Contrabando, escasez y productividad

"Queda terminantemente prohibida la exportación de todos los productos de la dieta básica de los venezolanos, porque Venezuela no exporta esos alimentos, los produce para consumirlos"
Presidente Nicolás Maduro Moros.


Una resolución publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 6.139, fechada el viernes 08 de agosto, que oficializa la restricción para el desplazamiento fronterizo de personas por vía terrestre, aérea, acuática y de vehículos desde las 10:00 de la noche hasta las 05:00 de la mañana, y que tiene como alcance, limitar la circulación de vehículos de carga y transporte de mercancías “de cualquier rubro” desde las seis de la tarde hasta las 05:00 de la mañana, en “todos los municipios fronterizos”, coloca en el tapete parte de la grave situación que se escenifica en nuestras fronteras, trayendo como resultas un duro golpe a la gran industria del contrabando y a sus aliados en territorio venezolano, lo cual genera expectativas de importancia singular para los agobiados pobladores, especialmente de los estados Táchira, Zulia y Mérida.


Se trata de mafias que sin duda cuentan con el respaldode individualidades civiles y militares apátridas, sobre los cuales debe caer todo el peso de la ley. Y tal reflexión va más allá del común análisis que siempre prevalece en esto casos, en cuanto a preservar el sagrado derecho constitucional de los venezolanos a la alimentación.


La reflexión a la que me refiero busca poner de relieve uno de los sagrados lineamientos de la Revolución Bolivariana contenidos en el Plan de la Patria, se trata del más importante: La Ética Socialista, referidoa la Defensa, expansión y consolidacióndel bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la Independencia Nacional.El encierra “..la necesaria promoción de una nueva hegemonía ética, moral y espiritual que nos permita superar los vicios, que aún no terminan de morir, del viejo modelo de sociedad capitalista”.


Como decíamos al principio, la grave situación escenificada en la frontera colombo-venezolana y que ha obligado al gobierno nacional a ejecutar medidas como la antes mencionada, ha causado una terrible distorsión en el precio de los productos en territorio venezolano, emulando el costo de los productos en la hermana república de Colombia, lo cual constituye un duro golpe al bolsillo de los venezolanos.


Es común conseguir en abastos tachirenses productos de primera necesidad que se venden hasta por el 300 por ciento de su costo de comercialización oficial, campeando la impunidad y frente a lo cual deben aplicarse medidas contundentes.De ello se deriva que las dimensiones de la corruptela son desproporcionadas.


Recientemente el General de división Efraín Velasco Lugo, jefe de la Región de Defensa Integral, región Los Andes, señaló que "Al Táchira entran más de 26 mil toneladas de alimentos (... )suficiente para que los anaqueles de los supermercados estén repletos de productos de la cesta básica".El jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), general Vladimir Padrino, igualmente informó que en el caso de alimentos las incautaciones en cinco días llegan a 96 toneladas y a casi 300.000 los litros de gasoil, gasolina y lubricantes venezolanos.Esto demuestra cuán grave es la situación, ello conlleva a expresar nuestra más absoluta solidaridad para con la disposición gubernamental.


Ahora bien, tal situación se extiende como una “mancha negra” hacia otras regiones del país, donde la escasez y la barbarie especulativa azotan el mercado de los bienes y servicios. ¿Se trata de una conspiración de los sectores más reaccionarios de la sociedad como lacayos de los más bastardos intereses extranjeros? No queda duda y la respuesta es sí. Sin embargo, la actividad del Estado y sus instituciones debe ser más contundente. La escasez y la especulación es una realidad inocultable.


Por otro lado, debe irse con prontitud al fondo del problema, de lo cual se derivan dos vertientes comprometidas con el acto de gobernabilidad, la primera es el valor de nuestro signo monetario y la segunda el afianzamiento de la productividad, contando para ello con alianzas estratégicas con aquellos sectores nacionalistas del sector privado, que sin duda los existe.


Toda etapa de transición de una formación socio económica capitalista hacia el socialismo, requiere de las naturales alianzas estratégicas, que permitan sentar las bases de la industrialización y el autoabastecimiento para evitar ser víctimas de los constantes asedios económicos a que son sometidas revoluciones como la venezolana. Nunca olvidemos la premisa de Kissinger contra el gobierno del presidente Salvador Allende: “…que la economía chilena aúlle de dolor”.

victorbarraez@hotmail.com



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