Unidad y alianzas: ¿Con o sin corruptos?

Los lobos y los perros alistándose a luchar:
Se alistaban los lobos y los perros a luchar. Eligieron los perros como general a un perro griego. Pero éste parecía no tener prisa en iniciar la batalla y por ello le reclamaron.¿ Saben -- contestó -- por qué doy tiempo ? Porque antes de actuar siempre es bueno deliberar. Los lobos todos son de la misma raza, talla y color, pero nosotros somos de costumbres muy diferentes, y procedemos de diversas regiones de las cuales cada uno estamos orgullosos. Nuestros uniformes no son parejos como los de ellos, tenemos rubios, negros, blancos y cenicientos. ¿ Cómo voy a empezar una guerra con soldados tan disparejos ? Primero debo idear cómo nivelar a mi gente.
Moraleja: Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito (Esopo-550 aC. Fábulas)

Este artículo es consecuencia de haber presenciado en un curso de formación (UBV), un debate donde alguien propuso hacer un deslinde ideológico y pragmático que permitiese distinguir entre una “unidad” para la lucha y la gestión indiscriminada entre presuntos camaradas y otro escenario donde los revolucionarios se cuiden de aparecer juntos o inclusive dirigidos o coordinados por compatriotas de dudosa reputación en lo administrativo y lo ético.

En esa oportunidad, de las diez (10) personas que intervinieron sobre el tema, hubo dos (2) de ellos que calificaron de “fuera de orden” por citar la palabra “corrupción” por no tener nada que ver con el término unidad, el resto se pronunció con argumentos similares a los sostenidos por luchadores tan importantes como lo fueron Bolívar, Mao y Chávez.

Con relación a la guerra de independencia latinoamericana, donde hubo serias diferencias entre sus líderes, entre ellas por la división entre los partidarios del federalismo y el centralismo, así como por conductas ajenas al buen proceder administrativo, político y militar, nuestro gran padre de la patria planteó la unidad, pero siempre dejando claro que no podía ser cualquiera unidad, siendo contrario a los actos de corrupción como lo demuestran la mayoría de los historiadores, donde también quedó para la historia su alta devoción y compromiso con la unidad de Latinoamérica ¡Unión, unión o la anarquía os devorará! Expresión recordada por su edecán O´Leary.

Expresiones tales como “Para nosotros la patria es América”, es un signo inequívoco de la intención unificadora que profesaba Bolívar en todas sus actuaciones, pero también, de su irreductible coraje para enfrentar, segregar y hasta fusilar a sus colaboradores cuando estos resultaban implicados en actos de corrupción, al respecto, documentos como el Manifiesto de Cartagena, el Discurso de Angostura y múltiples decretos y cartas a sus colaboradores son testimonio que para Bolívar la unidad no era una mochila amorfa donde se podía guardar y cargar cualquier cosa.

Al ubicarnos en el siglo XX nos encontramos con expresiones venidas de la gran revolución china, donde su principal líder se expresaba así:

Uniremos sólidamente a todas las fuerzas de nuestro Partido bajo los principios de organización y disciplina del centralismo democrático.. Nos uniremos con todo camarada que esté dispuesto a observar el Programa, los Estatutos y las decisiones del Partido (…) En 1942 resumimos este método democrático de resolver las contradicciones en el seno del pueblo en la fórmula unidad -- crítica --unidad. Esto, expresado en forma más detallada, significa partir del deseo de unidad, resolver las contradicciones mediante la crítica o lucha y conseguir una nueva unidad sobre una nueva base. Según nuestra experiencia, éste es el método correcto para resolver las contradicciones en el seno del pueblo (Mao Zedong. Obras escogidas, t. III y t, V respectivamente)

Es evidente que cuando Mao apunta la categoría “unidad” lo hace sobre la base del cumplimiento de principios, programa y estatutos, estaba convocando a cumplir con una disciplina revolucionaria que en ningún momento podía estar acompañada por actos de corrupción o acciones conexas. La fórmula unidad—crítica—unidad, fue la brújula que condujo a los revolucionarios chinos al triunfo contra los defensores del feudalismo y capitalismo que prevalecía en su país. A pesar de las divergencias e incluso contradicciones, el pueblo chino y sus dirigentes supieron criticar y autocriticarse a fin de hacer las depuraciones que procedían. Ocultar el cáncer contrarrevolucionario implícito en la corrupción, hubiese sido un crimen contrario al triunfo sobre los amigos del mal.

