económica lo golpea.

Las críticas sanas, constructivas, positivas, bien fundamentadas (en el trabajo hay varias) deben hacerse, más utilizando tribunas como estas que son espacios fundamentales conquistados en la calle, peleando contra el enemigo de clase, contra la derecha ultra derechista, contra el fascismo, pero no dejarnos arrastrar por el criticismo, el afán de criticar o repetir lo que algunos encantadores de serpientes dicen en un aparente lenguaje revolucionario o, simplemente, hacer un pasticho de cosas, un menestrón que mezcla todo. La lucha de clases es mucho, pero mucho más complejas de lo que piensan los analistas simplones y ramplones, no creo que Patiño sea ninguno de esos sino un luchador social pero... Por eso del trabajo del compatriota Patiño, de la manera como armó su trabajo de opinión, pierde quizás lo mejor de sus críticas al pretender o al criticar y atacar al Comandante Supremo sin razón, quizás, como dije, él no quiso decir lo que realmente dijo pero lo dijo, y dejar colar sibilinas críticas a otros camaradas sin fundamentarlas ni precisarlas es un veneno inaceptable, más propio de la derecha y de enemigos del proceso que de auténticos revolucionarios.

(08/09/14) (humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola)



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