Medidas económicas en Venezuela: ¿Revolucionarias?

(Cuando escribí este artículo, algunos compañeros me llamaron demente por atreverme criticar al Gobierno… es un riesgo que vale la pena)


Sin pretender ser experto en economía, me armo de valor para escudriñar tan solo un poco, en el contexto de las medidas económicas tomadas por el compatriota presidente. Para ello como cualquier venezolano con inteligencia, tomo los datos de valor aportados por el Ministro Meneses en la Asamblea Nacional y las opiniones de los adocenados en el transcurrir de su taurina sobrevivencia.

Sin embargo, todo esto no hace más que ratificar un sentimiento que es generalizado y que pocos se atreven a exteriorizar. Muy a pesar que los gobernantes se empeñen en abrir las puertas de los almacenes a la muchedumbre, con la excusa de una especie de “castigo” por haber engañado la buena voluntad del Estado en la adquisición de divisas; no se puede ocultar que la gran culpa de esta situación es lo recalcitrante de seguir con un sistema que desprecia a la gran mayoría que es el pueblo. La aplicación de cualquier instrumento económico que tenga por naturaleza el mercado como epicentro, no es más que la firme convicción de continuar aceptando el capitalismo como modo de vida, sin importar a la gran mayoría, independientemente que se le proporcione ciertas comodidades por momentos.

¿Quién proporciona las divisas a estas empresas privadas, que venden groseramente exagerando los precios? No tiene sentido crear un mega instrumento de control ahora, si continuara con las mismas funciones de sus aglutinados (Cadivi y compañía), simplemente se crea mayor burocracia. Pareciera conveniente dejar a quien descalifico constantemente como burguesía parasitaria, en nombre de un socialismo maltratado, tome las divisas que yo mismo le ofrezco con un apretón de manos en el palacio de Miraflores; es inconcebible tal desfachatez de un Plutocrata. Peor aun cuando pretende que seamos los pobres quienes hagamos un esfuerzo con el dinero que no tenemos, para ahorrar en nombre de la revolución y cumplir con una medida propia de quien no tiene la capacidad ni la voluntad de solucionar esta crisis que ellos mismo han creado por ser parte motora de un sistema capitalista y negarle la posibilidad a un pueblo ante la historia, de seguir creyendo que el socialismo es posible.

Ante esta situación, lo único que han dejado claro es su clara ambición de no aplicar ninguna transformación en nombre del Marxismo como teoría filosófica del socialismo, como han hecho creer a un pueblo incauto, que lamentablemente de no despertar se convertirán en fanáticos políticos. En lugar de tal transformación, han sucumbido a las mieles del capitalismo y una nueve elite burguesa aparece en pugna con la existente desde los tiempos de 1958. No es una lucha de clase, es una burda guerra de mafias elitistas por el control del poder del Estado Capitalista y como en la primera revolución conocida, cual Bonaparte ha utilizado al proletario como escalera y peón a sacrificar en esta guerra.

En este sentido, no pueden ser revolucionarias tales medidas, el mismo Meneses lo ha dicho con palabras algo sutiles para evitar regaños de un socialismo relacionado hasta la medula con la Oligarquía. Como decía un buen amigo, es un gobierno de izquierda que gobierna como la derecha y una derecha que pretende ser de izquierda; yo le agregaría: “Y un pueblo que aún no sabe distinguir, sine die”.

Estoy convencido que la situación económica en Venezuela es solucionable, lamentablemente es la crisis la que parirá esta solución. La revolución no es un instrumento que puede generarse desde las esferas de gobierno, la revolución es un derecho del pueblo que alcanza su madures política y que ve más allá de su estómago. Tanto los Neoliberales de derecha como los socialistas del siglo XXI, han fracasado en levantar a los más desposeídos a un nivel de dignidad propio de un sistema de vida pleno de amor entre si y de plena convivencia con su entorno ambiental. Han fracasado en la construcción de una sociedad sin clases sociales y de un sistema de producción donde el ser humano no sea visto como mercancía o herramienta para alcanzar dividendos para unos pocos.

Ciertamente, solo el pueblo salva al pueblo, en lo particular no acepto al gobierno de un Estado Burgués, que pacta con la derecha, como parte del pueblo; al contrario es su enemigo. Resulta más fácil para los millones de proletarios venezolanos, hacerse las preguntas que lo llevaran a la voluntad de iniciar su liberación: ¿Hemos vivido un proceso revolucionario? ¿Esto es revolución? Y continuar con: ¿Esta el gobierno construyendo socialismo? ¿Será posible que me hayan engañado nuevamente por inocente? O ¿todo marcha perfectamente? Las posibles respuestas tal vez no gusten, como tampoco gustara a muchos el articulo y no faltara quien lance la primera descalificación; sin embargo el paternalismo no es socialismo ni el conformismo la felicidad suprema.

La lucha de clases debe recrudecer violentamente, pero la antecede una revolución cultural, que no es otra cosa que una transformación radical de los valores humanos que hasta ahora hemos adquirido como la única verdad (educación, religión, economía de ganancias, Estado democrático) desenchufarnos de esta realidad virtual como la famosa película matrix, no es una descabellada posición, y al asumirla se asume el verdadero sentido de la subversión proletaria contra toda dominación. De no asumirlo, es seguir en la misma alienación de un capitalismo que aprende a socializar para subsistir; en tal caso prefiero revolucionar la conceptualización hasta ahora conocida y pensar en la utopía.

Nota: Acabo de leer un artículo de un compañero sobre la importancia de las Comunas, tengo mis serias contraposiciones ante el modo y las razones ocultas por las cuales se pretende sacar provecho a esta prenda; pero será cuestión de mi próximo atrevimiento.


El autor es: Licenciado.

cmdtecarlos@hotmail.com


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Erwin Sánchez


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