En cuanto al proceso de cambio que se vive en Venezuela en el siglo XXI, también debemos resaltar la lucha por la unidad librada por su máximo líder Hugo Chávez Frías:

Tenemos Patria, Venezuela ya no es la misma de hace 20 años, tenemos un pueblo, la Fuerza Armada, la unidad nacional. Si en algo debo insistir en esta nueva batalla es, fortalecer la unidad nacional en todas las fuerzas populares, en todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, del Ejercito, de la Marina. Digo esto porque los adversarios, los enemigos del país no descansan ni descansaran de intrigas, de tratar de dividir, y sobre todo de aprovechar circunstancias como estas. Cuál es nuestra repuesta: ¡Unidad, unidad, unidad! Esa debe ser nuestra divisa (…) El PSUV, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes populares, revolucionarias, las corrientes nacionalista: ¡Unidad, unidad, unidad!

De la lectura del texto supra, se pone de manifiesto, la gran importancia que le dio el comandante eterno a la unidad, y donde en muchas oportunidades llamaba la atención para que los órganos competentes sancionasen a los servidores públicos que valiéndose de su militancia, tratasen de cometer actos en contra del patrimonio de la patria en cualquiera de sus manifestaciones.

También debemos resaltar que otros líderes o dirigentes medios han expresado con mucha claridad la conveniencia de que la unidad entre los patriotas se haga sobre la base de principios y acciones cónsonas con la moral pública, tal es el caso reciente de la opinión emitida por el Ministro bolivariano Lic. Dante Rivas, quien afirmó:

Muchas veces “lo urgente” posterga el tratamiento de “lo importante” y entiendo que por eso se habla poco de Unidad Nacional. Sugiero que lo conviertan en tema conversación familiar, en el trabajo, en la Universidad. Aplicando las 3R (revisar, rectificar los errores, reimpulsar los aciertos) encontraremos cauces perfectos de superación personal, grupal, y en definitiva del conjunto de la comunidad (…) Una flecha sola, puede ser rota fácilmente, pero, muchas flechas son indestructibles. De esto se trata la unidad de los venezolanos.
Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos. El interés material obsesivo, egoísta, personalista, jamás ha forjado uniones duraderas (Diario Aporrea.org. 23.08.2012)

Con la frase que hemos resaltado, el autor pone de manifiesto que para que la unidad sea efectiva y exitosa, se requiere romper esquemas donde el egoísmo y la ambición material predominen, porque de lo contrario la unidad no dejará de ser una frágil amarra que en cualquier momento se rompe y destruye las buenas intenciones y acciones con que presuntamente se creó.

Pero…¿Qué tiene que ver la unidad con la revolución y la corrupción?

Con relación a la revolución, la unidad se hace necesaria, toda vez que esta fortifica la comprensión de los fenómenos económicos y sociales que se intentan erradicar como son la explotación del hombre por el hombre, la acumulación de capital por parte de minorías privilegiadas y en general un cúmulo de injusticias cuyas raíces son la lucha de clases. En esencia la unidad de la gente progresista y revolucionaria es primordial para lograr minimizar la distancia intelectual y material entre los seres humanos.

En cuanto a la corrupción, la unidad de los patriotas y revolucionarios, es el antídoto fundamental para combatir el riesgo a que están expuestas de corromperse, toda vez que la gente mal formada en la ética revolucionaria, tiende no sólo a hacer fortuna fácil, sino que temerosos de quedar descubiertos, van organizando un círculo de amistades integradas por funcionarios, empresarios y gente de “inteligencia” que son los que se encargan de servirles como testaferros y guardianes de sus fechorías. Ante la unidad y alianza de los corruptos, es necesario y urgente cerrar filas en la unión de los patriotas contra este flagelo infernal.

Por otro lado, los corruptos, con abundante habilidad e inmensa astucia, excluyen a sus propios camaradas de cargos dentro del partido o del gobierno, de manera de que estos se sientan en minusvalía, no combatan sus perversas acciones y no los denuncien. La nefasta conciencia y su ambición desmedida acumulada, en muchas ocasiones los llevan a trabajar para cuerpos de inteligencia controlados por los empresarios y políticos contrarrevolucionarios ¡hasta la CIA en algunos casos se interesa en tenerlos en sus filas!

Por otra parte, es pertinente hacer una distinción entre la unidad interna de las organizaciones revolucionarias en función o no de gobierno, con relación a las alianzas políticas y sociales que en un momento dado se pueden presentar en función de sumar fuerzas contra un enemigo común que bien puede ser nacional o de carácter internacional.

Es posible entonces, que en determinadas circunstancias históricas, se establezcan alianzas sin entrar a discriminar las particularidades de los aliados, entre las cuales pudiesen haber conductas totalmente ajenas a los principios y disciplina revolucionaria, situación que en algunos casos surgió en la guerra de independencia latinoamericana (Paéz, Santander etc.) o en la guerra del movimiento popular chino contra la invasión japonesa, donde para nadie es un secreto que se le abrió las puertas de lucha conjunta al Kuomintang, buscando con ello detener la ofensiva del citado país extranjero. En este caso, no se trataba de una unidad propiamente dicha, sino de una alianza estratégica que permitiese sumar fuerzas contra un enemigo común poderoso.

Si nos ubicamos en la actualidad internacional, se observa que a pesar de la hegemonía política, económica y militar que todavía ejerce USA en el planeta, esta potencia realiza constantemente alianzas esencialmente con Europa, algunos países asiáticos y del norte del África, en busca de reforzar su poder imperial. En este sentido, su filosofía se reduce a la célebre expresión “Estados Unidos no tiene amigos, sólo intereses”, la cual fue expresada por John Foster Dulles (1888-1959) y repetida por Harry S. Truman (1884-1972)

En otras palabras, sus alianzas de USA son circunstanciales y basadas en sus intereses fundamentalmente económicos y militares. Con la aplicación de este tipo de política el imperio pone de manifiesto su vocación hegemónica que lo lleva a excluir de su vocabulario y acción al concepto unidad.

En cuanto a los países progresistas o de signo revolucionario, siempre se ha intentado buscar la unidad de los pueblos y gobiernos de similar signo, como lo demostraron los libertadores de América Latina y el Caribe, y como en la actualidad se intenta contener el poderío del norte. Sin embargo, la propuesta central en esta etapa, es fundamentalmente integracionista en defensa de la soberanía de los países del tercer mundo y no necesariamente una unidad propiamente dicha, toda vez que las diferencias internas de cada gobierno hacen dificultan homogeneizar buena parte de los objetivos de redención de los pueblos.

Habida información y conciencia, de lo supra expuesto, es evidente que si bien hay inmensas masas populares coincidentes en sus luchas libertarias y de justicia, todavía se está en una etapa donde predominan las alianzas que permitan enfrentar a los poderes del sistema capitalista a nivel nacional e internacional.

En conclusión, es innegable que todo proceso de cambio ya sea progresista o revolucionario, requiere de una alta cohesión y unidad para enfrentar los múltiples retos que esta actividad demanda, sin embargo, como ha quedado demostrado, se corre un alto riesgo cuando se dejan pasar hechos que contaminan la moral de combate de los militantes y simpatizantes. Sin embargo, cuando se trata de la lucha en plano internacional, lamentablemente, todavía suena como de exquisito gusto, exigir una unidad a gobiernos que hasta el presente están impregnados de neoliberalismo, a pesar de ser víctimas de las políticas y presiones imperiales.

En consecuencia, al menos en el plano interno, pudiésemos asomar las siguientes propuestas en función de garantizar una unidad más confiable y duradera:

Ejercer plenamente la democracia dentro de los partidos de izquierda, las organizaciones populares, como de los gobiernos de signo progresista o revolucionario, lo cual implica libertad para la crítica y la autocrítica constructiva, creativa y proactiva.
Seleccionar lo más democráticamente a los cuadros dirigentes de las diversas organizaciones sociales e instituciones públicas, lo que debe llevar a ejercer un seguimiento y control permanente de la gestión, evitando la impunidad y propiciando estímulos morales y materiales para todos aquellos que cumplan con honestidad y perseverancia sus funciones.
Promover la unidad de los patriotas sobre la base de valores, principios, programas y acciones en general que estén en concordancia con todo lo que signifique igualdad, equidad, honestidad, trabajo creador y fraternidad a toda prueba.
Hacer uso permanente de los diversos medios de comunicación y formación para concientizar a la población trabajadora en la lucha contra la explotación del hombre por el hombre en función de generar mayor justicia social.
Sembrar en la mente y el corazón de los pueblos que la corrupción y los flagelos conexos, son las grandes limitantes que se pueden tener a la hora de intentar hacer una revolución.
Propiciar alianzas estratégicas en el plano político, económico, cultural y militar que conduzcan a enfrentar con la mayor fuerza posible las agresiones de las potencias imperialistas lideradas desde el norte.
Avanzar desde las organizaciones populares y gobiernos progresistas del continente en la formación masiva de facilitadores que combatan la ideología del capital y propicien la unidad e integración de los pueblos del mundo por su liberación.

Para cerrar, sólo nos resta augurar el mayor de los éxitos a los miles de educador@s y facilitador@s que vienen orientando al pueblo venezolano y latinoamericano en función de crear una formación y conciencia congruente con la propuesta de lograr al menos a mediano plazo una sociedad unida por el pensamiento y acción socialista que redima a las grandes mayorías nacionales en un ambiente cargado de paz con justicia social.


yovic01@gmail.com


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